Capítulo 2: Mi Suegra Me Envía Un Sacaleches

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Estaba a punto de ducharme, cuando escuche el celular.

-¡Aló!

-¿Hija, estás en casa?

-Si suegra, estaba por entrar a la ducha.

-Oh, espera unos minutos, Sergio lleva unas cosas, debe estará por llegar.

- Bueno.

-Te dejo, tengo unos queques en el horno... Adiós hija, besos a mi nieto.

Colgó, no me dio tiempo a preguntarle como iba con sus sesiones de masturbación como lo habíamos hablado el domingo pasado, solo habían pasado dos días, esperaba que lo estuviera llevando en práctica.

Luego de unos minutos llegó Sergio.

-Hola suegro pasa...

-Hola hija, Flora me envió con estas cosas.

Me entregó una bolsa, venían unos tapper con comida, otros con dulces, galletas y una caja.

-¿Y esto...?

Mire a mi suegro para preguntar que contenía, pero él ya me estaba mirando mis pechos, como iba a ducharme, en ese momento solo estaba vestida con una bata y se me estaba abriendo, dejando ver mi escote.

- No sé hija, Flora me mando con esas cosas, ni siquiera las revise.

Como me quede callada, Sergio levantó su mirada hacia mis ojos, yo le di una sonrisa coqueta, y sus mejillas tomaron un color rosado, como es que eso me parecía adorable, a los 3 les pasaba, a mi esposo y a sus padres, me parecía tierno y a la vez excitante, qué fueran tan «tímidos». Tomé la caja y la abrí, en su interior había un sacaleches.

-Me envió un sacaleches-Le comenté a Sergio.

-Ah si cierto, me contó que estabas teniendo problemas.

-Bueno, sí, tengo dolores algunas veces, voy a llevar al niño a control en unas horas, le preguntaré al doctor por esto, aunque Flora me dio algunos consejos. Ya que estás acá, podrías cuidar al bebé mientras me duchó.

-Si claro.

-Gracias suegro, no me demoro nada.

Nos dirigimos al dormitorio de mi bebé, se había despertado recién. Revisé su pañal le di unos besos y lo dejé con su abuelo. Me fui al baño de mi dormitorio, entre a ducharme, pero antes dejé la puerta entre abierta por si mi suegro necesitaba algo. Las mamparas eran transparentes, de vez en cuando encontraba a Dante mirándome, a veces solo observaba, otras lo pillaba masturbándose, terminábamos en la ducha los dos.

Lavé mi cabello, mi cuerpo. Pase mis manos por mi abdomen, desde el domingo que mi cuerpo necesitaba desahogarse, esa noche Dante se durmió enseguida, y se fue muy temprano a su viaje de trabajo, yo tenía un dildo en mi cómoda, pero sabía que no quedaría satisfecha, necesitaba a mi esposo, siempre hemos tenido una muy buena relación, y nuestros encuentros sexuales son increíbles, nos amamos con locura. Pase mi mano por mi clítoris, estaba muy sensible e hinchado, jugué un poco con él, estaba metiendo dos dedos en mi coño, cuando por el rabillo del ojo vi un movimiento, cuando mire hacia afuera, la puerta estaba abierta, y Sergio estaba ahí... Mirándome.

Cerré la llave y abrí la mampara... Mi suegro me estaba viendo desnuda y mojada por primera vez... Sus ojos iban por todo mi cuerpo, me sentía muy poderosa en ese momento.

-Cielo debías ayudarme y estar pendiente de mi niño, no de mí. No necesito que me cuides..... en la ducha.

Tomé la toalla y comencé a secar mi cuerpo, con toques lentos, Sergio miraba cada movimiento, sobre todo en mis pechos, quizás tenga una obsesión con ellos.

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