No sabias explicar que era lo llamaba tu atención. Pocas veces alguien había despertado tu interés o curiosidad. De por si el concepto de celibato siempre te había parecido muy extraño.
¿Por qué alguien se privaría de la segunda mejor cosa del mundo que era el sexo –la primera era la comida, y no lo estabas poniendo en debate-?
A pesar de venir de una familia católica, nunca comprendiste realmente cual era el motivo de mantener la castidad, aunque nobleza obliga, tampoco es que te hubieras gastado en investigar o preguntar.
Así que nada, si sumabas esas dos variables quizás podrías entender un poco el interés en las novicias... el problema es que no lo era en el plano general. Solo estaba puesto en Mina.
Mina no era femenina, para nada femenina si tenías que ser honesto –y no la estabas juzgándola, para nada-. El tema es que las pocas personas que habían llamado tu interés siempre habían sido chicas extremadamente femeninas, casi dirías que un femenino estereotipado, y Mina para nada que llenaba alguno de esos criterios... pero sus rasgos eran lo suficientemente llamativos como para que no la pudieras sacar de tu cabeza.
Se mostraba tranquila y tímida, pero habías visto sus muecas casi imperceptibles de fastidio, había algo que se asemejaba a un contener en su rostro que buscaba mostrarse neutral, como si se estuviera midiendo a cada momento para no hacer o decir algo incorrecto.
- Hyunnie, mira lo que compre - y Wonyoung se siente frente a donde estabas tomando un café, apoyando una bolsa de papel con un precioso moño rosa pastel.
Miraste a tu sonriente novia, luego la bolsa y luego nuevamente a tu novia antes de acercar la bolsa. Al mirar adentro notaste la pequeña braga de encaje color rosa.
- Lo compre para esta noche - dijo tu novia con un pequeño rubor en su mejilla – es nuestro aniversario.
- ¿Aniversario? – preguntaste confundido, y es que recuerdas haber celebrado el primer año juntos hace unos meses atrás.
- De un año y seis meses – dijo con diversión.
Wonyoung algunas veces, de manera esporádica, celebraba los meses, pero pocas veces sucedía, y de manera realmente aleatoria, por lo que nunca le habías prestado verdadera atención.
- Ya veo... - respondes sin ocultar tu confusión, mirando a tu novia y luego volviste a ver el interior de la bolsa de papel.
El pensamiento intrusivo en forma de recuerdo te golpeo sin aviso previo. De repente recodaste como hace unos días atrás los brillantes ojos de Mina te recorrieron de abajo hacia arriba, de una manera que se te había hecho tan seductora, para luego sostenerte la mirada.
Recordaste sus labios levemente separados a tal punto que podías ver parte de las dos paletas delanteras de su dentadura, como si fuera un pequeño conejito. Recordaste como te habías perdido por segundos en su boca y en cómo te invadió el primitivo e intrusivo pensamiento de querer meter tu verga ahí.
- Hyunnie, ¿te gusta? - y pensaste en Mina usando la braga que estaba frente a tus ojos.
Preguntas estúpidas golpearon tu mente, preguntas que te avergonzaría siquiera que alguien supiera que estabas pensando, como: ¿Tendría vello púbico? ¿Alguna vez se habría depilado o rasurado? ¿O se habría hecho la definitiva antes de querer ser monja? ¿Habría tenido sexo? ¿Le gustaría que le chuparan el clítoris mientras le colaban dedos? ¿Su vagina sería estrecha? ¿Cómo serán sus pechos? ¿Le gustaría que le mordieran los pezones?
Dios, de solo imaginar a Mina debajo tuyo con las piernas abiertas podías sentir como la sangre comenzaba a correr hacia el sur.
- ¿Hyunjin?
Miras a tu novia sintiendo tu piel caliente. Te relamiste los labios, repentinamente sintiéndote necesitado y hasta asqueado por el rumbo que habían tomado tus pensamientos.
Querías coger, y saberlo hacia que te sintieras avergonzado de ti mismo. Sucio.
- Perdón amor, si, si me gusta...
[†]
Habías vuelto a llevarte el auto de tu madre -ya que ella realmente no lo usaba- para ir a la iglesia.
No sabías porque querías ir siempre.
Mientes, si sabes. Deseabas ver a Mina. No sabes qué es exactamente lo que tanto te atrae de ella.
Crees que es el misterio que te genera. Siempre fuiste muy curioso, demasiado curioso para tu bien. Así que si, se podría decir que si hoy tenías que dar una respuesta a lo que sucedía, es que sientes curiosidad por Mina. Ella se ve como... como si no fuera de ese lugar, como si no quisiera estar en la parroquia. Si tenías que ser honesto, ella lucia como si ni siquiera quisiera ser monja.
Lucia realmente fuera de lugar. No encajaba para nada –o quizás pensabas que no encajaba porque querías meterte entre sus piernas-. Preferías pensar que era ella quien no encajaba en el lugar que hacerte cargo de lo que sentías.
No es que la hubieras acosado, ni nada por el estilo. Tal vez la mirabas un poco de más a escondidas. Pero en tu defensa era solo un poco. Siempre habías sido más cobarde que valiente. No te daba vergüenza admitirlo. Wonyoung había sido quien había dado el primer paso, y con tu anterior ex novia había sucedido lo mismo.
De todos modos, hoy al menos tenías una excusa para estar en la parroquia, y es que empezaban las clases.
Era más pequeña que una escuela rural. Por curso había entre cuatro a cinco persona, e incluso había un curso que eran solo dos, así que habían unido algunos para que sean más.
Realmente te sorprendía lo pequeño que era el pueblo. Pero era cálido, tranquilo.
Te hubiera gustado que Yeji lo conociera. Seguro hubiera sido mucho más feliz acá.
La iglesia de tu ciudad, a la que habías asistido desde pequeño y con la que habías crecido, en la que confiabas ciegamente, cuando todo exploto les había dado la espalda.
Tu madre nunca se había recuperado de eso. Tu padre fingía estar mejor, fingía que no le importaba, pero ya nada quedaba de quien había sido.
Ambos eran como vasos de vidrios partidos. Nunca más volverían a como habían sido antes. Y es que cuando tu hermana se fue, se llevó una parte de ellos, incluso sentías que se había llevado algo tuyo.
Nunca habían sido hermanos cercanos, de esos que se contaban todo o salían juntos. En realidad habían sido bastante poco afectuosos entre sí, pero, aun así, tenían una conexión especial.
Cuando estaban en reuniones, solo con una mirada sabían lo que el otro pensaba, y en esos momentos en que conectaban y reían con bromas internas que solo ustedes comprendían, se sentía como si fueran mejores amigos, la misma persona.
Te hubiera gustado haber prestado mayor atención. Quizás lo hubieras notado.
Hoy no podías pensar en tu hermana sin que la primera imagen que recordaras fuera ella en la bañera con sus brazos cortados desde las muñecas hasta la cara interna del codo.
Tu hermana... tu pequeña hermana.
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Novicia - HyunHo
FanfictionDonde Lee Minho sabía que no debía haber seguido a su amigo, Seo Changbin, en su idea de robarle a posibles narcos. Lamentablemente se dio cuenta cuando ya era demasiado tarde, y ahora debe estar escondido en la iglesia que lo vio crecer, en el pueb...