16; Helix (2/3)

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Artemis

En la noche no dormí. Creo que llore mas que otra cosa. Me quede en la torre de Averi, pero esta vez en la cama marinera. Silenciosamente, pensé en mil cosas. No me pueden decir que es una obsesión, no todos los días te enteras de que en cinco meses vas a morir. Pensé en las cosas que hice, las que no hice, las que quiero hacer, y las que quiero arreglar. Pensé en mis pocos seres queridos. Pensé en mi familia, de la que me distancié. Pensé en mi padre, espero que este bien en su casa a orillas del mar. Pensé en mi madre, tendría que visitar sus cenizas en el sauce cerca de la casa de mi hermano. Tendría que viajar hasta Faywair para ver a mi hermana, si, ella era un hada. Nunca se lo dijimos a nadie, pero mi madre era un hada y mi padre un hechicero. Era un amor que nadie aceptaría más que mis hermanos y yo. Mi hermana, vivía en Faywair, hasta las ultimas noticias que tuve de ella que fueron de hace casi cinco años. Llore sabiendo lo egoísta que soy. Abandone mi familia para poder ser astrónomo a los catorce años, me voy sin decir adiós. Caigo cinco años después para anunciar que moriré en cinco meses y que deben preocuparse por el hermano que abandono a su padre cuando más necesitaba compañía después de la muerte de su compañera.
No me creo capaz de nada en este momento. Me siento vulnerable, y arrepentido. Sollozo violentamente y me pregunto por qué no conocía un hechizo para silenciar los sollozos.
Mi cabeza se parte en dos. Me incorporo en la cama. Me altero al sentir como unos delgados brazos me enrollan el torso, abrazándome. Mierda, desperté a Averi. Sus cabellos se mojan con mis lágrimas. Intento relajarme en vano.
-Sácalo, estás conmigo. No te contengas -me dice ella.
Me doy por vencido y la abrazo mientras sollozo, jadeo y gimo. *
***
La noche transcurre, el día recién anuncia su inicio. Hoy volvería al castillo. Los gritos del emperador serían los peores. Me había demorado dos días en traerle información.
Me despido de Averi y le digo que ella venga algún día a mi torre. Me estoy por ir, cuando su voz me dice;
-Artemis
La mire con mis cansados ojos que tenían bolsas y ojeras.
-Se que algo te pasa, y te voy a dar tu espacio. Pero no quiero que te siga afectando. Yo te diría que cuando puedas camines por el bosque de la desolación.
Mire el suelo.
-Gracias
Emprendí el camino de vuelta al castillo. Hoy no nevaba, pero hacía mucho frio, y la nieve que hace dos días yacía ahí no se había descongelado. Era temprano. Me daba tiempo para caminar por el bosque. Pensé en lo que quería una vez que saliera de allí. Pensé en mi familia, en mi felicidad, y en los demás. Pensé en que nunca encontré el amor. Que quiero encontrarlo.
Me adentre en el bosque. Mire hacia atrás. Ya no había salida hasta que encontrase mi solución.

𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 𝑴𝒆𝒔𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora