Tatuajes [Cancelix]

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No encuentro foto para el capítulo xd

🌻💛

Cancelo miraba de reojo al menor que iba sumido observando algo en su teléfono, Félix había preguntado hasta lo último sobre dónde irían. Así que tuvo que confesar el lugar de su cita y decirle que iban de camino a un restaurante afueras de la ciudad. Octubre ha llegado con un ambiente ligeramente fresco, la brisa nocturna te obligaba a portar un abrigo ligero. 
Aunque Felix llevaba uno de sus tantos polos que le ha quitado, se ha quedado sin ropa en el armario. Pero le encantaba ver cómo los ojitos de su omega brillaban cuando le pedía una ropa suya y prometía devolverla. 

João sabía que esa promesa se rompería en cuestión de segundos, por ende aceptaba a cambio de algún afecto por parte de Félix. 
Barcelona ha demostrado ser su lugar favorito en este mundo, y más cuando llevo a su hija para presentar al menor. Su Mô ya conocía a Alicia, pero fue inevitable no emocionarse cuando se reencontraron esta vez en otra situación, de otra forma que no era la antigua. 

—Mô... —llamó con suavidad, Félix dejó de mirar el móvil para prestar su total atención. —Sabes que hay cosas de las que debemos hablar, lo tenemos claro ambos. Pero hoy quiero que disfrutes, no podemos salir mucho por nuestros últimos horarios. Pero te prometo que cada vez que podamos visitaremos todos los restaurantes de Barcelona y de España entero. 

—No te preocupes, Gypsy. Estoy bien con que salgamos más poco, después de todo nos vemos todos los días. —Una corta sonrisa adornó el rostro del menor. Él siempre era así, aceptaba todo tan rápido. Y sabía que llegaría un punto donde todo colapsaría, el omega miró la mano que sujetaba la suya. 

Cancelo le ha demostrado de todas las formas posibles que puede confiar en él, que puede apoyarse en él para descargar todos sus males. Mismos que ha tratado de ocultar ante el luso mayor pero que viene persiguiendolo desde unas semanas atrás. 
Misma pesadilla que tenía rostro, nombre y apellido. Cuya fecha de encuentro se acercaba aún más. 

Apretó la mano de Gypsy, recién le dijo que no piense en esas cosas y ya lo está haciendo. No era nada bueno para él. 

Suspiró de manera exagerada, captando la atención del mayor. Terminó por darle un beso en su Palma para distraerlo. 

××××××

Félix adoraba el lugar, miraba todo asombrado. Aunque la Soledad de la misma no le agradaba, Cancelo detrás suyo lo seguía lentamente, aprovechando de ordenar lo que acordaron pedir para la cena. Félix descubrió cada pequeña parte del restaurante reservado para ellos dos solamente. 
La sonrisa amigable de los empleados le daba esa seguridad de que nadie podría descubrirlos. 

—Gypsy... es muy bonito el lugar, gracias. —Dijo con emoción, el mayor asintió regalándole una sonrisa corta. Claro que sabía que le gustaría este lugar, había mandado a Lamine específicamente para que lo descubriera por él. 

Llegaron hasta la segunda planta del local. Donde él había hecho su reserva especial, el lugar estaba adornado con luces amarillentas, al igual que gerberas rosáceas en sus alrededores. Y en el centro de la mesa que ocuparían, un ramo de las mismas pero de variados colores. Cancelo se aproximó hasta ellas y las tomó con cuidado, se dio la vuelta solamente para ver como esos hermosos luceros que João portaba brillaban de emoción. 

—Son para ti, Mô. 

El chillido bajito seguido de un beso en su mejilla y las flores siendo apartadas de él, provocó un calor en su pecho. Uno distinto al que está acostumbrado. 
Sabe que ama demasiado a Félix como para describir ese sentir como enamoramiento, eso estaba lejos de lo que sentía por el omega. 

Podría ser todos los sentimientos posibles, pero al mismo tiempo nada. Aunque solamente era amor, Félix lucía como el deseo más puro y sincero. El simplemente era el complemento perfecto para su alfa, era su omega. 

—Son hermosísimas. —Félix halago mientras se acercaba nuevamente a él, para ese punto ambos estaban solos en el piso. El menor rodeó su cuello despacito. 
Las flores descansaban sobre la mesa de la misma forma que las manos de Cancelo en la cintura del menor. 

Félix se sintió valiente nuevamente, esa misma que lo atropelló en la noche donde se besaron en su casa. Aquella misma voz le pedía a gritos que besara a su alfa una vez más, y no lo dudó. 

—Você me deixa louco, louco, loucamente apaixonado por você, Gypsy. 

Terminada la confesión y entre sonrisas bobas, acortaron la distancia entre sus labios. Un ligero roce, seguido de otro más casto, hasta que ambos se fundieron en sí. Degustando el sabor contrario en ese beso. 

Félix abrazó con fuerza al mayor, temiendo de que se esfume en algún momento, aferrándose a la única realidad que ahora tenía para sí mismo. João Cancelo. 

El besó terminó en piquitos y risitas, Felix se sentía feliz con eso. Sus mejillas estaban teñidas de rojo con cada beso que Cancelo dejaba sobre sus labios o su rostro. 

—Eu te amo muito, mais do que é possível. Você também me deixou tão loucamente apaixonado, Mô. 

Félix le regaló su deslumbrante sonrisa, un último besó llegó antes de que ocuparan sus lugares. Sin duda sería una de las veladas más especiales de sus vidas. Claro que lo sería. 

**** 

Horas más tarde, Cancelo dejaba frente a su casa a Félix, ignorando la insistencia del más joven para que se quede. Sabía que no debía, que no era el momento. Más cuando su celo estaba tan cerca. Miró con atención los alrededores de la casa del menor, no había nada raro. Siempre lo hacía cuando lo traía a casa, había un presentimiento extraño sobre dejarlo solo. Siempre lo perseguía pero se mantenía al margen de lo que pudiera suceder. 

Félix entró a su casa, el silencio lo recibió. La luz prendida de la cocina le dejó saber que alguien más estaba ahí. 

Apretó sus labios y su propio cuerpo contra la puerta. Miro de un lado a otro hasta visualizar en el porta paraguas un bate de béisbol. A pasos lentos se dirigió hacia la cocina, escuchando los murmullos y las risas provenientes del lugar. 

—Este idiota quería esconderse de mi... 

Su cuerpo se tensó ante la voz, se detuvo en ese mismo lugar mientras ambos se miraban. El intruso lo vio, mirándolo de esa forma tan extraña. Su acompañante notó su presencia también. 

—¡Oh! Hasta que llegas, Menino. 

Continuará...

Que fueeee esoosoooo.

Pato🌻