ECOS EN EL BOSQUE

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Ashton se abrió paso entre los árboles con desesperación, esquivando las ramas que se interponían en su camino y saltando sobre las piedras y troncos acostados en el pacifico suelo del bosque. Cada paso era una carrera contra el tiempo, una lucha por escapar de aquello que lo perseguía sin tregua a través del interminable bosque.

Los crujidos de ramas y las pisadas rápidas resonaban implacables a sus espaldas, aumentando su agitada respiración y alimentando la adrenalina que corría por sus venas. Cada latido de su corazón parecía marcar el compás de su huida, mientras su visión se estrechaba, enfocándose únicamente en el horizonte lejano, buscando desesperadamente una salida de aquel laberinto de árboles.

Los rasguños de obstáculos que no pudo evitar decoraban su cuerpo, sangre cubría parte de su ojo izquierdo, dificultando aún más su visión y su ropa estaba completamente rasgada. Y si eso no fuera lo peor, Ashton comenzó a escuchar una cacofonía a su alrededor.

Las voces decían su nombre, el nombre de sus amigos y el poema que habían leido en el pergamino.

"¡Fuera!", gritaron las voces, ensordeciendo a Ashton y confundiéndolo aún más.

El aliento de Ashton se agotaba poco a poco mientras sentía cómo sus piernas empezaban a desvanecerse, haciendo que se tropezara una y otra vez hasta que finalmente cayó de rodillas.

"¡Fuera de aquí!", gritó algo en su oído derecho. Ashton giró rápidamente la cabeza, pero no había nada.

"¡Espiritus del bosque!"

"¡La oscuridad desafían!"

"¡El anfiteatro resuena!"

"¡Fuera!" Las voces retumbaban en su cabeza desde todas direcciones, llenándolo de terror al no saber qué había a su alrededor.

Sin más opción, adoptó una posición fetal, tapándose los oídos con fuerza y cerrando los ojos con tal intensidad que le provocaba un dolor punzante en la cabeza. Percibía algo moviéndose a su alrededor, frenético y descontrolado, casi pisándolo.

Se sintió impotente, sin saber qué hacer. No se atrevió a abrir los ojos.

"¡Ashton!", era la voz de Michael.

"¡Ashton!", gritó Luke.

"¡Ashton!", vociferó Calum.

Ashton abrió sus ojos y rápidamente se sentó a observar a su alrededor, sus amigos estaban llamando su nombre. Sus amigos estaban cerca y estaban vivos.

Se paró y giró sobre donde estaba parado, intentando buscar de donde provenian las voces.

"¡Ashton!"

"¡Ashton!"

"¡Ashton!"

"¡Ashton!"

Finalmente encontró de donde provenian los gritos, por entre los arbustos una figura erguida, astas axtendiendose de manera impresionante. Ashton lo miró sin romper contacto visual, y finalmente, el venado abrió la boca:

"¡Ashton!"

El corazón de Ashton latía con fuerza, la sangre le martilleaba en las sienes mientras el venado abría la boca y pronunciaba su nombre, con las voces de sus amigos retumbando en sus oídos.

Un escalofrío recorrió su espalda, un terror inimaginable se apoderó de él. ¿Qué clase de lugar era este?

Ashton, temblando de miedo, se alejó tambaleante del venado parlante y corrió a través del bosque oscuro y frío. Las ramas se arremolinaban a su alrededor, como garras tratando de atraparlo, tratando de mantenerlo cerca del venado.

Con el corazón palpitando con violencia, tropezó y se levantó una y otra vez, impulsado por el instinto de supervivencia. Sentía el galope tras el, el venado gritaba su nombre, atormentándolo.

Finalmente, entre los árboles, divisó una cabaña solitaria, su estructura vieja y desgastada destacándose contra el oscuro paisaje del bosque. A pesar de la deprorable apariencia de la fachada, pensó que era lo más seguro para esconderse de ese animal.

Se apresuró hacia ella, el pánico palpable en cada paso que daba. Al llegar a la cabaña, forcejeó desesperadamente con la puerta; el cerrojo estaba dañado. Sentía al venado, su galope y su voz aterradora cada vez más cerca.

Empujándola con todas sus fuerzas, golpeándola una y otra vez con su hombro derecho hasta que cedió y se abrió con un crujido ominoso. Cerró rápidamente la puerta detrás de él.

Finalmente pudo tomar un respiro hondo para calmar sus nervios.

Al hacerlo, un fuerte hedor a humedad y abandono lo golpeó de lleno, obligándolo a llevar rápidamente su mano a la nariz y boca para taparlas. Observó lentamente los detalles del interior: la cabaña estaba en ruinas, con ventanas rotas y muebles polvorientos.

Atentamente escuchó los sonidos afuera de la cabaña: nada se acercaba, y ningún grito rompía el silencio que envolvía el bosque.

Mientras escaneaba el lugar con su mirada, algo llamó su atención: una figura tendida en la cama, apenas visible en la tenue luz que se filtraba entre las grietas de la madera podrida.

Bajó la mano lentamente y se acercó con cautela a la figura extraña tendida en la cama. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, dejó escapar un suspiro de alivio. Se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra la pared cercana, y recostó la cabeza en el colchón.


Era Luke, en un profundo sueño.

TIERRA DE DEMONIOS (5SOS FANFICTION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora