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La explosión de energía oscura envolvió a Jimin y Jungkook, cegándolos y aturdiéndolos. Jimin sintió una ola de dolor recorrer su cuerpo mientras la magia negra lo consumía. La gema en su mano brillaba intensamente, emitiendo un calor que le abrasaba la piel.
En medio del caos, Jungkook luchó por liberarse del hechizo. La voz en su mente le gritaba que matara a Jimin, que destruyera la gema y que se consumiera por completo en la oscuridad. Pero las palabras de Jimin resonaban en su interior, recordándole el amor que compartían y la persona que solía ser.
Con un esfuerzo titánico, Jungkook logró romper el control de la voz sobre su mente. La oscuridad comenzó a retroceder, y la luz de la gema brilló con más fuerza que nunca. Jimin, agotado y herido, sintió cómo la magia negra se disipaba de su cuerpo.
"Jungkook..." susurró Jimin, su voz apenas audible.
Jungkook se arrodilló junto a él, sus ojos llenos de lágrimas. "Jimin, lo siento tanto. No sabía lo que estaba haciendo."
Jimin le tomó la mano con fuerza. "Está bien, Jungkook. Ya ha pasado."
Se abrazaron con fuerza, sintiendo el calor y el amor que los unía. A pesar del dolor y la oscuridad que habían enfrentado, finalmente estaban juntos de nuevo.
Sin embargo, su alegría fue efímera. La voz en la mente de Jungkook no había sido completamente silenciada. Se había debilitado, pero aún acechaba en las sombras, esperando el momento oportuno para atacar.
Y ese momento llegó más pronto de lo que esperaban.
Mientras Jimin y Jungkook se recuperaban de la batalla, una figura oscura surgió de las sombras. Era Irene, sus ojos brillando con una luz maligna. La voz en su mente la había controlado por completo, convirtiéndola en un títere de la oscuridad.
"Jungkook," gruñó Irene, su voz distorsionada por la maldad. "Es hora de que cumplas tu destino."
Jungkook se puso de pie, protegiendo a Jimin detrás de él. "No voy a volver contigo, Irene. He encontrado la luz."
Irene se rió con amargura. "La luz es una ilusión, Jungkook. Solo la oscuridad te dará el poder que deseas."
Se abalanzó sobre Jungkook, sus garras extendidas. Jimin gritó, tratando de detenerla, pero Irene era demasiado rápida.
En un movimiento rápido, Irene acuchilló a Jungkook en el pecho. Jimin observó con horror cómo su amado caía al suelo, la sangre brotando de la herida.
"¡No!" gritó Jimin, corriendo hacia Jungkook. Lo tomó en sus brazos, sintiendo cómo la vida se le escapaba.
"Jimin," susurró Jungkook, sus ojos llenos de dolor. "Te amo..."
Y luego, cerró los ojos por última vez.
Jimin lo abrazó con fuerza, su corazón destrozado por el dolor. Había perdido al amor de su vida, víctima de la oscuridad que había consumido a su amiga.
