Capítulo 2: Duelo de Espadas

59 4 0
                                    

⚔︎

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⚔︎

⚔︎

⚔︎

⚔︎

⚔︎

Los días transcurrieron, y la relación entre t/n y Mihawk se profundizó. Compartieron más momentos juntos, explorando temas que iban más allá de las heridas y las vendas. Conversaron sobre medicina y esgrima, y t/n descubrió que detrás de la fachada fría y calculadora de Mihawk se escondía un hombre con un profundo conocimiento y una pasión ardiente por la vida.

Sin embargo, había algo más en él, algo que no compartía con nadie más. Un misterio en sus ojos, como si llevara consigo secretos oscuros y antiguos.t/n no podía evitar sentir curiosidad. ¿Qué había vivido Mihawk para endurecer su corazón de esa manera?

Un día, durante una calma relativa en su refugio, Mihawk sacó su espada, Yoru, una hoja afilada y legendaria. La luz de las velas danzaba sobre el acero, y sus ojos se encontraron con los de t/n. “¿Te atreves a enfrentarte a mí?”, desafió, su voz grave y llena de desafío.

T/n no era una espadachina consumada, pero su corazón noble le daba fuerzas. La adrenalina corría por sus venas mientras aceptaba el desafío. Tomó una espada más sencilla, sintiendo el peso en sus manos. El sonido de las espadas chocando llenó el aire, y t/n se sumergió en el duelo.

Mihawk era un maestro de la esgrima, sus movimientos fluidos y precisos. Pero t/n no se dejó intimidar. Cada parada, cada golpe, era una prueba de su determinación. El sudor perlaba su frente, y su respiración se entrecortaba, pero no se rindió. Su corazón latía al ritmo de la lucha, y por un instante, todo lo demás desapareció.

Entonces, Mihawk sonrió. No una sonrisa burlona o cruel, sino una sonrisa genuina. Por primera vez desde que lo había conocido, su rostro se iluminó. “Eres valiente”, dijo. “Tu corazón noble te guía, incluso en la batalla”.

T/n no ganó el duelo, pero había ganado algo más importante: la aprobación de Mihawk. Y en ese momento, mientras las espadas se apartaban y el sudor secaba sus frentes, t/n supo que su vida había dado un giro inesperado. Había encontrado algo más allá de la medicina y las heridas: un compañero de armas, un hombre con secretos y una sonrisa que la hacía sentir viva.

El duelo de espadas había sellado su destino, y t/n estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío que viniera a continuación.

Dracule Mihawk--La Espada del amanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora