TEACHER'S OBSESION-Gojo Satoru X Oc-

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Capitulo N.2: Molestias.

Así fue como, tras entregar mis papeles al director, me admitieron en la prestigiosa escuela de hechicería. A decir verdad, me sentía completamente fuera de lugar. Mi poder maldito seguía siendo un enigma para mí: no tenía idea de cómo controlarlo, ni mucho menos de los misterios de la hechicería. Además, estaba muy por detrás de mis compañeros de primer año, no solo por mi falta de conocimiento, sino porque también era un año mayor que ellos. Mientras todos ya estaban avanzados en su formación, yo apenas comenzaba.

—Como bien sabes, eres un año mayor que el resto de los alumnos de primero —dijo el director con voz calmada, sus ojos observándome con comprensión—. Por lo tanto, vas más atrasada que cualquier otro estudiante. Y, además, desconoces por completo los fundamentos de la hechicería. Pero por suerte, los alumnos de primer año tienen a un excelente profesor. Estoy seguro de que aprenderás rápido con alguien como el, aunque es un poco difícil de tratar.

—Se lo agradezco mucho —respondí, inclinando la cabeza en una pequeña reverencia.

El director me devolvió una sonrisa cálida, una que consiguió relajarme un poco.

—En unos minutos, tu profesor vendrá a presentarse contigo —continuó—. Él te mostrará las instalaciones y te llevará a tu nueva habitación. Mañana comenzarán las clases, y confío en que te adaptarás pronto.

La calidez de sus palabras hizo que, por primera vez en mucho tiempo, me sintiera segura. Pero antes de que pudiera decir algo más, se escucharon un par de golpes en la puerta. Mi corazón se detuvo por un instante, sabiendo que al otro lado estaba alguien que marcaría el comienzo de mi nueva vida en este extraño y desconocido mundo de hechicería.

—Debe ser tu profesor, adelante —dijo el director con tranquilidad.

La puerta se abrió rápidamente, y contuve el aliento mientras giraba mi rostro, ansiosa por conocer a quien sería mi guía en este nuevo camino. Pero en cuanto vi al hombre que cruzó el umbral, el aire se atascó en mis pulmones.

—He llegado. Un poco tarde, pero con ganas de conocer a mi nueva alumna —dijo el albino alto, con una sonrisa despreocupada que rápidamente reconocí.

El director Yaga lo miró con una mezcla de resignación y humor.
—Llegas tarde como siempre. Ella será tu nueva alumna.

Mis ojos se abrieron de golpe, incrédula. Era él. El chico con el que había compartido esa noche que me dejó marcada. Mi mente se aceleró, desordenada, mientras intentaba procesar la situación. Antes de que pudiera articular algún pensamiento coherente, escuché el nombre que rompió cualquier duda.

—Se llama Mitsuri ______ —dijo el director, presentándonos oficialmente.

La sonrisa de mi profesor se desvaneció por un instante. Aunque llevaba una venda cubriéndole los ojos, pude sentir que me había reconocido también. El ambiente en la habitación se volvió denso, cargado de una tensión que ni siquiera las palabras podían romper. Pero luego, con una frialdad perfectamente controlada, volvió a esbozar una sonrisa.

—Un gusto —pronunció de nuevo, esta vez con un tono más neutral.

Mi cuerpo se movió antes de que pudiera reaccionar y, nerviosa, hice una reverencia, sintiendo el calor subiendo a mis mejillas.

—Bueno, encárgate de enseñarle la escuela y su habitación. Hasta luego, Mitsuri —dijo el director Yaga con una sonrisa.

—Hasta luego, señor director —respondí en un susurro, sin atreverme a levantar la vista, aunque pude ver de reojo cómo el albino mantenía su postura tranquila.