C H A Î N E S

5. MONO NO AWARE.

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𝐌𝐎𝐍𝐎 𝐍𝐎 𝐀𝐖𝐀𝐑𝐄
(物の哀れ)

"𝙴𝚜 𝚕𝚊 𝚌𝚊𝚙𝚊𝚌𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚗𝚝𝚒𝚛 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚊𝚜𝚒ó𝚗 𝚘 𝚙𝚒𝚎𝚍𝚊𝚍, 𝚜𝚒𝚗 𝚒𝚗𝚏𝚕𝚞𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊 𝚊𝚕𝚐𝚞𝚗𝚊 𝚍𝚎 𝚛𝚎𝚕𝚒𝚐𝚒𝚘𝚗𝚎𝚜 𝚘 𝚌𝚛𝚎𝚍𝚘𝚜."

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Seúl. Corea del Sur.

Las noches para Mina eran así normalmente, solitarias. Desde que era niña jamás le gustó rodearse de otros niños, ahora que era adulta tampoco podía conectar con otras chicas de su edad, ninguna de ellas podía entablar conversaciones más allá de lo superficial. Se podía decir que sólo consideraba cómo sus amigas a Nayeon, Jeongyeon, Dahyun y Jihyo. Aún así, siempre parecían querer hablar de chicos y eso a Mina le aburría, odiaba tener que fingir que algún hombre le pareciera atractivo y aunque en ocasiones podían hablar de otras cosas, nadie podía hablar de lo que verdaderamente le interesaba.

Chaeyoung.

Nadie podía hablar de su novia como ella lo hacía, sabía que nadie podía admirarla como Mina lo hacía. No, nadie podía hablar tanto de su chica como Mina lo hacía, por eso prefería pasar esas noches encerrada en su departamento viendo cualquier cosa y comiendo palomitas .

Cuando la puerta fue abierta, Mina saltó de su asiento feliz al saber que había llegado su novia. Justo como un perro viendo a su dueño llegar del trabajo.

- Mina. - Pronunció con Chaeyoung con una sonrisa. El estómago de Mina dió un vuelco de felicidad.

Pero su felicidad se vió interrumpida cuando vió a la chica que estaba detrás de su novia.

- Hola Mina. - Saludó Somi con una sonrisa. - Traje de vuelta a Chae, sé que les dieron indicaciones de estar siempre en grupos de dos, así que me tomé la molestia de traerla hasta acá.

Pero Mina ni siquiera la vió. - Está bien. - Contestó sin mayor importancia.

¿Por qué tenía siempre que estar con ella? La odiaba.

La coreana notó la molestia de su novia. - Muchas gracias, Somi ¿Nos vemos luego?

Somi asintió con amabilidad. - Claro, sabes que aquí estoy para cualquier cosa, tú y Mina cuentan conmigo.

Pero Mina volvió a ignorarla y fingió no escuchar nada de lo que las dos hablaban hasta que por fin esa imbécil se había ido.

- Fue muy divertido. - Dijo Chaeyoung colgando su bufanda y abrigo sobre el perchero. Tenía su naríz algo roja debido al frío. - Somi y yo fuimos a un café de gatitos y platicamos mucho. Te traje esto, se cuanto te gustan.- Dijo extendiendo hacía la japonesa un pequeño pastelito. - Lo mejor para mí princesa.

Mina volteó a ver a Chaeyoung aún con esa expresión resentida en su rostro y tomó el pastel. - Gracias...

La más bajita miró de arriba a abajo a la japonesa leyendo su lenguaje corporal y suspiró. - Amor, ya dale una oportunidad a Somi. La conocemos desde hace años, no puede ser que sigas sintiéndote celosa de ella. Eres tú a quien amo. - Dijo dando leves caricias en el brazo. Su tono de voz era amoroso.

Mina se sintió un poco mal de ver así a su novia, pero es que no podía evitarlo, Chaeyoung era muy inocente para darse cuenta de las intenciones de los demás con ella.