Capitulo 11

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Mabel y Maurice, se sentaron en el piso de la sala principal tratando de pensar una solución para que ambos pudieran regresar a casa. Más sin embargo parecían no tener idea de como funcionaba el sistema del todo.

- No entiendo como es que solo sales de aquí, con tu mente - dijo Mabel tratando de buscar la lógica que la haría salir de el programa.

- Pues es solo eso, lo pienso y de repente BOOM estoy fuera. De haber sabido que alguien más podía estar aquí, habría programado una puerta de salida.

- Cruzo la puerta principal, pero solo hay un océano, gente y criaturas extrañas ¿ Y si navegara por el océano hasta descubrir el fin?

- ¿ Es una broma ? Podrías perderte en el terreno digital, es prácticamente vacío no explorado, no programé un universo infinito, créeme si hay una forma de que puedas ser localizable es aquí - contestó Maurice con un tono preocupado.

- Pues no habría esperado esto desde un principio, siempre pensé que vivir una aventura como en ''Laberinto '' sería lo mejor del mundo y aunque he vivido experiencias increíbles , no tengo certeza del final, comienzo a sentirme asustada.

Maurice se sentía un poco mal por Mabel y es que se daba cuenta que su paraíso, se volvía una tortura para ella.

- Escucha, lamento mucho lo que sientes, lo sé, me ocurre todo el tiempo, vivir en una incertidumbre y sentirte responsable de ello - contestó Maurice con un gran suspiro, aunque de pronto tuvo una gran idea - ¿ Y si solo tratas de imaginar algo ?

- ¿ Como qué ? - preguntó ella extrañada.

- Fácil, este mundo esta hecho de imaginación, de ideas, yo las he plasmado aquí, construyéndolo todo como un programa digital, no me parece descabellado que trates de averiguar si puedes salir, solo imaginándolo.

- ¿ Como imaginar que sales de un programa digital, no será necesario que lo programes eso en tu computadora ? 

- No lo se, prueba cualquier cosa que tienes en mente.

Pensar o imaginar una salida era complicado, ella cerró los ojos y trató de imaginarse frente a una puerta que la dirigiría justo frente a la tienda de galletas donde cayó por la alcantarilla, si se concentraba lo suficiente tal vez podría despertar ahí, se quedó con los ojos cerrados por aproximadamente 5 minutos, los abrió lentamente pero se encontró nuevamente en el mismo lugar.

- No funciona - dijo Mabel decepcionada.

- Vamos, tal vez necesites pensar de manera más fuerte - respondió Maurice.

Mabel trató de concentrarse, puso sus manos sobre sus sienes, cerró los ojos y trató de imaginarse fuera de ese sitio, solo tenía que recordar como era sentirse fuera del museo. Tal vez un recuerdo que tuviera un peso fuerte en su vida. De inmediato recordó cuando era niña y sus padres la llevaban a jugar en un parque cerca de la casa donde vivió en su infancia, en un sitió donde se encontraba un hermoso jardín con flores de todos los colores. Era posiblemente uno de los recuerdos más remotos de su niñez y es que pensar en algo que te hacía feliz de niño siempre puede ser cálido, su mente la llevó nuevamente a respirar ese perfume de las flores mientras corría por la  verde hierba la cual al ser verano lucía muy crecida, por lo que ella se sentía muy pequeña y perdida entre las altas ramas de césped las cuales apartaba con sus pequeñas maños. Sabía que si nunca podía salir de ese lugar no podría volver a vivir esa experiencia, se lamentó todo el tiempo que pasó odiando estar en espacios abiertos, la adolescencia la había convertido en un ser aislado del contacto con su entorno. Abrió los ojos con un sentimiento nostálgico que le invadía el pecho, solo para darse cuenta que seguía junto a Maurice en el mismo sitio.

El museo donde todo se valeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora