10. NETSU GA ARIMASU

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𝐍𝐄𝐓𝐒𝐔 𝐆𝐀 𝐀𝐑𝐈𝐌𝐀𝐒𝐔
(熱があります)

"𝚃𝚎𝚗𝚐𝚘 𝚏𝚒𝚎𝚋𝚛𝚎."

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Marzo había empezado y pronto habría otro mes de la desaparición de Dahyun. Las noticias ya cubrían otras notas y el cuerpo de policía ya no lucía tan desesperado... Todo apuntaban a que se estaban rindiendo.

De no ser por la presión que los fans y la familia de Dahyun seguían ejerciendo sobre la policía, probablemente el caso hubiera quedado ya en una carpeta.

Dahyun no tenía noción del tiempo, sólo sabía que seguramente ya habían pasado un par de días desde el altercado que tuvo con Momo. La japonesa tomó de nuevo esa actitud fría y distante, sólo bajaba a dejarle de comer y a abrir sus esposas cuando Dahyun necesitaba hacer sus necesidades fisiológicas.

En su cuello aún quedaban las marcas rojizas que Momo le había dejado, no era justo. Está vez la japonesa ni siquiera le había preguntado si le dolía o algo más...

Pensó que Momo regresaría en medio de la noche para volver a dormir a su lado, pero no. Parecía que la había olvidado.

Pero claro, ¿Por qué sería diferente? Todos sus conocidos seguramente ya la habían olvidado, Sana seguramente ya no la amaba. Estaba sola, de alguna forma u otra tenía que recuperar la compañía de Momo. Durante esos días, le dejo un espacio en el colchón a Momo para que viniera a su lado a dormir, tampoco había cubierto su cuerpo con las sábanas por que quería que Momo las usará, pues había descubierto que la mayor dormía en ropa interior y seguramente le daría frío en las madrugadas.

Pero los días pasaron y Momo no vino a su lado.

Nada más lejos que la culpa que carcomía la conciencia de Momo. No podía ver a Dahyun sin sentir pena por ella, era Sana quien debía estar en su lugar y no ella...

Era por eso que solo dejaba el plato de comida y se iba, sin pronunciar palabra alguna al igual que cada que la liberaba de sus cadenas para ir al baño y volver a ponerselas.

Ahora mismo, Momo golpeaba el saco de boxeo mientras todos esos pensamientos de la chica en su sótano la atormentaban.

Ella no debería sentirse así, no debería sentir culpa, si la sentía era débil y ni podía permitirse eso. Ser así de frágil le había costado ser echada del clan; decirle adiós a su apellido y a su puesto como heredara, sentirse culpable no era bueno.

Maldita sea ¿Por qué confío en Sana? ¿Por qué le dijo la verdad de su familia? ¿Por qué la dejo entrar en su vida?




"Hola, me llamo Sana"




Más y más golpes azotaban al saco.


"Me gusta ser tu amiga"


"Eres muy bonita"



Odiaba a Sana. La odiaba por jugar con sus sentimientos y hacerla sentir especial.


"Me gustas mucho"

"Seamos novias, por favor."



Las gotas de sudor se resbalaban una por una a lo largo del abdomen descubierto de Momo. La japonesa poseía un cuerpo bien tonificado que gracias a su adicción al deporte y comida, tenia unos musculos bien formados. Su cabello estaba sujeto en una coleta al igual que su fleco recogido que dejaba al descubierto su frente con gotas de transpiración y la herida que aún no cerraba por completo.




C H A Î N E SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora