28 ツ

82 10 1
                                    

—Vaya, parece que alguien no durmió bien —dijo Seungkwan.

Me llevó hacia el baño del instituto, donde pude ver unas marcas bajo mis ojos. Hice una mueca de asco y trate de peinar mi cabello.

—¿Qué pasó ayer? —preguntó sentándose en el lavabo —¿Acaso fue tu príncipe azul en la noche? —dijo con una cara pícara.

—No. Solo que me desperté pensando en él.

—¿Y por eso no dormiste?

—Me enteré de que estuvo en el hospital hace mucho y algo tuvo que ver eso conmigo.

—Pero si no lo habías visto desde hace cuatro años.

—Por eso no pude dormir.

—¿Ya hablaste con él? —preguntó mientras salíamos del baño.

—Eso intenté, pero me dijo que el pasado ya no importaba —respondí.

Kwan se detuvo y se giró mientras me tomaba de los hombros.

—Oh, eso es malo. Si un chico evita hablar de algo contigo, es algo grave —dijo seriamente —Tienes que hacer que hable, y rápido.

Entramos a clase, pero no lograba concentrarme. Como siempre, terminé en la oficina de la directora esperando un castigo.

Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla apareció la fotografía de Joshua.

Hola lindo, ¿Dónde estás? —preguntó.

—En la escuela, esperando a mi papá —respondí.

¿Te volvieron a castigar? —preguntó con preocupación.

Sonreí al saber que él me podía leer de esa manera.

¿Ahora qué hiciste? —preguntó curioso.

—Lo de siempre, no puse atención en clase —contesté con sinceridad.

Vamos a ir los chicos y yo a comprar nuestros trajes para un discurso en la escuela, ¿quieres venir?

—Claro —respondí.

Llego por ti en cinco, te quiero lindo —dijo y colgó.

Cuando escuché el motor de su motocicleta, bajé corriendo las escaleras y corrí hacia él. Rápidamente me levantó del suelo haciéndome girar.

—¿Nos vamos? —me preguntó mientras me colocaba su casco.

Me agarré con fuerza, sintiendo su calor sobre mí. Cuando llegamos al estacionamiento, mi celular sonó con un mensaje de Seungkwan.

"Tienes que hacerlo hablar"

Él tenía razón, tenía que preguntarle para saber qué me estaba ocultando desde hacía mucho tiempo.

—¿Shua? —le hablé girando mi cabeza para verlo mejor. —¿Hace cuánto tiempo estuviste en el hospital?

Sentí cómo los músculos de su cuerpo se tensaban y él giraba la cabeza hacia el otro lado.

—Hace mucho —respondió secamente.

—¿Qué te pasó? —pregunté.

—Nada importante —dijo —Hay que apresurarnos antes de que los chicos destruyan la tienda.

Me detuve en seco y me giré para verlo.

—Si no hubiera sido importante, no habrías estado internado.

—Lindo, no fue nada, estoy perfecto —dijo y me besó en la frente.

Entramos a la tienda donde pude ver a los chicos todos con trajes frente a un espejo. Tenía que aceptarlo, se veían realmente guapos. Si no los conociera, probablemente hubiera babeados como lo estaban haciendo las trabajadoras de la tienda.

My brother's best friend | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora