-¡Viejo! ¿Qué es ese olor? -preguntó Thomas después de media hora lavando platos.
Escuchó la risa de Minho detrás de él, en el otro lavado.
-Detergente casero, larcho. Te acostumbras con el tiempo.
-Qué asco. Espero nunca caerme siendo corredor. Este destino es terrible.
-No te ofendas, miertero, pero tú nunca serías corredor.
Thomas se dio la vuelta, y a pesar de la orden de Minho: se ofendió de todos modos.
-¿Por qué no?
-Los novicios no suelen ganar ese tipo de trabajo.
-Bueno. Sí. Pero... quizás... olvídalo.
-Quizás si fueras con Newt y le chuparas la...
-¡Minho!
Volvió a reírse. Thomas pensó que quizás la vida del chico era una broma conjunta. Todo le resultaba irónico y gracioso, y a veces le molestaba.
-Mira, se nota que te gusta -admitió Minho.
-¿No? -negó, vacilante.
-Bueno, tú solo dime.
-¿Decirte qué?
-Si necesitas refuerzos -parecía que el asiático hablaba en códigos con él.
-¿Refuerzos de qué tipo...?
-Mierda, larcho, eres difícil para seguir el hilo, ¿eh? -escuchó su voz más cercana, como si estuviera a sus espaldas.
Sintió que unas manos le tomaba la cintura y le daban vuelta. Quedó de frente a Minho y antes de poder reaccionar este le acercó de un tirón para atraparlo en un beso. Sintió como sus caderas chocaban contra el lavado y la canilla se cerraba. El silencio se rompía con los sonidos apasionados y pegajosos que se daban los chicos.
Thomas no sabía por qué, pero le seguía la historia: lo rodeó con sus brazos arriba del cuello tenso y el otro lo levantó para subirlo a la mesada de la cocina. El novicio rodeó su cintura con sus piernas y lo aferró más a él. Deslizó sus manos por su garganta hasta su pecho trabajado y las introdujo debajo del pantalón de Minho.
-Bueno -se alejó Minho entre fuertes respiros- ¿Es un trato, entonces?
-Esto... -Thomas seguía consternado y confundido.
-Debo ir a por más detergente, ¿te veo en un rato?
-Esto...
Minho se rió (ya no era sorpresa) y se retiró.
Thomas se quedó por unos varios minutos arriba de aquella mesada, mirando al vacío, preguntándose qué acababa de ocurrir. Volvió a prender el agua para volver a la realidad y sin darse cuenta estaba lavando la vajilla nuevamente.
***
-No tengo idea -respondió Chuck después de que Thomas le pidiera un consejo sobre el problema con Minho.
-Vaya ayuda, miertero -se cruzó de brazos Thomas, después de dejar el trapeador sobre el barril.
-Ya, si querías un consejo, haberle pedido a Max. Yo estoy en otra sintonía, larcho.
-Sí... lo sé -respondió ausente cuando vio a Minho hablando con alguien cerca de la puerta al laberinto.
Cuando el asiático le devolvió la mirada, le guiñó el ojo y siguió en su conversación. Sin embargo, el acompañante del chico se dio la vuelta para ver de qué se trataba, y Thomas notó que se trataba de Newt.
Sin vacilar corrió la vista hacia Chuck fingiendo despreocupación, pero ahora sabía que estaba en verdaderos problemas: ¿de qué hablaban? ¿De esta "nueva relación"? ¿Y esto que era, en fin? ¿Una aventura o algo más? ¿Cómo se sentiría Newt al respecto?
-Vaya, larcho -escuchó que decía su amigo- tienes a todos a tus pies, ¿eh?
-Mierda, ¡no! ¡Mieeeeeeeerda...!
Ahora Newt y Minho se acercaban.
-Bueno, ¿hola? -dijo Newt cuando llegaron.
Chuck nuevamente miró con su rostro confundido y "dejó que los adultos hablaran".
-¿Ocurre algo? -preguntó Thomas.
-Solo quería ver en qué andaban mis fregones favoritos -sonrió el encargado.
Minho se encontraba detrás con una sonrisa cómplice.
-Pues... nada... ¿fregando?
-Debes estar cansado, Thomas -dijo Minho. Entonces miró a Newt- Él estuvo ayudándome con el lavado de platos, ¿sabes, amigo?
De pronto Thomas creyó entender de qué se trataba el rollo de Minho.
¿Quería, acaso, hacerle saber a Newt que ellos habían estado "MUY JUNTOS"?
-Oh, bien por él. Sí. Bien por él -el encargado de verdad se notaba incómodo.
-Bueno, estuvimos ocupados, ¿verdad que sí, Thomas?
-Esto... sí... ocupados.
-¡Já! Bueno, esto... continúen con lo... que hacen -finalizó Newt.
El corredor miró al novicio y ambos mostraron miradas cómplices.
-Buena esa -moduló Thomas con los labios.
-Buena esa -repitió Minho.
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Amor Secreto
FanfictionThomas se encontraba tan desconcertado en el momento en el que escapó de la Caja, que no pudo admirar a Newt ni un segundo. Pero alguien dulce, tranquilo y poderoso, puede ser tan atractivo como un boleto fuera del laberinto.