Que pena por el sol, enamorado de la luna irremediablemente.
Solo tiene mente para ella, la imagina en cada una de sus faces.
La ilumina para que brille hermosa, la vuelve envidiable.
La luna en cambio, ve a la tierra como su centro.
Gira por el campo gravitatorio que tanto le atrae, la tierra es su amor platónico.
Con sus tonalidades variadas, girando sobre si misma.
Sí, a la luna le gusta desconsoladamente la tierra.
A ella en cuestión, le gusta el sol.
Ese que le calienta tanto, aún a través de la ropa.
La tierra se desvive por él, está enamorada perdidamente.
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Del Subconsciente Al Papel
SpiritualSon varias historias cortas, ninguna tiene que ver con la otra, a no ser que de alguna queráis segunda parte.