EL ANFITEATRO DE LA CONVERGENCIA (PARTE 2)

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Con precaución, los cuatro descendieron por los asientos escalonados que circundaban el escenario. Solo resonaban en el aire el eco de sus pasos y el melancólico canto de los grillos, junto con lo que parecía ser el distante susurro del viento.

¿Era realmente el viento?

Sus ojos se ajustaban gradualmente a la oscuridad; no creían necesitar la luz de la linterna para descender. Al llegar al escenario, este les llegaba casi al pecho, forzándolos a colocar las manos sobre la fría piedra y usar su propia fuerza para elevar sus cuerpos. Sacudieron sus prendas mientras Luke extraía linternas de la mochila, entregándole una a Calum y otra a Micheal.

Mientras encendían las linternas, Luke se volvía hacia las gradas, erguido y con las manos en las caderas. "Deberíamos venir a practicar aquí", comentó, imaginando cómo sonaría un set acústico en un entorno tan especial en una cálida mañana de verano.

Todos permanecieron en silencio, visualizando cómo sería cantar con el anfiteatro lleno: personas gritando sus nombres, aplaudiendo al ritmo de la música y cantando sus poesías.

Las fantasías fueron interrumpidas por el crujido de arbustos. Rápidamente, los cuatro giraron hacia el sonido, inmóviles, esperando ver a un conejito.

Nada.

Luke sudaba helado; lentamente se volvió para mirar a los demás, pero con el rabillo del ojo, volvió a ver los cuernos del venado.

Justo cuando iba a girarse para revisar, una mano grande y helada se posó sobre su hombro. Sintió como si se desvaneciera por un momento...

"¿Luke?", preguntó Michael a la distancia.

"Luke, ¿Estás bien? Solo es un conejo... probablemente", aseguró Ashton mientras se colocaba al lado de Luke. "Estás nervioso."

Luke suspiró mientras cerraba los ojos y ponía su mano derecha sobre su pecho. "Tienes razón, es la oscuridad".

De repente, los árboles adquirieron dimensiones imponentes, la oscuridad se hizo más profunda y el silencio resultó ensordecedor.

"¿Nos podemos ir ya?", rogó Luke frotando sus manos, que frío hacía de repente.

"No", comenzó Calum, "dijiste que vinieramos a leer el pergamino, y una vez hecho eso, nos vamos."

Luke cerró los ojos con fuerza.

¿Por qué había sugerido eso?

¿Por qué sentía tanto miedo?

¿Por qué ahora se sentía observado?

Quizás fue la curiosidad de ver una estatua de búho tan imponente.

O tal vez la extraña mesa en el centro.

Podría ser una combinación de lo convencional y lo inusual que parecía emerger del anfiteatro.

Michael ya iluminaba el pergamino de piedra, esforzándose por descifrar su contenido. El moho cubría algunas letras, y parecía que ciertas palabras se desvanecían con la erosión del tiempo. Su mirada estaba fija, sumido en concentración, con una mano iluminando el pergamino de piedra y la otra acariciando su barbilla.

Los cuatro permanecían de pie frente al pergamino, murmurando palabras y formulando conjeturas sobre las oraciones, tratando de dar vida al texto antiguo.


En el anfiteatro, sombras danzan sin cesar,

Espíritus del bosque, secretos quieren revelar.

Secta oculta, en la penumbra conspira,

Valientes enfrentan miedos, su alma se inspira.

Pergamino antiguo, mensaje encriptado,

Peligro acecha, en cada rincón ocultado.

Bajo la luna, desafían la oscuridad,

En el bosque encantado, enfrentan su realidad.

En el éxtasis del miedo, decididos sacrifican,

Valientes, en equipo, la oscuridad desafían.

Con determinación y algo que perder,

El anfiteatro resuena, su miedo ceder.

Ashton leyó lentamente el mensaje encriptado del pergamino sujetado por la estatua de buhó.

Silencio, el bosque se encontraba en un silencio sepulcrar. Los cuatro se voltearon a ver entre sí, y soltaron una carcajada. Ahogados de tanto reirse, dándose palmadas en la espalda, Michael dijo:

"Ya vamonos para casa."

Los cuatro seguían riendo, la luna seguía iluminando plenamente el anfiteatro y justo cuando iniciaron su partida, los ojos del buhó lentamente se iluminaron.

Las risas cesaron.

Parados los cuatro enmedio del escenario, se dieron rápidamente la vuelta, solo para encontrar una espesa niebla emanando de entre los árboles.

"¡Cubran sus rostros!", ordenó Calum mientras intentaban bajar del escenario.

Poco a poco sus vistas se fueron nublando, sus piernas parecían no tener fuerzas. Caían uno a uno, viendo como los asientos parecían alejarse cada vez más y más.

Lo último que vió Luke andes de sucumbir a un sueño profundo y una oscuriada envolvente...fue...¿el venado?

TIERRA DE DEMONIOS (5SOS FANFICTION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora