[14]

836 80 16
                                    

Llegó el momento más esperado por toda latinoamerica unida:

Llegó el momento más esperado por toda latinoamerica unida:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


🌻💛









Eufóricos, así se encontraban todos. Festejando entre saltos y gritos la merecida clasificación a octavos de champions después de tanto tiempo. La felicidad llenaba el vestuario y ellos fueron partícipes de todo ello. Alguien propuso festejar esa misma noche, pero ellos se opusieron, había algo pendiente. Mismo que el Omega venía insinuando desde que el partido terminó, entre suaves toques y cortos besos a Cancelo. 

El mayor trataba de mantener su fuerza de voluntad para no caer en el juego del menor. Y por lo menos que lleguen a su casa o al departamento que compró en inmediaciones de la Ciudad Deportiva. 

Y por la impaciencia del omega, sabía dónde pararían. 



××××××


Jadeos bajos inundaban la sala, quien había tachado de impaciente al omega fue quien ni siquiera pudo llegar a la habitación. Entre risas, Félix había caído de espaldas al sofá. Cancelo encima suyo. 
Besos, los repartía con cuidado, demasiado cariño y deseo por todo el cuello y parte del pecho del omega. Escuchando complacido como el menor gemía, sintiendo sus manos aferrarse a su nuca para que no se detenga. Ambos están en sus prendas inferiores, el alfa se aventuró en descubrir la piel del más joven a mordiscos. Manchando la extensión Nivea desde su cuello hasta donde alcancé. 

—¡Ah! ¡Gypsy! —el grito del menor le hizo gruñir, levantó su mirada para encontrarse, nuevamente, con las mejillas sonrojadas y sus ojitos brillosos por la lujuria, podría sentir bien como la polla del menor presionaba expectante sobre su abdomen. 

—¿Sí, mi vida? —preguntó en un tono ronco, el omega tembló. Esa mirada encantadora, esa misma en la que se reflejaba él y solamente él, la amaba. Amaba que Cancelo lo amé tanto que no pueda ocultarlo en lo absoluto. 

—Quiero ser tuyo, alfa... —el murmullo bajo sobre sus labios le hizo ronronear, como un pequeño cachorro. Besos los adictivos labios del joven luso. Félix volvió a aferrarse a su espalda, apretando con sus uñas su piel. Profundizó aún más el beso mientras quitaba la última prenda que cubría al menor. Acaricio las gruesas piernas del omega, desesperado por recorrerlas con su lengua, morderlos y llenarlos de marcas como había hecho con el cuello y pectorales del menor. 
Cuando cortaron el beso, un hilillo de saliva los unía. La respiración entrecortada del menor chocaba contra su rostro, él no estaba mejor. 

Se incorporó en el sofá y observo la desnudez del sonrojado omega, Félix estaba con las piernas abiertas a él, dándole el espectáculo más erótico de toda su existencia. El lubricante natural escurriendo de él, al igual que el líquido pre seminal. 
Félix lucía tan excitado, vulnerable y todo suyo. 

Deslizó sus manos por las piernas. 

—Lo eres, Mô... siempre has sido mío. —murmuró, más para sí mismo que para el omega. Se agacho hasta la altura de los muslos de Félix, relamiéndose los labios antes de conectar su mirada con la del más joven y lamer la cara interna de su muslo, para seguir dejando un mordisco tras otro. Marcando también esa zona, el respingon que dio le Félix le causó gracia. 
Tomó en sus manos la polla del omega y lo masturbo con cuidado, mientras sus dientes y labios se enseñaban contra la carne dura de sus piernas. Su propia mano libre masajeaba con ímpetu la zona. 
Los gemidos bajos de Felix fueron el mejor regalo para su trabajo, el aroma dulce que desprendía su lubricante le hizo gruñir. 

De lo más profundo de su garganta y recordó el porqué estaban ahí. Iba a follarse a su omega, suave, duro, fuerte, hacerlo correrse las veces que sea necesario. Hasta cansarse -cosa que dudaba-. 

—Gyp-... sy... —sonrió para sus adentros cuando en un rápido movimiento levantó la cadera del menor y llevó directo su lengua a lamer su entrada que escurría por él, por sus besos, por sus toques, por el amor que le estaba dando a Felix. Apretó los muslos para tratar de aliviar el temblor del omega, pero fue inevitable para Félix. 

No pudo hacer nada, no cuando la lengua se deslizó en su interior con facilidad. No cuando Cancelo lo empujó tan profundo en su interior que podría sentir la rapacidad del músculo. Siseo cuando sintió nuevamente la estimulación sobre su pene, el alfa lo estaba haciendo un desastre. Tanto estímulo lo tenía bordeando su clímax, todo su cuerpo temblaba. Su pecho subía y bajaba mientras apretaba el brazo del mayor que sostenía una de sus piernas. 

—¡Mgh!... ¡Pelo amor de Deus! ¡Parar! Não quero terminar ainda, por favor, alfa. —Félix lloriqueo, mientras inútilmente buscaba empujar el hombro del mayor. Cancelo acató su deseo y lo observó, la vergüenza se apoderó del omega cuando vio el rostro contrario empapado de ese líquido, su lubricante. 


—Então... como você quer terminar? —el tono juguetón usado le provocó un nuevo temblor, su cuerpo estaba tan sensible que estaba seguro de que si Cancelo entraba en él. Al primer toque sobre su punto sensible iba a correrse. 
Vio al mayor sacar un condón y romperlo con cuidado, la polla del alfa se extendía en su gloria. Chorreante y su interior se contrajo ante la idea de tomarlo todo. 
—Quer acabar com meu pau, Mô? —Félix pasó saliva, seguidamente asintió de manera repetida. 
Cancelo tomó una almohada y la posicionó debajo de su cadera con facilidad, João parecía una masa moldeable en sus manos. Félix sintió el placer recorrerle cuando Cancelo se inclinó sobre su cuerpo, dándole un fogoso beso al momento de posicionarse entre sus piernas. Podría sentir como el glande presionaba en su entrada y chilló en expectación. Cancelo lo sujeto de su cintura y entró. 

El gemido de ambos se ahogó en la boca contraria, Félix tembló cuando lo sintió tan profundo. Grande en su interior, palpitando. Cancelo corto el beso para mirarlo a los ojos. 

—Merda, Mô! Você é a porra da glória. —dicho esto, dio la primera estocada. Félix viró los ojos cuando ese punto sensible en su interior fue golpeado. Se encontró a sí mismo corriéndose sin precedentes. 
Cancelo no se detuvo, fue tan profundo como pudo, extendió tanto su orgasmo que pensaba iba a desfallecer. Se aferró a los hombros del más grande cuando las estocadas siguieron su rumbo, una tras otra profanando su interior. 

El alfa gruño sobre la piel del cuello del menor, su polla era asfixiada de una manera deliciosa por las paredes palpitantes del menor. Le ha arrancado su primer orgasmo y podría sentir como la excitación crecía nuevamente en su omega. Orgulloso por lo que estaba haciendo, siguió buscando su propio camino. Félix temblaba bajo su cuerpo y él no estaba mejor, sus respiraciones se mezclaban y el sonido húmedo de sus pieles uniéndose, una y otra vez acaparó la habitación. Su espalda era víctima de las cortas uñas y su hombro de los dientes del menor. Sujetó con su mano libre una de las piernas e hizo que se abriera más para él. 

Félix lloriqueaba desesperado bajo su poder. Sus ojitos buscaban mantenerse puestos en él, pero su efectividad en encontrar ese punto que lo reducía a nada se lo impedía. Se acercó a esos adictivos labios, los maltrató a su antojo al igual que el interior de su omega. Una y otra vez hasta que Félix empezó a pasmarse nuevamente, una, dos, tres veces y él mismo estaba corriéndose a la par del más joven. 

Su abdomen fue ensuciado nuevamente por el menor, quien no paraba de sollozar y llamarlo por el tierno apodo que le tenía. 


—Gypsy... Gypsy... Gyp... sy... —le repite cual mantra mientras buscaba tomarlo del rostro, él se lo concedió. Un beso profundo y desordenado. —Te amo. Eu amo você. —la confesión lo hizo sonreír y detener el beso. Era la primera vez que Félix le decía que lo amaba. 

—Eu também, amo você muito, muito, meu Mô, meu ômega. 









Continuará...

Oh, buen lunes, buenas noches.

Pato🌻

Tatuajes [Cancelix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora