4. GAMAN.

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╔═════•°✝°•═════╗

𝐆𝐀𝐌𝐀𝐍
(慢我)

"𝚁𝚎𝚜𝚒𝚜𝚝𝚒𝚛, 𝚜𝚎𝚐𝚞𝚒𝚛 𝚕𝚞𝚌𝚑𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊 𝚙𝚎𝚜𝚊𝚛 𝚍𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚒𝚗𝚍𝚒𝚌𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚍𝚎𝚋𝚎𝚛í𝚊𝚜 𝚛𝚎𝚗𝚍𝚒𝚛𝚝𝚎."

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Osaka.
Japón

Dahyun no sabía cómo, pero siempre lograba quedarse dormida, en el fondo lo agradecía, pues de alguna forma sus sueños eran la única escapatoria de aquel infierno.

Lo último que recordó fue la silueta de la japonesa desaparecer por las escaleras de aquél sótano después de haberla "alimentado", el tiempo ya sólo era una ilusión en ese trance que se hacía llamar "vida". En su boca permanecía el sabor de la carne probaba hace probablemente unas horas y el de la sangre en su labio gracias a la herida que aún no cesaba.

Era la tercera vez que era golpeada por Momo, la primera fue reciente su captura, la segunda fue cuando Dahyun puso resistencia por no querer escapar de Corea y la tercera ayer, cuando el nombre de Sana salió de sus labios.

Dahyun tocó levemente su abdomen, sintiendo un dolor intenso sobre este, al levantar su suéter pudo darse cuenta del hematoma formándose en dicha área, suspiró frustrada. Momo se había excedido ayer, las últimas dos veces no había pasado más allá de una simple bofetada, Dahyun se había percatado de que tan fuerte y musculosa podía llegar a ser la mayor, así que simplemente tomo la opción de ser "buena chica" como la japonesa le había advertido si no quería ver si furia salir a flote.

Antes de esto Momo, en estos dos meses nunca había logrado golpear a la menor hasta el punto de sacarle sangre, pero algo en la situación con Sana parecía realmente afectarle. Si no fuera por su labio roto, hubiera a llegado sentir lastima por la mayor.

Cómo si sus pensamientos la hubieran invocado, los pasos de la mayor se escucharon bajando aquellas escaleras. Dahyun la observo; de nuevo era ella, con una camisa y pantalones al menos tres tallas más grandes a lo que debería usar, pantuflas acojinadas y su cabello cayendo debajo de sus hombros, no había rastro de la mujer elegante de hace unas horas. Sin embargo, la mirada de está era igual a la de hace dos meses: vacía. Llevaba consigo un pequeño bolso.

Dahyun no dijo palabra alguna y espero que la mayor se acercará a ella. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, la japonesa se sentó a su lado sobre aquél viejo colchón y quedó observando el lugar sin decir palabra alguna.

- Debería hacerte limpiar este lugar. Está echo un basurero. - Su voz sonaba sin emoción alguna.

Dahyun no respondió. Había resentimiento en ella.

La japonesa levantó una ceja. -¿No vas a responder?

La mayor tomó el mentón de la corena y observó su rostro deteniéndose en su labio, Dahyun notó el rostro de la mayor decaer.

Aclaro su garganta y de su bolso sacó un paño junto con un líquido raro para mojar dicho paño. Dahyun temió y sabiendo ya a dónde se dirigían las acciones de su dueña. El miedo la invadió.

- No Momo, me he portado bien. Lo siento por lo de ayer, no volverá pasar. - Suplico asustada retrocediendo cómo podía, ya que las cadenas no le permitan hacer mucho.

- Necesito limpiar está pocilga y no puedo hacerlo contigo aquí. Si te llevo arriba en lo que aseo este lugar seguramente vas a tratar de escapar. No puedo arriesgarme. - Explicó cómo si fuera la cosas más normal del mundo.

C H A Î N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora