《O4》

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Estabas en el jardín, quizás hace demasiado tiempo regando las macetas con flores. No sabes cuánta agua necesitan las plantas si tenías que ser honesto. Siempre tuviste artificiales, que no eran más que regalos en broma que te daba Changbin porque sabía que eras el típico meme de "todo lo que toco perece".

La Hermana Park debería haber anticipado esto. Si luego las plantas terminaban muriendo, no te pensabas hacer responsable.

¿Deberías dejar de regar cuando se formaba una pequeña pileta en las macetas?

Lamentablemente no podías googlear para saber. Pero al menos fuiste salvado del castigo de pensar que la estabas cagando cuando Suhyun apareció toda sonrisa.

- Mina – saludo con una gran sonrisa que ocultaba sus pequeños ojos - Mina, Mina ven, vamos a la cocina, hice galletas de avena – dijo Suhyun y negaste no porque no quisieras, sino porque ella se había acercado demasiado a donde estabas, pegando sus pechos contra tus brazos - vamos Minnie, quiero me des tu veredicto - suplico con un tierno puchero, pegándose aún más a ti brazo en tus intentos de alejarte.

Era un castigo. Se sentía como un castigo estar entre mujeres, ver mujeres, ser tocado por mujeres, y no poder hacer nada. Dios sabe que entre eso y las charlas incomodas sobre el periodo menstrual, no sabías que era peor.

- Esta bien, pero no te me pegues – susurras con el tono agudo forzado, dejando la regadera de plástico debajo de la canilla para luego seguir a Suhyun, quien te agarro de la muñeca, tironeando para que camines más rápido a su lado, abrazando tu brazo.

Dios. Realmente apreciarías que Suhyun tuviera el concepto de "espacio personal" incorporado.

- No he visto a las monjas – comentas, buscando iniciar una charla mientras intentabas liberar tu brazo, nuevamente fallando.

- Fueron a una especie de campamento para meditar y orar, así que vamos a estar solas unos días- comento Suhyun, levantando sus cejas de manera sugerente, el gesto pareciéndote gracioso en su redondo rostro, robándote una pequeña risa.

Si tenías que ser honesto, te agradaba –mucho- oírla hablar. Era como si siempre se estuviera riendo al final de cada frase. Su voz era armoniosa, casi melódica, y por alguna extraña razón eso te ponía de buen humor.

Pero también te agotaba. Era como si encendieras un interruptor. Suhyun comenzaba a hablar y siempre terminaba hablando de otra cosa. Era difícil seguirle el hilo de la conversación, pero de alguna manera siempre se las ingeniaba para volver.

Como ahora. Suhyun, no sabes cómo, te comenzó a contar sobre la competencia de coros –que no sabías como se había enterado porque te habías perdido-.

- Es una excusa la competencia – dijo deslizando su mano por la tuya hasta llegar a tu mano, entrelazando sus dedos - en realidad, la finalidad es poder recaudar alimentos y ropa – explica balanceando sus manos desde adelante hacia atrás - ¿Sabes cantar Mina? - pregunto, y entonces recordaste las clases con la Hermana Park cuando aún eras pequeño.

La Hermana Park decía que cantabas lindo, pero en lo personal, siempre te gustó más bailar. En los karaokes Changbin también había dicho que tenías un tono agradable, pero aun si quisieras no podrías. El tema es que, aunque no tuvieras el tono más varonil del universo, tu voz podría delatar la verdad.

Si las novicias se llegaban a enterar de que estuvieron compartiendo charlas y hasta algunas veces mostrándose frente a un chico podrían llegar a demandar a la iglesia.

Así que negaste con la cabeza para responder la pregunta de Suhyun.

- Que lastima, entre nosotras Seungwan canta hermoso, lo sé porque la escuche cantar mientras se bañaba, pero es un secreto – susurro con diversión, riendo como siempre al final de cada oración - yo también se, pero prefiero que crean que solo tengo oído.

Novicia - HyunHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora