Entraron a un cuadro donde se podía ver un jardín con mucha vegetación. Maurice guió a Mabel tomándola de la mano por los bastos arbustos del lugar.
- ¿ A donde vamos ? - le preguntó ella, apartando las ramas de su rostro.
- A un lugar que es mi favorito, nunca llevé a nadie ahí, aunque ahora que lo analizo nunca nadie ha estado aquí.
- Yo aún creo que estoy dentro de un sueño.
Llegaron aun lugar de ensueño, se podía observar una pintoresca cabaña a mitad del bosque. cerca de un pequeño parque de diversiones, en ella se podía ver una gran rueda de la fortuna y un carrusel de dos pisos, también tenía un jardín llenó de tulipanes alrededor , el césped le rozaba los tobillos impregnándole ese aroma tan característico de la hierba fresca parecía sacado de los cuentos que ella solía leer en la escuela primaria. Mabel se quedó pasmada mirando todo a su alrededor, Maurice se adelantó y entró a la cabaña cerrando la puerta detrás de el , ella lo siguió , la puerta era de madera y tenía decoraciones labradas con forma de animales, era una cabaña pequeña, pero claramente acogedora, después de vivir toda su vida en la gran manzana rodeada de un ambiente citadino y superficial. Al tocar la puerta el abrió diciendo.
- No puedes entrar sin ser invitada.
- Me invitaste tú.
- ¿ En serio ? Entonces pasa.
Por dentro la cabaña era la total descripción de una casa de cuento de hadas, una pequeña sala de muebles de madera, un comedor con 6 sillas y un lindo jarrón de flores en medio. Por la puerta trasera había un gran jardín y se veía montada una mesa larga con lo que parecían tazas de té.
- Claro esto era obvio - dijo para sí misma con un suspiro.
Maurice movió una silla rápidamente a ver que Mabel se acercó a la mesa. Cuando ambos se sentaron le preguntó.
- ¿ Prefieres soda de frutas o de piña ?
- De frutas, estaría bien.
- No hay.
- Bueno de piña.
- Tampoco.
Mabel se rio, para ese punto ya no se sentía molesta o estresada, estar con Maurice a solas en una fiesta de té era muy surrealista.
- ¿ Para que me ofreces algo que ni siquiera tienes o para que son las tazas de té ?
- Lo siento, no estamos acostumbrados a recibir visitas.
- ¿ Quienes ?
Al preguntar eso una marioneta de peluche con forma de liebre color café se asomó lentamente debajo de la mesa.
- ¡ Que bien sombrerero, ahora tenemos exceso de personas en la mesa, no quiero compartir mis galletas ! - exclamó Maurice haciendo la voz de la liebre.
- Si quieres me voy - dijo Mabel siguiendo el juego.
- ¡ No digas eso ! Es nuestra invitada y claro que le voy a dar tus galletas eso fue muy grosero de tu parte - le dijo Maurice a la marioneta que el mismo manipulaba.
- Bueno, que nos cuente algo divertido - dijo la liebre.
- Me temó no soy una persona divertida o alguien que deba contar algo gracioso, creo que tu has resultado una persona más extravagante que yo.
Maurice se quedó en silencio con un rostro preocupado, como si recordara algo que le incomodara.
- ¿ De verdad te parezco extravagante ?
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El museo donde todo se vale
FantasyAdaptación del clasico de Lewis Caroll ''Alicia en el país de las maravillas'' y el programa para computadoras de Wayzata Technology '' The museum of anything goes'' esta novela sigue la historia de Mabel Salazar una joven latina que vive en New Yo...