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Capítulo N.9: "Invasión en el evento de intercambio"

La fatiga me invadía, arrastrándome al borde de la derrota tras el enfrentamiento con Hishiori, quien ahora yacía inconsciente, desplomada sobre el suelo en un silencio desgarrador. Su cuerpo derrotado parecía haber sucumbido a la nada misma. Un velo oscuro, insondable, descendió lentamente, cubriendo la vasta extensión del cielo antes azul, robándole su brillo, su esencia. ¿Qué clase de maldición era aquella?

Aturdida, mis ojos recorrieron el espacio, siguiendo el ominoso telón que se extendía como una sombra impenetrable sobre la penumbra circundante. De repente, un torrente de energía maldita sacudió el aire con una brutalidad abrumadora, tan poderosa que mi piel se erizó al instante. Nunca había sentido una presencia de tal magnitud. Mi mirada se dirigió instintivamente hacia el origen de aquella fuerza aterradora. Esto no formaba parte de los planes que nos habían trazado los maestros, ni de los escenarios que temíamos.

Sin dudarlo, corrí hacia la fuente de la energía, y no tardé en encontrarme con Megumi y Noritoshi, quienes también parecían estar bajo el influjo de esa intensa atmósfera de incertidumbre.

—¿Qué está ocurriendo? —pregunté con urgencia, mi voz traicionada por la ansiedad mientras mis ojos se movían inquietos, escudriñando el entorno.

—Mitsuri, no lo sabemos —respondió Noritoshi, su ceño fruncido, sus ojos oscuros reflejaban la misma confusión que la mía—. De repente, ese velo cayó, y una presencia maldita se manifestó, rompiendo el equilibrio de todo.

Su voz, usualmente firme, se quebraba con una duda poco habitual en él. Megumi, a su lado, mantenía el rostro sombrío, aunque sus ojos brillaban con la determinación de quien está acostumbrado a lo imposible.

—¿Y los profesores? —inquirí, buscando una respuesta en medio del caos.

—No hemos podido contactarlos —respondió Megumi con tono grave—. No hay señal, como si estuviéramos completamente aislados.

—Maldición... —murmuré entre dientes, mientras el pánico empezaba a deslizarse en mi interior como una sombra.

—Debemos salir del velo —dijo Noritoshi, recuperando su compostura—. Es lo único que podemos hacer por ahora. Luego veremos cómo enfrentarnos a lo que sea que nos aguarde.

Pero no hubo tiempo para ejecutar ningún plan. Inumaki apareció de repente, en lo alto de un edificio, su mirada advertía el peligro inminente. Con un solo gesto, su voz amplificada por su técnica maldita resonó por todo el lugar:

—¡Corran!

Y no hizo falta repetirlo. De inmediato, comenzamos a correr. Una maldición de categoría especial había surgido de las sombras, una entidad grotesca y singular, envuelta en un aura desconocida, sus palabras ininteligibles flotaban en el aire, como un eco en un idioma prohibido. Sin embargo, lo entendimos claro: su intención era destruirnos.

La criatura, cubierta por una suerte de flores malditas, avanzaba con una velocidad antinatural. Nosotros, desesperados, intentábamos esquivar sus ataques, ayudados por los Shikigamis de Megumi, que se interponían en su camino, mientras Noritoshi disparaba flechas imbuidas con energía maldita, hiriendo a la bestia con precisión milimétrica., e Inumaki, que con su discurso maldito detenía a la maldición.

Yo, por mi parte, sentía una impotencia que me consumía. No podía usar mi ritual maldito, no tenía la fuerza suficiente para enfrentar a una maldición de ese nivel. Apenas lograba cubrir las espaldas de Megumi y Noritoshi, intentando mantenerme viva mientras huíamos de esa abominación floreada, buscando una estrategia que nos permitiera sobrevivir.

TEACHER'S OBSESION-Gojo Satoru X Oc-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora