Jimin se encontraba en una encrucijada. Por un lado, no podía soportar la idea de renunciar a Jungkook, el amor de su vida. Por otro lado, no quería traicionar a su madre y a su reino. Se sentía atrapado, sin saber qué camino tomar.
Mientras tanto, en el calabozo, Jungkook se encontraba sumido en la desesperación. No sabía qué le deparaba el futuro, pero temía lo peor. En ese momento de angustia, Irene irrumpió en la celda.
"Jungkook", dijo con una voz fría y calculadora, "he venido a ayudarte."
Jungkook la miró con recelo. "¿Qué quieres?", preguntó con desconfianza.
Irene sonrió de forma maliciosa. "Quiero que me ames", dijo sin rodeos. "Y tengo el poder para hacerlo."
Jungkook se enfureció. "¡Nunca te amaré!", gritó. "¡Mi corazón pertenece a Jimin!"
Irene se acercó a él y le susurró al oído. "Las palabras son solo palabras", dijo. "Mis hechizos son más poderosos que cualquier sentimiento."
Con eso, Irene levantó su mano y pronunció un encantamiento. Una energía oscura envolvió a Jungkook, y sus ojos se llenaron de una luz extraña.
En ese mismo instante, Jimin sintió una punzada de dolor en su pecho. Su lobo interior aullaba de agonía, como si algo se estuviera rompiendo dentro de él.
Presintiendo un terrible peligro, Jimin se dirigió rápidamente hacia el calabozo. Sin embargo, cuando llegó, ya era demasiado tarde. Irene ya había completado su hechizo, y Jungkook estaba bajo su control.
"Jungkook", gritó Jimin, desesperado. "¿Qué te ha hecho?"
Jungkook lo miró con ojos vacíos. "No te conozco", dijo con una voz que no era la suya.
El corazón de Jimin se hizo añicos. El lazo que lo unía a Jungkook se había roto, y con él, su esperanza de un futuro juntos.
Desesperado y desconsolado, Jimin abandonó el palacio. No podía soportar estar cerca de Irene ni de Jungkook, no después de lo que había sucedido.
La reina, al enterarse de la huida de Jimin, se enfureció. Ordenó a sus guardias que lo capturaran y lo trajeran de vuelta.
Mientras tanto, Jimin vagaba sin rumbo fijo por el bosque. No sabía a dónde ir ni qué hacer. Solo quería alejarse de todo y olvidar el dolor que sentía.
En medio de su desesperación, Jimin se encontró con un lobo blanco. El lobo lo miró con ojos comprensivos, como si entendiera su dolor.
El lobo se acercó a Jimin y le lamió la cara. En ese momento, Jimin sintió una oleada de paz y tranquilidad. Supo que el lobo era su amigo, alguien que podía ayudarlo en este momento tan difícil.
Juntos, Jimin y el lobo blanco se adentraron en la profundidad del bosque, en busca de un nuevo hogar y una nueva vida.
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐧𝐚 🌙 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧
Fantasi𝐒𝐢𝐧𝐨𝐩𝐬𝐢𝐬: 𝐄𝐧 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐮́𝐥, 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐉𝐢𝐦𝐢𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐢𝐞𝐫𝐭𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐈𝐫𝐞𝐧𝐞 𝐬𝐞 𝐜𝐚𝐬𝐚𝐫𝐚́ 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐩�...