Capitulo 14

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Mark y Mabel se unieron a la gran horda de gente que se dirigía hacía la sala de la reina. En las cámaras previamente, habían notado como los guardias escoltaban a todos hacía el mismo camino al que querían llegar. Detrás del tablero de solitario se abrió una puerta secundaria donde todos entraron en masa a lo que parecía ser una sala de juzgado. Todos se sentaron en las gradas. Pudo reconocer a muchos estudiantes de la escuela de langostas o al hombre del zoológico. Se sentaron en unas gradas en la primera fila cerca del estrado.

- En la historia de ''Alicia en el país de las maravillas'' la reina manda a juzgar a Alicia, pero no creo que Mandy quiera hacer un drama por haberle ganado un tonto juego de cartas - le susurro Mabel a Mark, aunque con un poco de dificultad debido a el televisor sobre su cabeza.

- No conocemos a esta mujer, no le bebemos ningún respeto, yo solo respeto al programador.

Un gran barullo confundido se escuchaba en la sala, hasta que un gran estruendo se escuchó haciendo callar a todos.

- ¡SILENCIO EN LA SALA, TODOS DE PIE PARA RECIBIR A SU MAJESTAD LA REINA DE CORAZONES !

Sin protestar todos se pusieron de pie, mientras unas trompetas anunciaban la entrada de Mandy. Ella llegó cargada de 2 guardias en una silla dorada, sosteniendo su cetro de corazón iluminado.

-¡ Gracias a todos por venir, ahora empecemos ! - anunció Mandy.

Un hombre de mediana edad, gafas y cabello canoso, entró a la sala con unas hojas en la mano. Comenzó a decir en voz alta.

- Nos reunimos el día de hoy en este tribunal para sentenciar al joven Maurice Hatcher, acusado de cometer fraude en contra de su majestad la magnifica reina de corazones.

Al decir esto la puerta principal se abrió de golpe y los guardias empujaron a Maurice dentro. Al estar atado de manos este cayó estrepitosamente por el suelo. Los gestos de asombro y los sonidos de asombro no se hicieron esperar, todos lucían preocupados ante la horrible situación. Mabel trató de levantarse rápidamente pero Mark la detuvo moviendo la cabeza negativamente, ella se sentó temerosa al ver como Maurice se incorporaba de pie miserablemente a mitad de la sala.

- Por favor señor Hatcher podría subir a el estrado - le indicó el hombre.

Maurice se subía al mismo mientras se notaba que temía cruzar miradas con Mandy. Ella por su parte tenía una mirada llena de rencor en cuanto lo vio llegar y se podía apreciar que disfrutaba el hacerlo sentir humillado.

- Diga su nombre - prosiguió el hombre de anteojos.

- Maurice Hatcher - respondió el.

- Señor Hatcher, se le ha llamado a este estrado para declarar ante el juzgado por el crimen de robarse un documento de suma importancia para la reina.

- Esta bien, lo acepto - respondió triste.

Un gran asombró se podía ver por parte de los asistentes, prácticamente era una gran confesión ante los habitantes ¿ Como era posible que Maurice le hubiera robado un documento, si prácticamente no parecían tener ninguna interacción en el trabajo ? Mabel y Mandy habían convivido el suficiente como para haberle confesado aquello.

- Claro que lo aceptas, te robaste lo que por ley era mío - reclamó Mandy.

- ¡ Objeción !  - exclamó Mabel poniéndose de pie.

De pronto se sintió demasiado incomoda ante la mirada de todos los asistentes, desde su desastrosa participación en una obra de teatro cuando estaba en la escuela primaria no había tenido tanta atención sobre ella. Caminó lentamente hacía el estrado mientras tomaba de manera nerviosa su delantal.

El museo donde todo se valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora