RECUERDOS PERDIDOS || female Severus ||

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AÑO 1979

El bosque estaba oscuro y silencioso, solo se escuchaban los sonidos de los pasos de los jóvenes que corrían para pasar su prueba, los nuevos miembros de los mortifagos tenían que correr por el bosque simulando una persecución verdadera, entre esos jóvenes se encontraba Severina Snape, la chica era conocida por ser la primera bruja en tener un título de pocionista siendo tan joven; aun cuando esa carrera es la más cara en el mundo mágico eso no la detuvo. Ahora ella corría por un bosque desconocido saltando obstáculos y esquivando hechizos; se detuvo en un pequeño cañón donde solo se podía pasar por un viejo puente de un tronco de árbol caído, no hay que avisar que no se dio cuenta cuando alguien lanzó un bombarda cerca suyo y cayó al río siendo arrastrada por la corriente.

—¿Deberíamos hacer algo mi señor?— preguntó uno de los mortifagos que estaba viendo toda la prueba —Si nos apuramos lograremos rescatarla.

—Dejala, no aceptamos magos o brujas débiles, si ella regresa será eliminada— realmente no le importaba quién pasará la pruebas, siempre y cuando le fueran útiles para su causa.

—Como usted diga mi señor.

El agua no le demostró piedad alguna, Severina fue arrastrada por todo el trayecto del río, había perdido su varita y se estaba quedando sin fuerzas, sabía que nadie la salvará por lo que con las pocas fuerzas que le quedaban se agarró del tronco de un árbol y se dirigió a tierra donde cayó desmayada.

No sabía cuánto tiempo había pasado, no se acordaba de nada y empezaba a tener un horrible dolor de cabeza.

—¿Crees que estará bien?

—Este remedio natural le ayudará a sanar las heridas.

—Tuvo suerte de no haberse ahogado— aunque todo estaba oscuro podía escuchar dos voces, una de un hombre y la otra de una mujer. El aire frío la hizo estremecer por lo que la mujer desconocida solo la arropó más —Descansa— las dos personas salieron de la habitación donde la habían llevado.

Aunque aún se sentía agotada no pudo descansar bien, se despertó y revisó toda la habitación donde se encontraba, era una habitación de una cabaña acogedora, las mantas gruesas no dejaban pasar el frío a su piel; se puso las sandalias que estaban al lado de la cama y caminó hasta la puerta donde puso su oído para tratar de escuchar cualquier cosa que pasara afuera...como no fue el caso abrió lentamente y se asomo, le sorprendió la hermosa sala rustica que veía, el olor de la comida que provenía de la cocina hizo que se le abriera el apetito.

—Veo que despertaste— salto por el susto que le produjo el hombre detrás suyo —Perdona si te asuste pero mi esposa y yo estábamos preocupados por ti Severina.

Ella volteo a todas partes antes de abrir su boca y preguntar los dos escucharon un vaso romperse y voltearon a ver a la mujer que estaba sostenida en el marco de la puerta.

—¡ESTÁS DESPIERTA!— la mujer rubia se le abalanzó abrazarla —¡Me tenias muy preocupada!— su espalda empezó a sentirse húmeda por las lágrimas que caían —Cuando Charity me dijo que habías desaparecido me preocupe mucho... pensé que los mortifagos te habían...

No entendía de lo que hablaba, ¿mortifagos?, ¿Quien era Charity?, ¿Quién era ella? —Disculpa pero...— separó despacio a la mujer para ser recibida por su esposo —¿Quienes son ustedes?— las caras alegres se volvieron caras de sorpresa —Y... ¿Quien soy yo?— esa última pregunta fue la gota que derramó el vaso.

—Severina... somos nosotros, Pandora y Xenophilius Lovegood, somos tus amigos, ¿no nos recuerdas?— ella solo pudo negar todo, no recordaba nada.