8. Momo I

414 53 10
                                    

╔═════•°✝°•═════╗

𝐌𝐎𝐌𝐎
(モモ)

"𝙳𝚞𝚛𝚊𝚣𝚗𝚘"

═════════════

Momo no está segura de cómo terminó aquí, sólo sabe que su casa la estaba empezando a asfixiar y la invitación para tomar unos tragos estaba abierta.

A Momo nunca le gustó tomar ni los ambientes bulliciosos, sólo sabe que ahora mismo no existía ninguno de sus problemas, ninguna de estas personas parecía importarle su pasado, sólo el hecho de que se están divirtiendo.

Momo ahora mismo era solo una chica de veintitrés años viviendo su vida.




🔗

🍑

Cuando se habla de la vida de alguien exitoso, ya sea un artista, deportista o científico, parece que su vida estaba destinada al éxito por más que el camino fue adverso sin embargo, cuando se habla de personas como asesinos, ladrones y psicópatas, parece que su vida estaba llena de tropiezos como si de alguna manera también estuviesen destinados a aquella fatídica vida, pero otros son en cambio, su vida no es más que una línea recta, sin curvas, simplemente echa para "seguir", aquellos que no resaltan de ninguna manera, pero de algún modo son parte esencial de los engranajes necesarios para que la sociedad funcione.

Momo no era producto más que de una noche de diversion que su padre acostumbra a tener con una de las tantas "perras" que poseía, cuando se enteró que está venía en camino no lo quedó más que aceptar tener que "adoptarla" o más bien simplemente "recogerla", Momo siempre pensó que lo hizo por lástima pero había una razón más oscura, una que sólo conocía el señor Hirai y esa era precisamente la rara obsesión que había desarrollado a esa mujer, el poseer a Momo era poseer una pequeña parte de aquella hermosa mujer.

- Por favor. Se lo suplico. - Pedía la mujer entre lágrimas arrodillada con una Momo de apenas un mes entre brazos. - Acepta a mi hija como uno de los tuyos.

Kento le miró divertido, viendo como esa perra lo único que sabía era rogarle. - No tengo por qué. - Dió una calada a su cigarro.

Mas lágrimas se resbalaban por el rostro de aquella pobre mujer. - Se lo suplico. Yo no puedo mantenerla conmigo, está mejor con usted.

- ¿Así que te gusta ir por la vida regalando a tus hijos? - Cuestionó. - Eso debiste haber pensado antes de ser una zorra.

La madre de Momo sabía que Kento Hirai era un hombre cruel y despiadado, fue el mismo hombre que abusaba de ella cada vez que quería dentro de ese burdel y la hacía hacer todo tipo de asquerosidades, pero estaba bien. Ella había aprendido a manejar el hecho de no ser más que un objeto dentro de ese lugar, de cierto modo podía lidiar con eso, pero saber que su hija podía pasar lo mismo que ella, no podía permitirlo. Sabía que si le entregaba su hija a Kento, también sería entregarla a una vida llena de abusos y violencia, pero sería ella abusadora, sabía que Kento iba a criarla a su imagen y semejanza, Momo sería una mujer igual que él, pero ella había visto lo cruel que era el mundo con los débiles y no había piedad para ellos, era cazar o ser cazado, abusar o ser abusado y la madre de Momo había estado tanto tiempo dentro de esa línea llena de dolor que prefería que su hija fuera una igual a su padre y no a ella, prefería que Momo fuera la depredadora y no la presa.

- Se lo suplico, amo. Está niña entre mis brazos también es suya, es una de los suyos por naturaleza. Tiene derecho a vivir entre ustedes. - Rogó ofreciendo una vez más a su hija.

C H A Î N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora