RECUERDOS PERDIDOS || female Severus ||

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El viaje de regreso a casa fue silencioso para todos, Severina aun pensaba en todo lo que había ocurrido en la casa de sus padres mientras Riley comía unas galletas que su abuela le había regalado y Regulus y Charity hablaban entre ellos, sin dudas esa visita fue extraña para ambas.

FLASHBACK 

—Sev cariño, tienes mucho que contarnos— Eileen fue a la cocina y saco de una alacena algunas galletas que habían comprado para repartirlas a los invitados.

—Yo... no se si sea buena idea— estaba algo insegura de contar todo a su madre, después de todo ella no sabía que antes buscaba unirse a los mortifagos.

—Claro que sí niña— Tobias también estaba expectante por saber de la historia de su hija —Como tus padres debemos saber lo que ocurre en tu vida— se comió una galleta. 

—Ahhh... ¿ahora si eres mi padre?, porque recuerdo cuando hice magia por primera vez que le dijiste a mamá que yo no era tu hija— tanto Regulus y Charity fingían ver el techo como si fuera lo más asombroso que jamás habían visto; Riley daba varias miradas de enojo a su abuelo mientras metía una galleta a su boca para comerla y Eileen seguía sacando bolsas de galletas para reemplazarlas por las que ya se comieron.

—Si.... Me acuerdo— Tobias estaba arrepentido por todo lo que le hizo sufrir a su familia, no podía creer lo ciego que estaba antes para no ver la maravillosa familia que había conseguido, Eileen se acercó para tomar su mano en apoyo, ambos habían tenido su cambio de mentalidad desde el día del accidente que lo cambió todo.

Fue a inicios de Junio de 1978, en ese tiempo Severina se había graduado de Hogwarts y había conseguido una beca gracias a los contactos de su profesor de pociones, Horace Slughorn, para ir y hacer su maestría de pociones en una escuela de Alemania, pero había un problema y era que sus padres jamás la dejarían marcharse fácilmente por lo que empaco en silencio y al bajar hasta la sala al abrir la puerta su madre la atrapó en el acto.

—¿Mamá?— pregunto un poco temerosa sin mostrarlo, temía que su madre no la dejase ir. 

Eileen se le acercó y arregló su saco para posteriormente abrir la puerta principal en silencio, ese acto le demostró a Severina que siempre tendría el apoyo de su madre.

—Ten mucho cuidado en Alemania— madre e hija se dieron un último abrazo.

Severina desapareció en la oscuridad de la noche dejando ese barrio donde nació y la vio crecer.

—¡EILEEN!— se sobresaltó al repentino grito de su esposo, se suponía que Tobias no despertaria hasta la mañana, pero ahí estaba él viéndola con esa misma cara de enojo —¡A DONDE FUE EL FENÓMENO!— se tambaleo por la cantidad de cerveza que había ingerido.

—Tobias por... por favor... vas a despertar a todo el barrio— trato de razonar pero sabía que cuando él estaba en ese estado era como hablar con una pared.

El hombre puso un pie en las escaleras para bajar y obligar a su esposa a decirle a donde fue el fenómeno de su hija pero no contó con que donde pisaba no fuera el escalón sino una botella de cerveza y procederia a caer por las escaleras golpeándose la cabeza y posteriormente quedar inconsciente. 

Cuando la ambulancia llego se llevaron a Tobias hasta un hospital, los médicos lo trataron lo mejor y le dieron las noticias a Eileen. 

—Señora Snape, lamento decirle que su esposo esta en coma— el doctor no espero a que la mujer dijera algo y continuo —Por eso me gustaría saber, ¿quiere esperar o...— el medico hizo una pequeña mímica donde simbolizaba la muerte; cualquier otra mujer en su situación hubiera elegido la segunda opción, pero no ella, ella eligió esperar a que su esposo despertara. Busco un trabajo que le ayudara a pagar el servicio medico, las medicinas de su esposo y el resto de los gastos de la casa, debía agradecer que su hija hubiese tomado la decisión de irse al extranjero aunque en estos momentos la extrañaba mas que a nada.