Una mascota obediente [ Cap 10 ]

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|| Narrador

El estadounidense se desperto con confusion, sintiendo una pesadez en el cuerpo y una inmensa resaca despues de beber haberse emborrachado la noche anterior. Para su suerte, ese dia no desperto junto al peliblanco y el pelinegro en la misma cama.

- Ah...que fue lo que paso anoche? - Se pregunto el pelirrubio a si mismo.

En ese instante, distintos recuerdos intrusivos llegaron a su mente. Las manos del chino recorriendo su piel, el profundo beso que le arrebato el ruso de sus labios en aquel bar. Absolutamente todo de aquella noche quedo plasmado en sus pensamientos en cuestion de segundos, quedando en shock.

Sus mejillas se enrojecieron, sentia que iba a estallar en frenesi. Planto su rostro en la almohada y ahogo un pequeño grito de estres en esta, dando patadas en la cama.

- Malditos...como se les ocurre tocar asi a alguien que no esta en sus cinco sentidos? - Se quejo con la voz ronca.

Sin embargo, sus rabietas serian interrumpidas por la repentina presencia de cierto asiatico en la habitacion...

- Deberias dejar de enloquecer en la cama e ir a desayunar - Menciono el chino, entrometiendose de repente en el cuarto.

El ojiceleste miro direccion a la puerta, viendo al mayor recargado en el marco, quien parecia ver al estadounidense con una sonrisa burlesca.

- Ha-hace cuanto que estas alli? - Dijo el menor, avergonzado de que su adverso pudiese haber visto su pequeña rabieta.

- Pues...lo suficiente para notar que puedes recordar bien lo que hicimos anoche. - Se acerco peligrosamente al norteamericano, sentandose en la orilla de la cama, para acercar su mano a los cabellos rubios del menor y acariciarlos levemente - Te veias tan tierno a nuestra merced ayer, por que no lo repetim-... -

El mayor no pudo terminar de formular su insinuante oracion, pues sus labios fueron tapados por las pequeñas manos del menor.

- S-shut up...! L-lo de ayer solo fue un error... - Respondio el pequeño chico, aun tapando la boca del euro asiatico.

El pelinegro lamio sugerentemente los finos y delicados dedos del americano como respuesta a aquella acción tan inofensiva y enternecesora por parte de este, para luego tomar aquellas manos y acercar sus labios al dorso de estas, plantando un dulce beso en la zona.

- Hare que muy pronto ese error empiece a gustarte...hasta que quieras repetirlo de nuevo - Dijo sonriente el asiatico, seguro de sus palabras.

El estadounidense se tenso, encogiendose de hombros, retirando sus manos bruscamente de las de su adverso para luego levantarse de la cama. Cambiando inmediatamente el tema.

- V-vayamos a desayunar... - Menciono nervioso el rubio, mientras su corazon latia con rapidez. Lleno de un sentimiento que lo ahogaba en ansiedad - (A este paso acabare consumido por estos dos locos...) - Penso, suspirando pesadamente.

Una vez que bajo a la cocina junto al pelinegro, se encontro en la mesa del comedor al ruso y el canadiense desayunando.

- Ah, buenos dias hermanito! Te deje el desayuno listo. Nos vemos, me ire primero - Menciono el pelirrojo con una sonrisa antes de retirarse.

Lo que no sabia, es que estaba a punto de dejar solo a su pequeño hermanito junto a dos "depredadores hambrientos", por no llamarlos "salvajes sin remedio".

- W-wait no desayunaras... con nosotros ? - Antes de que pudiese detener a su hermano, este ya se habia ido. Volteo hacia atras, observando a los dos causantes de que sus dias sean una montaña rusa de emociones desde que llegaron.

Mi desastroso triangulo amoroso [CH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora