Mientras Jimin descansaba en el nido improvisado , su salud comenzaba a mejorar poco a poco. Gracias a las energías que había empleado Jungkook como su omega, el joven comenzaba a recuperarse. Jungkook, al verlo más estable, no podía contener su alegría. Sin embargo, su preocupación por Taehyung y Adriana crecía. Ellos habían salido en busca de Yoongui, y todavía no había noticias de su paradero. Aunque sabía que Taehyung era fuerte, el bosque podía ser peligroso, y temía que algo pudiera haberles pasado.
Decidido a proteger a sus amigos, Jungkook convocó a varios lobos de su manada. Necesitaba pensar en su próximo movimiento. ¿Debían esperar a que regresaran por su cuenta, o era mejor organizar una búsqueda? Su primera idea fue abandonar temporalmente el castillo y refugiarse en la residencia de su padre, en un lugar seguro lejos del bosque. Pero también surgió un problema: Min-soo, su padre, siempre se había opuesto a su relación con Jimin. Desde que era un niño, Min-soo había deseado que Jungkook estuviera con Irene, no con un omega como Jimin.
Entonces, recuerdos de una década atrás comenzaron a surgir en la mente de Jungkook, una época que, sin saberlo, había marcado su destino.
Hace 10 años
El castillo de los Park estaba lleno de alegría. Ese día, la familia Park recibiría la visita de sus grandes amigos, los Jeon. Min-soo y el rey Park siempre habían sido cercanos, por lo que el nacimiento del pequeño Jimin era la ocasión perfecta para reforzar su lazo.
En una de las habitaciones del castillo Jeon, Jiwon, madre de Jungkook y Adriana, alistaba a su hijo para el viaje. Sin embargo, el joven Jungkook parecía reacio.
"Mamá, ¿es necesario que vayamos? Irene siempre me molesta. ¡No quiero estar con ella!" protestó Jungkook, frunciendo el ceño.
Jiwon suspiró, comprendiendo el descontento de su hijo. "Mi amor, no puedes quedarte aquí solo. Nadie te cuidará si no vienes con nosotros."
Adriana, que había estado escuchando, entró en la habitación con una sonrisa tranquilizadora. "No te preocupes, Jungkook. Yo estaré contigo y no dejaré que Irene te moleste."
Justo en ese momento, Min-soo entró a la habitación y miró a su hijo con una sonrisa. "¿Qué sucede aquí?"
"Jungkook no quiere ir porque dice que Irene lo molesta," explicó Jiwon.
Min-soo se echó a reír. "¡Irene es un encanto! Jungkook, deberías estar contento de que quiera pasar tiempo contigo. Es una buena amistad."
Jungkook negó con la cabeza, frustrado. "Pero, papá, no me agrada y no quiero ser amigo de ella."
Min-soo suspiró, colocando una mano en el hombro de su hijo. "Ahora dices eso, pero cuando seas mayor entenderás. Irene será alguien importante para ti."
Jiwon frunció el ceño al escuchar estas palabras. "Min-soo, no puedes forzarlo a estar con Irene solo porque tú lo desees. Si Jungkook encuentra a su verdadero destino, deberíamos aceptarlo."
Min-soo soltó una risa amarga. "¿Destino? No todos encuentran a su verdadero destino, Jiwon. Como yo. Pero aquí estamos."
Jiwon suspiró. "Puede que no hayas encontrado tu destino, pero yo me enamoré de ti, Min-soo. El destino no siempre se revela de inmediato."
"Bueno, ya es tarde. Si queremos llegar antes de la noche, debemos partir," intervino Adriana, queriendo evitar más discusión.
En el camino al castillo de los Park
Después de una noche de viaje por el bosque, la familia Jeon finalmente llegó al castillo de los Park. Allí, los recibieron con alegría, y pronto fueron llevados a la gran sala del trono, donde el rey Park esperaba con su hijo recién nacido en brazos.
Pero a medida que la ceremonia de bienvenida continuaba, Jungkook sintió una extraña inquietud. Algo dentro de él reaccionaba a una presencia cercana, aunque no entendía qué era. Cuando estaba por acercarse a sus padres, Irene apareció junto a él.
"¡Jungkook, viniste!" exclamó ella con una sonrisa. "Ahora podemos jugar y pasar tiempo juntos. Nadie me hace caso porque todos están pendientes de mi hermano."
Jungkook suspiró y respondió con paciencia. "Irene, es solo un bebé. Necesita cuidados, y tú ya tienes toda la atención de tus padres."
Mientras los adultos hablaban en el salón principal, el rey Park se dirigió a Min-soo y Jiwon con una sonrisa. "Estoy feliz de que hayan venido. Ya hacía tiempo que no los recibíamos."
"Sí, siempre hay mucho que hacer en el castillo y en el pueblo," respondió Min-soo, con un tono ligeramente tenso. "Pero queríamos conocer al nuevo miembro de tu familia."
"Es un omega," dijo el rey Park, con un brillo de orgullo en sus ojos. "Mi hermoso Jimin."
Min-soo se quedó en silencio, y en su mente solo había pensamientos de rechazo. "¿Un omega varón? No sirven para nada," pensó, aunque mantuvo una expresión neutral en el rostro.
"¿Quieres verlo?" preguntó el rey Park, dirigiéndose a Min-soo.
Al acercarse al bebé, Min-soo notó algo peculiar: una aura de colores azul y morado rodeaba a Jimin, indicando la presencia de un don especial, el don de encontrar rápidamente a su destino. Este hecho le hizo recordar que Jungkook también poseía una habilidad similar, simbolizada por una aura amarilla y azul.
"Si estos dos están destinados..." pensó, inquieto. No podía permitir que su hijo tuviera un vínculo con un omega varón. "Mi hijo debe estar con Irene, no con este niño."
En ese momento, el destino comenzaba a mostrarse, pues Jungkook, siguiendo un dulce aroma de miel y canela, se acercó hasta el bebé Jimin. Al verlos juntos, sus auras brillaron intensamente, confirmando que ambos ya se habían reconocido.
El rostro de Min-soo se endureció. Si bien no creía en el destino, tampoco deseaba ignorar lo que acababa de presenciar. Desde ese instante, supo que haría todo lo necesario para mantener a Jungkook lejos de Jimin, aunque tuviera que obligarlo a estar con Irene. Así, con el tiempo, Irene encontró una manera de manipular la situación, poniendo a la madre de Jimin en su contra y complicando aún más la relación entre los dos jóvenes.
En el presente
Jungkook, mientras recordaba todos estos momentos del pasado, sabía que tenía que proteger a Jimin y su vínculo, sin importar la opinión de su padre o de Irene. Aunque la influencia de su padre seguía siendo fuerte, él estaba decidido a luchar por su destino y defender su amor.
Echando un último vistazo al bosque, dio instrucciones a los lobos de su manada. "Nos preparamos para salir. Ya no podemos depender de la seguridad de este lugar, pero tampoco dejaremos que el pasado interfiera en lo que debemos hacer."
Con la determinación brillando en sus ojos, Jungkook sabía que no descansaría hasta encontrar a sus amigos y asegurarse de que su vínculo con Jimin perdurara, pese a todas las amenazas.
Continuara......
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐧𝐚 🌙 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧
Fantasy𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬: 𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐮́𝐥, 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐉𝐢𝐦𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐢𝐞𝐫𝐭𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐈𝐫𝐞𝐧𝐞 𝐬𝐞 𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫𝐚́ 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐩�...