𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑴𝒆𝒔𝒆𝒔

8;Serpens

                                                                    Orión

Se cuenta en los libros de historia de nuestras bibliotecas, que Quantis en un principio fue fundada por un centauro, que se enamoró de un hada. Pero este romance no pudo llegar a darse, dado que todas las especies de criaturas mágicas, desde el comienzo de los siglos han vivido separadas y nunca se han llevado del todo bien. Este centauro, cuyo nombre se desconoce, sufrió al no poder tener su romance con esa bella hada, cuyo nombre tampoco conocemos. Otro día el centauro conoció a alguien que pensaba igual que él.

El centauro, que andaba sin razón alguna para vivir, camino por el bosque de la desolación. Uno puede ir a caminar a ese bosque para sentirse mejor y buscar bienestar o alguna solución. Este bosque se conecta con todos los lugares de el continente, el tiempo es distinto y casi siempre uno sale siendo distinto.

La solución llego pronto. Estaba a punto de volver a casa, cuando diviso a alguien que caminaba lentamente. Tenía una capa que cubría absolutamente todas las partes de su piel. El centauro supo que esa era su solución, así que corrió hacia esa figura. Desesperado por encontrarla , agarro del hombro a aquel ser, y lo enfrentó cara a cara. Era un vampiro.

El vampiro lo analizo con una mirada de desprecio, así que retiro la mano del centauro de su hombro.

- ¿Qué es lo que quieres?

El centauro no dijo nada, solo lo miro, tenía el pelo blanco, pero no era viejo, las orejas puntiagudas, pero no era elfo, era muy delgado.

- ¿Por qué estás aquí? - le pregunto el vampiro mirándolo con unos ojos entre rojizos y fucsias

- Por no poder amar a quien quiero.

El vampiro suspiro.

-Acompáñame

El vampiro lo llevo a la sombra de un gran árbol, donde pudo ya a salvo del sol, quitarse su capucha.

-Me encuentro aquí por la misma razón- dijo mirándolo penetrantemente- no puedo amar a un hechicero

Esto le sorprendió al centauro, nunca se le había ocurrido la posibilidad de amar a alguien de el mismo género, pero igual lo respetó.

- ¿Por qué todos vivimos separados?

El centauro reflexiono sobre ello.

-No lo se. Desde pequeños que solo nos dicen que debemos estar separados.

Siguieron caminando por el bosque, dialogando y reflexionando. Cuando llegaron al final del gran bosque, el vampiro pensó que todo había sido en vano, hasta que el centauro le propuso una idea;

- ¿Por qué no creamos una ciudad donde todos se mezclen?

Así surgió la idea, crearon Quantis. Muchos seres fuero a habitarla, pero siempre fue un pueblo.

Años después el centauro, logro ganarse el corazón del hada. Un día el hada apareció en Quantis, apenada por lo que le había dicho hace unos años atrás. El centauro juro amarla y acompañarla siempre a donde fuese.

El centauro perdono sus errores y por un tiempo pudieron amarse.

Hasta que un día, el hada enferma; deja este mundo al año.

El centauro cumplió su palabra, y la acompaño. Pidió a un hechicero que le lance el conjuro mas letal que conocía, y de esta manera, se reunió con su amada nuevamente. Nadie sabe que fue del vampiro, se cree que fue líder del pueblo por un tiempo, hasta que murió. Así se fundó Quantis, un pueblo donde todos se mezclan con todos.

Años después, nacieron muchas otras historias sobre unas tierras.

La historia más conocida, es de que Akrea, el imperio de vampiros y hechiceros, encontró territorio, se quedó una mitad y la otra mitad se la regaló a Centrikus, reino de elfos y hombres lobo.

Pero hay otra historia que escasas criaturas conocen; se dice que antes de que llegase Akrea, habitaban pocas criaturas pertenecientes de Quantis. Se dice que exploradores de Akrea los tomaron y nunca se supo más nada de ellos. Pero ni Centrikus ni Faywair ni Nowserkle creyeron esta historia. Akrea, obviamente tapo su crimen con las tierras donadas a Centrikus. Esto fue hace 50 años. La ciudad de Nowserkle es habitada por centauros y medusas. También hay muchos de nosotros, los fungí, pero nadie sabe de nuestra existencia.

El imperio de Faywair, es habitado por hadas,duendes y antes habitaban en su mar, sirenas; Nadie sabe cómo ni porque, pero desaparecieron hace muchos años atrás.