CAPÍTULO NUEVE

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ENGFA

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ENGFA

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PASADO

Observé a Becky pasear por el extenso césped de los Austin como una leona en la caza.

Por la forma en que miraba a Charlotte, estaba claro quién era el objetivo. Ella se acercó a donde estaba entreteniendo a sus amigas de remo, se colocó justo a su lado y dijo algo que hizo reír a sus amigas. Mis ojos todavía estaban en Charlotte. Habían pasado solo un par de horas desde que esos labios, que se extendieron en una sonrisa completa, estuvieron en los míos, y un mes entero desde el primer beso en la fiesta de mi abuela. El grupo se rio de algo otra vez, y Charlotte miró a Becky. Ella le dirigió esa sonrisa amplia y acogedora que me había envidiado celosamente.

Me aparté del lugar donde había estado parada la mayor parte de la noche y caminé en la dirección opuesta, deteniéndome cuando encontré a Natalia y Fede hablando con Sam.

—¿Dónde has estado?— Preguntó Natalia, mirando hacia arriba. —¿Con Char?—

—No. Solo .... por ahí. ¿Que están haciendo, chicos?

—Deseando que estar en otro lugar—. Su comentario hizo que Fede y Sam se rieran.

—Estábamos hablando de sacar los barcos mañana por la tarde—, dijo Sam.

—Hm—. Aparté la vista y mis ojos volvieron a encontrar a Charlotte. Becky tenía sus brazos alrededor de su brazo izquierdo, aferrándose a ella como un maldito koala. Mi paciencia se aceleró. ¿No podría simplemente mantener sus manos para sí misma?

—Engfa.

Parpadeé hacia mi hermana. —¿Qué?

—¿Por qué estás tan distraída? No me digas que te gusta una de las amigas de remo de Charlotte. —Natalia sonrió ampliamente.

Puse los ojos en blanco. No había mencionado el beso que habíamos compartido. Casi tuve dos ocasiones separadas, pero retenidas. Por alguna razón, se sentía como algo que quería proteger y guardar para mí. Tampoco le había contado sobre todas esas veces que me escabullí de mi casa para reunirme con ella, o cuántos besos habíamos compartido, o la forma en que pasábamos notas de un lado a otro durante la clase de literatura avanzada.

—He estado en un automóvil con todas ellas a las cuatro de la mañana, y créanme, no son agradables—, respondí, sin pensar en cómo esos viajes a las cuatro de la mañana habían pasado de un camión lleno de amigas a solo Charlotte y yo y luego Charlotte y yo paramos al costado del camino para tener una sesión de besos. Apenas reconocí esta versión loca de mí misma, aunque, en mi defensa, no estaba loca por las chicas. Estaba loca por Charlotte.

—Entonces, ¿por qué sigues mirando allí como si estuvieras interesada?— Fede se enderezó, hinchando el pecho.

—¿Por qué asumes que las estoy mirando?— Todos solo miraron, esperando. —Esta bien. Estaba tratando de descubrir el juego de Becky.

Entonces Estabas Tu ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora