(editado) (reeditado)
El dulce aroma llegaba a sus fosas nasales, despertando lo de su cómodo sueño con un problema entre sus pantalones al que no le veía sentido, según su memoria, había soñado con un lindo prado y hermosos hijos, pero encontró lógica hasta que la palabra "omega" hizo eco en su cabeza, se levantó rápidamente de la cama y escucho los gemidos ahogados salir de la otra habitación, tragó duro y camino hacia la misma, tomando la manija y apoyando la cabeza en la puerta, pensando en lo que iba a pasar, estando por sentir sin límite o miedos la piel del omega, tendría su cuerpo debajo del suyo, tendría su delicado cuerpo entre sus manos... Dios zamparé el dolor en su pene.
Bajo la manija y empujó la puerta antes de pensarlo más y ponerse nervioso, la cerro detrás de su espalda y sintió como su respiración se cortaba al ver al omega desnudo sobre la cama en posición fatal, buscando de alguna manera reconfortarse, con su piel blanquecina expuesta y su pelo enmarañado y revuelto en sudor junto a sus mejillas rojas, conectando miradas, dejo escapar otro gemido.
—Alfa…—
—Vas a matarme, omega...—
Importándole poco que tan sucia pudiera acabar su ropa por los fluidos del omega, se subió a la cama y se puso entre sus piernas, poniendo su miembro contra la entrada del mismo, escuchando con placer su jadeo
—A-alf..aaa....—
Inclinándose sobre el delicado cuerpo conecto de forma suave sus labios, los brazos del azabache se cruzaron por su cuello, abrazándolo con fuerza y pegando sus pechos, lo tomo de la cintura y dio suaves caricias a la misma, con cariño, lo sentó sobre él y se separó para conectar miradas
—¿Qué deseas que haga omega?—
—Tómame… hazme lo que quieras, hazme t-tuyo...—
Tendría el control, pero no sería un idiota, así como podía ignorar el dolor en su pene, podía seguir ignorado su calor mientras estuviera ocupado dándole placer al omega entre sus manos, eso tenía más poder sobre el justo ahora.
Lo volvió a recostar y comenzó a repartir besos por su pecho, bajando y acariciando con sus manos los muslos, con cuidado de por milagro o mala suerte romperlo, sería delicado, lo dejaría preñado de forma linda, llenándolo de amor y buenos tratos, recorriendo su piel con delicadeza, entrando en él con suavidad.
Moriría si lo lastimaba, ya podía imaginarse una vida con hijos suyos y del omega, pudiendo abrazarlo todos los días, sin permisos o nervios, pudiendo besarlo o hacerlo suyo cuando quisiera
Quería… Quería decirle que lo amaba…
No... ¿Eso no sería mucho? Solo le daría felicidad, solo eso... nada más, podría abrumarlo, seguiría siendo su juguete.
