Epílogo

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6 de Octubre de 1987.

Argentina tocó la puerta de ese lugar extraño tipo oficina-local esperando por una sola vez en toda su existencia no haberse equivocado de dirección. Francia se la había dado y esperaba que esas dos horas que estuvo intentando comunicarse con ella hayan dado sus frutos, poque Francia no le entendía un cuerno de español y el mucho francés tampoco hablaba.

Miró a sus alrededores en lo que esperaba, el ambiente se le hacía ciertamente apagado, gris. Sin embargo no se detuvo mucho a mirar eso. Era curioso poder ver el muro desde allí, aunque lejos, si le daba ciertas malas vibras. El territorio alemán estaba muy cambiado desde la última vez que lo pisó, ahora tenía un muro enorme dividiendo una ciudad entera a la mitad y de paso, una de las mitades también estaba dividida, aunque al menos tenían la misma economía. Tal parecía que UK había dedicado los últimos años al manejo de la parte británica del territorio alemán, bastante lejos de su ciudad propia, Londres.

La puerta se abrió casi al instante. Alemania apareció del otro lado y fue testigo en primera fila de como sus ojos negros brillaron de emoción al verlo ahí, parado como si nada en la puerta llegando sin avisar.

—¡Vater! Wie bist du hier her gekommen? —fue lo primero que dijo, muy precipitadamente —¡Te extrañé!

Se esperaba de antemano que el alemán se lanzara a sus brazos buscando un abrazo, y el se lo dió, saludandolo con cariño. Una vez que Alemania se separó un poco de él y lo dejó respirar, habló.

Ich bin angekommen, darauf kommt es an —pronunció Argentina en un perfecto alemán —vine a ver a UK, ¿está? Hay unos asuntos que tengo que hablar con él...

Alemania llevaba un tiempo trabajando allí con UK, haciendo papeleo de oficina e intentando adaptarse a lo que significaba ser un país responsable y tomar las riendas de, aunque sea, una porción de su territorio. El británico al parecer no se quejaba, tal parecía que no le venía mal una mano extra.

Las cosas no habían ido tan mal entre Argentina y él, mantenían su comunicación constantemente y ambos estaban al tanto de la vida del otro. Incluso cuando hubo una reunión con ONU para hablar de Malvinas y tu territorialidad junto a su tenencia legal, había sido UK quien asistió junto a Argentina. Tal parecía que Inglaterra se había dado de baja a eso de la crianza. Ahora podrían decir que ambos eran, de alguna forma, sus padres. A pesar de que ONU apoyara más el hecho de que las islas estuvieran bajo dominio inglés, fue UK el primero en sacar el tema de una custodia compartida y Argentina estuvo de acuerdo también, ¿así que por qué no?

—¡Ah, sí! Está por aquí en unas oficinas organizando papeleo —habló el alemán, y ciertamente se lo veía apurado pero aún asi lo invitó a pasar —si me das unos minutos lo llamo a que venga, tengo un asunto importante que resolver en mi oficina, una reunión con un colega, nada importante. ¡Ahí vuelvo!

Y veía como el alemán se iba dejandolo en la puerta, lo notaba bastante animado. Era raro de por si que Alemania dijera más de una frase con unisual alegría, ¿que se traía entre manos? Luego cuando se pusieran al tanto le preguntaría. Sea lo que sea, le agradaba verlo feliz.

Se dedicó unos minutos a admirar el lugar, la ceramica blanca elegante, las paredes de un gris claro y suave... si, ese lugar era muy "Reino Unido".

El lugar era simplemente un pasillo largo con varias puertas. Había una escalera al fondo que daba a un posible piso arriba y al costado lograba ver el inicio de otro pasillo más, ¿que tan grande tenía que ser el lugar para solo dos personas trabajando? Argentina le restó importancia.

Luego lo vió, salió de ese pasillo al fondo de la escalera y estaba impecable, con una camisa simple color negro oscuro y el cabello algo revuelto pero, en su opinión, impecable. Se estaba acomodando las mangas de su camisa y se dirigía a él con prisa.

—Eres un idiota, un jodido y gran idiota —fue lo primero que le dijo ese británico —¡¿por qué no me avisaste que ibas a venir?!

—Me dijiste que te sorprendiera.

—¡Si pero...! Dios, no tienes remedio —terminó por decir UK, riendo.

Argentina le sonrió con cariño, y UK, mirando al rededor del lugar para asegurarse que no haya nadie cerca —como Alemania, por ejemplo —tomó el rostro del argentino para hacerlo agachar y le plantó un beso rápido en los labios que fue sorpresivo, pero bien recibido.

—¿Sabes bien a lo que vine, verdad?

El británico se mantuvo cerca de él porque había extrañado a Argentina lo suficiente para no querer alejarse.

—Sí, claro que lo se, pero quiero oírlo de tu propia boca.

Argentina le volvió a sonreír, y definitivamente esa no iba a ser la última vez que lo hiciera. No con UK.

Se agachó nuevamente pero para quedar cerca del oído del contrario, tambien para que no viera su rostro que comenzaba a colorearse en vergüenza.

—Te amo, siempre te amé. Desde que te conocí esa vez en la oficina de mi viejo, supe que no te iba a poder sacar de mi mente... ahora estamos acá, vos y yo, como siempre quisimos —comenzó a hablar —¿no queres salir conmigo? Tipo, ser mi... novio.

Reino Unido sintió su corazón acelerarse, latiendo desbocado en su pecho ante la emoción de por fin haber dejado salir sus emociones, de ser libre, a pesar de aún tener bastantes límites. Mientras estuviera con Argentina a su lado, era capaz de esperar siglos esa libertad ansiada por ambos, la libertad de poder tomarse de la mano en público, o besarse en una plaza de nuevo. Por ahora, se conformaba con estar con ese argentino de ojos brillosos y alegres en privado.

Lo elegiría una, y otra, y otra vez. Porque Argentina había sido su pasado, y también quería que fuese su presente y su futuro.

—Claro que sí, idiota. Hoy y mañana, siempre tendrás mi cariño.

Se dieron otro beso veloz mientras se sonreían mutuamente, felices.

Sí, estaban seguros de que todas las cosas iban a ir bien.

***

Muchas gracias por haber llegado hasta acá con la lectura, ¡lo valoro un montonazo!

Se que no es la mejor historia y que es bastante corta, pero la verdad, yo estoy bastante conforme: la escribí en menos de un mes (13 días para ser exactos) con actualizaciones casi diarias, siendo que en general tardo meses enteros en desarrollar una sola idea sin irme por las nubes.

Nuevamente, ¡muchas gracias! Ya estaremos de vuelta encontrandonos, junto con nuestros dos protagonistas...

Latir Desigual [UkArg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora