𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐧𝐚 🌙 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧

ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ¹ ᴱˡ ᵃⁿᵘⁿᶜⁱᵒ ʳᵉᵃˡ

El sol se filtraba a través de las cortinas de terciopelo rojo, pintando el dormitorio del príncipe Park Jimin con tonos dorados y cálidos. Jimin se despertó lentamente, sintiendo el peso de la inevitable noticia que había recibido la noche anterior.

Con un suspiro resignado, se levantó de su cama y comenzó a prepararse para el día que tenía por delante.

Jimin había estado esperando este día durante semanas, desde que su padre, el rey, le había anunciado que su hermana, Irene, se casaría con el Rey Alfa Jeon Jungkook.

Aunque sabía que este matrimonio era políticamente conveniente y fortalecería la alianza entre los dos reinos, no podía evitar sentir un dolor agudo en su corazón omega al pensar en el hombre que amaba casándose con otra persona.

Al bajar las escaleras del palacio, Jimin se encontró con su madre, la reina, y su hermana, Irene, quienes estaban discutiendo animadamente los detalles de la boda.

"¡Buenos días, Jimin!", saludó Irene con una sonrisa radiante. "¡Hoy es un día tan emocionante!"

Jimin forzó una sonrisa en su rostro mientras abrazaba a su hermana. "Sí, es un día muy especial", respondió con voz suave, tratando de ocultar la tormenta de emociones que sentía en su interior.

La reina se unió a ellos, colocando una mano cariñosa en el hombro de Jimin.
"Estoy tan orgullosa de ti, querido", dijo con ternura. "

Eres el mejor apoyo que Irene podría tener en este día tan importante."

Jimin asintió, agradecido por las palabras de su madre, pero su mente seguía ocupada por pensamientos sobre Jungkook y el matrimonio que se avecinaba.

Antes de que pudiera decir algo más, un criado irrumpió en la sala, anunciando la llegada del Rey Jungkook y su séquito.

La tensión en la habitación aumentó instantáneamente cuando Jungkook entró, su presencia dominante llenando el espacio con una energía palpable.

"¡Rey Jungkook, es un honor darle la bienvenida a nuestro hogar!", exclamó la reina, haciendo una reverencia respetuosa.

Jungkook asintió con gracia, su mirada encontrándose con la de Jimin por un breve momento antes de apartarse hacia Irene.

"Princesa Irene, estás más hermosa que nunca", dijo Jungkook con una sonrisa encantadora, tomando la mano de Irene y besándola suavemente.

Irene sonrió tímidamente ante el gesto, pero Jimin pudo ver el destello de emoción en sus ojos mientras miraba a su prometido.

El resto de la mañana pasó en un torbellino de actividades mientras se discutían los detalles finales de la boda.

Jimin se encontró cada vez más atrapado en un mar de conversaciones y sonrisas falsas, mientras luchaba por mantener su compostura frente a Jungkook.

Finalmente, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, la reina anunció que era hora de que todos se retiraran para descansar antes del gran día que les esperaba.

Jimin se despidió de su familia y se retiró a su habitación, dejando que un suspiro pesado escapara de sus labios mientras se dejaba caer en su cama.

"¿Estás bien, Jimin?"

La voz de Jungkook lo sacó de sus pensamientos, y Jimin levantó la vista para encontrarse con los ojos oscuros y penetrantes del Rey Alfa.

"Sí, estoy bien", respondió Jimin con voz tensa, evitando la mirada de Jungkook.

Hubo un momento de silencio incómodo antes de que Jungkook hablara de nuevo.

"Sé que este matrimonio puede ser difícil para ti, Jimin", dijo Jungkook con sinceridad.

"Pero quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, como amigo y como aliado."

Jimin levantó la mirada, sorprendido por la suavidad en la voz de Jungkook.

Por un momento, se permitió soñar con la posibilidad de que tal vez, solo tal vez, podría haber algo más entre ellos.

Pero entonces, recordó la realidad de su situación y la promesa que Jungkook le había hecho a su hermana.

"Gracias, Jungkook", respondió Jimin con una sonrisa forzada. "Eso significa mucho para mí."

Con eso, Jungkook se despidió y salió de la habitación de Jimin, dejándolo solo con sus pensamientos una vez más.

Jimin se acurrucó bajo las mantas, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros mientras contemplaba el futuro incierto que tenía por delante.