Entre tiempos~ Lumity Human Au

<< Ahí estaría >>

─ Darius ¿terminaste el informe que te pedí?─

Un hombre castaño revisaba los últimos detalles de la carcasa de lo que sería el invento del siglo.

─ Oh claro. Ya se los entregué a Eda. Por cierto, Many me dijo que se tomará unos dias libres, su hija está cerca de nacer.─ contestó el hombre de tez morena que era encargado de ayudar en el invento.

─ Bien, gracias. Me alegra que la hija de Many nazca pronto, a la mía le falta para nacer.─ Dijo empezando a guardar cosas en sí maletín.

─ ¿Vas a seguir en tu casa?─

─ Si, es mejor que termine el transportador y luego lo traiga o puede tener complicaciones.─

─ Sabes, aquí hay mejores equipos para que puedas terminarlo. ─

─ Lo sé, aunque también me permite trabajar y estar en casa, Odalia esta por tener a nuestra tercera hija y quiero acompañarlos.─ observó un marco de fotografía en donde estaban sus dos hijos, gemelos, y su esposa.

Tendría que cambiar la imagen, el nacimiento de su hija estaba a unos meses.

─ Vaya que responsable padre de familia.─ burló el hombre.

─ Algún día lo entenderás Darius.─ reprochó divertido.

El hombre río. ─ Si claro, como si algún día tendré hijos.─

─ Cuando estés cuidando de un niño quiero verte reír.─ ambos hombres rieron y se despidieron.

El castaño dejó su bata de laboratorio en un perchero y tomó su chaqueta. Se despidió de sus compañeros que aún seguían en el trabajo.

─ ¡Oh Alador!─ a la vuelta de uno de los pasillos apareció Eda, una gran amiga y compañera.─ ¿Darius ya te informó sobre el descanso de Many?─ dijo la mujer acercándose al hombre.

─ Si lo dijo. Si ves a Many, dale mis felicitaciones.─ sonrío.

─ Tenlo por seguro.─ la mujer río con su característico ronquido, lo tenía desde que la conocía.─ ¿Tú tercera hija esta por nacer no?─

─ Así es. ─ dijo orgulloso, sus hijos eras algo importante para él.

─ Vaya, parece que todos quieren tener hijos hoy en día. Te apuesto a que cuando sean grandes tu hija y mi sobrina serán grandes amigas.─ la mujer se cruzó de brazos segura de lo que decía.

─¿Tú sobrina?─ preguntó con una ceja alzada.

─ ¡Claro! Me auto nombré su tía. A Many y Camila no les molestará.─

─ Serás una gran tía Eda. ─ río el hombre.

─¡Oh, Claro que lo seré! ¿Por quién me tomas? ─ como siempre, Eda tan humilde.

─Bien ya tengo que irme. Odalia y los niños me esperan.─ guardó su pergamino después de ver la hora.

─ Si, si, ve con tu familia. Dale mis saludos a Odalia.─

─ Gracias Eda, lo haré.─ nuevamente el hombre siguió su camino hacia la salida, faltaban algunas horas para ver el anochecer, algo que disfrutaba hacer con sus gemelos.

Caminó hasta su casa, pasando por un pequeño local en donde compré algunas galletas para Emira y Edric.

Cuando llegó a su casa, el ambiente se lleno de gritos de dos pequeños peliverdes traviesos corriendo por todos lados.

En este mismo también pudo escucharse la voz de Odalia advirtiendo no correr tan rápido.

Cuando se acercó a la sala, ahí estaba su familia. El ambiente familiar que sentía cada que entraba a su casa le hacía sentir mejor e incluso menos cansado de él día, le daba energía hasta para deducir trabajando.