El museo donde todo se vale

Capítulo 1

Las imagenes que aparecen en cada capítulo son meramente ilustrativas y ayudarán al lector a entender el ambiente y elementos de la trama. 

Muchas gracias por ser lector de esta novela y espero sea de tu agrado.

El sol comienza a asomarse y la ciudad de New York es una pequeña jungla de cemento que parece no descansar. Dicen que en las grandes ciudades todos tienen prisa y es que la vida pude ser tan corta que si no tienes apuro por realizarte te vas a quedar muy atrás.

En unos años más iniciará el nuevo milenio y la gente no para de  hablar sobre el como será el año 2000. Es 1995 y aún no hay autos voladores, no hay patinetas de aire, maquinas que transformen la ropa de otro color y mucho menos hay computadoras pequeñas que quepan en los bolsillos, pero el futuro se mira muy prometedor y está claro que habrá grandes cambios significativos.

Dicen que después de los 21 años, las personas deben de pensar en su futuro y comenzar a verse realizados, pero en la mayoría de los casos los 20 años es la continuación de la incomoda adolescencia, donde pues seguir sin saber lo que buscas de tu vida. Al menos así parece ser para la mayoría.

Mabel Salazar sale temprano de su casa casí todos los días, se dirige hacía su empleo en el metro. Todo luce muy cotidiano, cada vagón repleto y la gente con prisa. Al llegar a su parada la recibe un vendedor de pretzel que está cerca de la salida. Ella compra uno antes de entrar a su turno en Gateway Country, la gran corporación de venta de computadoras, en donde debe vestir su uniforme en color blanco y negro, junto con otros 8 compañeros. Su trabajo consiste en la venta de equipos de computo, algo que sin duda ha crecido mucho desde principios de la década.

A la par de Mabel llega Mandy Heart, amiga desde hace 6 meses, tiempo en el que ambas entraron a trabajar. La puerta se abre y los empleados se apresuran a entrar. Las cajas con estampados de vaca decoran todo el lugar. Los empleados dejan sus pertenencias en el área de casilleros y al salir ella casi choca con Maurice Hatcher, el joven programador de Gateway. Su trabajo consistía en hacer que los clientes tuvieran sistemas operativos de acuerdo a sus necesidades. A sus 25 años es un genio de las computadoras, a pesar e su aspecto físico digno de un adonis. Sus ojos azules, tez blanca y cabello ligeramente ondulado color rubio obscuro le hacían ver como un chico de la televisión. Sus compañeros de trabajo no saben mucho de el, es demasiado serio, reservado y tímido, con la mente siempre en las computadoras.

El día transcurre con normalidad, los clientes lucen confundidos con respecto a las funciones de las computadoras. Puerto USB, memoria RAM, disco duro, conectores internos, diskette, lenslook y demás términos que sin duda han estado en esta nueva era de tecnología.

Durante las jornadas laborales, la persona que más atrae clientes es Anne Caroll, la barbie de Gateway. Una atractiva y superficial  joven de cabello rubio bien peinado, maquillaje y zapatillas de tacón que hacían resaltar sus largas piernas, siendo todo lo contrario a Mabel, cuyos rasgos latinos parecían no ser muy llamativos para los clientes. Las chicas lindas siempre suelen acaparar más la atención. Llegaron las 2 de la tarde, hora del almuerzo para los empleados, así que muchos se dirigen al comedor o simplemente comen en algún establecimiento fuera. Rápidamente Anne se sienta de manera coqueta al escritorio de Maurice.

- ¿ Salimos a comer? - le pregunta ella con su falsa sonrisa.

El le responde afirmativamente un poco inseguro y se van del lugar. Mabel los mira retirarse, no podía comprender como es que accediera cuando no se le notaba tan cómodo. Mandy y Mabel se sientan fuera en un banco mientras que Mandy no para de hablar de los problemas de su familia.