—Te ves emocionado.
Girándose a ver al pequeño príncipe de Daegu, Jimin le mostró una gran sonrisa. Confirmándole de esa forma, qué tan entusiasmado en realidad estaba.
—Es un día importante.
Y en efecto lo era. Los días habían transcurrido sin demasiados alborotos, con un ritmo controlado y mayormente quieto, dejando así, a octubre en un tierno y levemente fresco pasado. Noviembre ocupó su puesto, haciendo del clima más frío y establecido. Pero trayendo con él, el cumpleaños de su prometido.
Al tercero que asistiría sin sentirse obligado o como un compromiso con el cual cumplir por el bien de su imagen pública.
—Puedo percatarme de ello.
Absorbiendo su aura enérgica, Taehyung le mostró una sonrisa en respuesta. Más reservada que la suya, pero una sonrisa al final.
—Agradezco que me haya considero en primer lugar para acompañarlo.
—No tienes nada que agradecer, fuiste el primero en venir a mi mente.
—De todos modos, gracias.
Jimin insistió en que no había nada por lo que sentir gratitud. Tenía un regalo que comprar para Jungkook y no queriendo incursionarse en dicha aventura solo, se le ocurrió que Taehyung sería un compañero indicado de elegir. Y así fue.
Si la situación entre él y Hwasa fuera otra, tal vez y sólo tal vez, ella estaría allí con ellos. Pero inadvertidamente, su relación con la chica se fisuró con notoriedad. Cuando iba de visita a la Casa Real, ésta pasaba de él o le otorgaba malas miradas si compartía, según ella, demasiado tiempo junto a su hermano mayor. Y cuando al fin le dedicaba tiempo a la rubia, ésta se encontraba catatónica, con un ánimo a veces bajo.
Predecible o no, los roces entre ellos empezaron. Los reclamos de Hwasa no tenían sentido para él, eran incongruentes y la mayoría de veces, estaban acompañados con ataques implícitos para el castaño. Quien nunca estaba entre ellos.
Él se irritó al punto de exasperarse, lo que desembocó, en una rubia terriblemente enojada también. Y por el momento, su relación parecía estar estancada y pausada.
—¿Tiene algún regalo en mente?
Suspirando, Jimin negó—. Tengo opciones a considerar.
Asintiendo, Taehyung se mostró curioso—. ¿Puedo saber de ellos?
—Por supuesto —aseguró de inmediato, dándole una pequeña sonrisa—. No sé si lo hayas notado, pero no es un hombre de accesorios. Apenas y tiene un reloj de muñeca —pensando en ello, el más joven asintió. Reconociendo el hecho—. Tampoco usa anillos o collares.
—¿No es más práctico de esa forma? —inquirió con duda sincera—. Tiene menos de donde elegir.
—Debería de serlo, pero no lo es. Quiero darle un regalo que le guste.
—Si viene de tu parte lo hará, ¿cierto?
Aunque eso pudiera ser cierto, el príncipe de Busan no quería comprar un regalo para su prometido y quedarse con el sentimiento de que, al menos le había conseguido algo y al final del día, la intención es lo que importaba. Él no funcionaba de tal forma.
Él quería conseguirle algo que realmente fuera de su agrado y le gustara. Después de todo, Jungkook había acertado en sus regalos hace casi tres meses en el día de su cumpleaños. Y él los había adorado. Quería retribuir el gesto.
—Seguramente —murmuró indeciso—, aún así, quiero que sean significativos.
—¿Y cuáles son sus opciones entonces?
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real engagement 𐙚 kookmin.
RomanceJimin tenía modales destacables, ignorando su título real. Él naturalmente era un chico cordial y educado, amable y algo risueño. Más no perfecto. El joven príncipe tenía muchas faltas a pulir, su impulsividad por ejemplo, su pequeño mal genio, su a...