TEACHER'S OBSESION-Gojo Satoru X Oc-

{0.3}

Capítulo N.3: Yo te enseñaré a usar tu energía maldita.

El aire en el dojo estaba cargado de una tensión palpable, mientras las palabras del maestro resonaban en mi cabeza. Habíamos pasado días enteros sumidos en la teoría de la energía maldita; mi mente parecía un campo de batalla lleno de conceptos complicados, y sentía que en cualquier momento iba a colapsar. Pero lo peor no era el agotamiento mental, sino lo que venía ahora: los entrenamientos. Y aunque siempre había entrenado mi cuerpo, fortaleciendo cada músculo, la duda me carcomía. ¿Qué tan fuerte sería frente a un hechicero? Esa incertidumbre me tenía en vilo. Hoy lo descubriría.

—Muy bien, Mitsuri. Sabemos que posees energía maldita, pero aún no sabemos cómo se manifiesta en ti. Para que tu energía surja, tu cuerpo necesita ser lo suficientemente fuerte como para soportar su desarrollo. Por eso, hoy entrenarás en combate cuerpo a cuerpo con tus compañeros. Ellos podrán usar sus técnicas malditas. Ambos son lo bastante poderosos para manifestar su energía, así que... muéstrame de qué estás hecha —dijo Gojo, su voz calmada pero retumbando como un eco en mis oídos. Su presencia siempre me estremecía, y hoy no era la excepción.

—Entendido, profesor —murmuré, intentando ocultar mi cansancio. Mi cuerpo ya clamaba por descanso después de tanto estudio, pero no había tiempo para quejas.

—Primero, combatirás con Megumi —anunció.

Sentí un nudo en el estómago. Megumi era un misterio para mí, siempre tan sereno y distante. No sabía qué esperar.

—¿Puedo utilizar mis shikigami? —preguntó Megumi, su tono tan impasible como siempre.

—Claro que sí —respondió Gojo con una sonrisa despreocupada.

—¿Shikigami...? —pregunté, confundida, mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.

Megumi me miró, apenas un destello de curiosidad en su rostro antes de explicarme con una tranquilidad pasmosa:

—Es mi técnica maldita. Puedo invocar hasta diez sombras, cada una con habilidades diferentes.

Mis ojos se abrieron de par en par. Diez... criaturas invocadas por sombras, cada una con un poder propio. Sentí un ligero escalofrío recorrer mi espalda, pero traté de disimularlo con una sonrisa que apenas podía mantener.

—Vaya, no lo entiendo del todo, pero suena... interesante —dije, intentando sonar optimista, aunque la realidad era que mi corazón latía a mil por hora.

—Bueno, entonces... ¡empiecen a pelear! —exclamó Gojo, casi con una alegría infantil, ajeno a la tormenta de nervios que me asediaba.

El suelo bajo mis pies parecía más inestable de lo habitual. No sabía si era por el miedo o la anticipación. El aire se sentía más pesado y, a medida que Megumi daba un paso hacia adelante, el ambiente a nuestro alrededor cambió. Su sombra empezó a moverse de forma extraña, como si tuviera vida propia, y lo siguiente que supe fue que una de sus criaturas comenzó a materializarse. Mis músculos se tensaron de inmediato.

Este no iba a ser un combate fácil... y lo sabía. Pero tampoco iba a darme por vencida.

De repente, un lobo sombrío emergió de la nada tras Megumi, lanzándose hacia mí con una velocidad que apenas pude registrar. Sin pensar, traté de interceptar su ataque con una patada contundente, pero el lobo, ágil y feroz, la esquivó sin esfuerzo.

—Vaya... esto no será nada fácil —murmuré, esquivando sus garras mientras su aliento caliente rozaba mi piel. Mi mente trabajaba a toda velocidad, buscando una estrategia entre el caos. Observé a Megumi, sereno en la distancia, mientras su criatura me mantenía a la defensiva. —Debe depender de sus shikigami porque no es tan fuerte en combate cuerpo a cuerpo—.pensé—Si puedo acercarme lo suficiente... tal vez tenga una oportunidad.