9 Hemafobia

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𝐇𝐄𝐌𝐎𝐅𝐎𝐁𝐈𝐀

"𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘 𝚒𝚛𝚛𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚕 𝚑𝚊𝚌𝚒𝚊 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚗𝚐𝚛𝚎 𝚢 𝚊 𝚊𝚚𝚞𝚎𝚕𝚕𝚘𝚜 𝚎𝚜𝚝í𝚖𝚞𝚕𝚘𝚜 𝚛𝚎𝚕𝚊𝚌𝚒𝚘𝚗𝚊𝚍𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚎𝚕𝚕𝚊."

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Muy pronto en su vida, Momo había descubierto que necesitaba de la violencia en su vida sí quería sobrevivir.

En el pensamiento de cualquier persona normal el ser alguien agresivo y violento sabría que sólo le traería consecuencias negativas, pero para Momo ser una persona así siempre fue bien visto y recompensado.

Esa era la razón por la que jamás había aprendido a controlar sus ataques de ira que estallaban en cualquier momento y mucho menos medía la gravedad de estos...

Cuando sintió ese ligero toque sobre su marca fue como haber activado todo los recuerdos de este y en cuánto vio a Dahyun supo con quién podía desquitarse y sin siquiera darle una oportunidad de explicarse, la japonesa se abalanzó sobre el cuerpo de la corena y la tomo por el cuello empezando a ejercer presión sobre este.

– ¡¿Qué crees que estabas viendo maldita sea?! – Preguntó con enojó. – Estabas viendo mi marca ¿He?

Dahyun no respondió, literalmente no podía hacerlo.

Los ojos de Momo estaban llenos de irá. – ¿Te gusta ver que estoy marcada de por vida? ¿Vas a burlarte como todos? Dime, maldita perra.

Los brazos de Dahyun se alzaron contra los de Momo intentando quitar sus manos de su cuello, el aire estaba empezando a faltarle.

– Eres una estúpida, no eres más que una idiota, un pedazo de basura. – Siguió escupiendo con veneno en su voz. – Te lo advertí, te dije que te iba a enseñar quien mandaba aquí...

Dahyun seguía intentando de todas las formas derribar el cuerpo arriba suyo, pero era inútil, Momo era más fuerte en todos los sentidos, Dahyun no era más que un fideo...

Las uñas de la japonesa se enterraron en la blanquecina piel mientras su fuerza no hacía más que aumentar...

Mierda, Momo estaba más que loca, estaba demente. Dahyun sólo podía escuchar cómo decía incoherencias y maldiciones al azar mientras la miraba de esa manera asesina.

– Eres una estúpida mal nacida... Te voy a enseñar que no debes meterte conmigo ¿Entendiste? – Pronunció entre dientes. – Maldita perra.

Boo también había despertado de golpe con las palabras alteradas de Momo. No paraba de ladrar a la defensiva tratando de defender inútilmente a la joven coreana.

Todo para Dahyun había empezado a ser borroso, a este punto creía que sólo un milagro la podía salvar de su inevitable muerte, aunque honestamente ya no le importaba tanto cómo antes. Sabía que desear morir era pecado, Dios jamás se lo perdonaría, pero la joven ya no sí sabía si podía seguir llamando a esto vida.

¿En verdad la muerte era tan mala? Dahyun sólo quería dejar de sufrir...

Lamentablemente para Momo, la gran cantidad de alcohol que aún seguía en su sistema la hizo tener un punzada en la cabeza lo que la hizo marear y desconcentrarse, Dahyun logró dar un codazo en su estómago lo suficientemente fuerte para sacar todo el aire que tenía y hacerla sentir que perdía el equilibrio, otro golpe y está cayó directo al suelo como peso muerto, estampando la mitad de su rostro contra el suelo.

C H A Î N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora