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Al llegar a la oficina espero a que terminará su reunión, apenas lo vio le dio beso en la mejilla por su hijo, disfrutando el volver a sentir el rose de su piel, viendo cómo se sorprendía, descomponiendo un poco el aura sería que le daba el traje gris que usaba junto a sus lentes de marco inferior negro reforzado.

—Los niños me preguntaron si irás a su aula el día de los padres—

—¿Mh?—

—Eres una persona de negocios, sí, pero te va muy bien con las manualidades, lo harías genial—

—¿Les dijiste que estoy ocupado?—

—... sí...les dije…pero- —

—Alfa, no tengo todo el tiempo del mundo, me encantaría dárselos, son mis cachorros, pero no lo tengo y aun me queda trabajo por terminar.—

—Omega, yo- —

—Lo estoy diciendo en serio, los amo, pero tiempo es lo que menos tengo, la próxima semana o después veré.—

—Ya lo dijiste...—

Levantó la mirada para verlo, alzando una ceja

—¿Disculpa?—

—Que ya lo dijiste.—

Lo miro y frunció el ceño

—¡Eres su madre, por lógica, tu tiempo debería estar en ellos hasta pasar los quince años, eres su maldita madre y te necesitan!—

—Bájame tu tono de voz y lárgate, no tengo tiempo para tu berrinche.—

Apretó los puños y tenso la mandíbula

—¡Ya dejé de ser una puta mascota! Iván.—

Conectaron miradas y el azabache frunció el ceño, levantándose de su asiento de a poco y apoyando su peso con las dos manos sobre el escritorio

—Quie- —

—Señor, escuché gritos, ¿Está todo en orden?—

El omega le dio una mirada de rojo y asintió a la beta, soltando un suspiro

—Haz espacio, necesito unos minutos, de paso ve a tu descanso.—

—Ah-... si señor—

La fémina se fue y volvieron a conectar miradas.

—Nunca te di autorización para que pudieras llamarme por mi nombre, perro.—

—Puedo hacerlo, tengo ese derecho común.—

—No, no es así.—

—Si lo es—

—¡¿Piensas-?!—

—¡Cierra la boca!—

Suspiro pesado dejando ese sonido haciendo eco en el silencio

—Iván, nos conocemos desde la secundaria y comenzamos a estar juntos solo un poco después de la universidad, son más de 16 años de conocernos, por si no llevabas la cuenta, fui tu mascotita en los primeros años por compromisos a nuestra "mala" primera experiencia, pero todo eso cambio cuando nos unimos en el primer celo que compartimos, hasta que te preñe.—

—Que- —

—Te hablo en serio, por amor a dios! ¡Cierra la boca por una sola vez en tu vida!—

—...—

—Siento que tengo una conexión contigo, no solo por qué tenemos hijos, y tampoco de forma física, me siento conectado contigo desde preparatoria, pero tenia 16 años, que esperabas?, siento... que no quiero seguir siendo un juguete...—

El omega miró el suelo de la oficina y se sentó de nuevo en su silla, apoyando sus codos y entrelazando sus dedos sobre el escritorio mientras el silencio se hacia paso en toda la habitación, hasta volver a levantar la vista para verlo.

—¿Que mierda es lo que quieres?—

Respiro hondo y que parado frente a él, con la cabeza baja.

—Quiero que me dejes ser tu alfa.—

Levantó ligeramente la cabeza con una mirada de decisión, el omega planeaba darle una respuesta a su propuesta, pero el castaño volvio a ganarle en la palabra.

—Quiero que seas mi omega, Iván, por como actuamos siempre lo fuiste y que yo sepa nunca te diste a alguien más en mi cara o que yo me enterará por otras fuentes, pero quiero que tu cuello tenga mis dientes, quiero que seas mío.—

Dio unos cortos pasos y tomo con calma la muñeca del omega, jalándola para levantarlo de su lugar y quedar cara a cara, para abrazarlo de la cintura y pegar sus cuerpos, respirando profundo mientras podía sentir el latir del corazón del omega.

—Te amo, Iván, tarde en darme cuenta, pero por lo menos estoy dando todo de mi para alcanzar lo que quiero.—

Dejo un fugaz beso en su hombro antes de separarse.

—Y quiero que seas mio, que estemos juntos, pero muy injustamente solo tu puedes decidir si ese deseo tiene futuro.—






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