El alfa se convirtió literalmente en la mascota del omega, era literalmente un perro y su dueño, el omega lo llevó a vivir con él, le da comida, ropa y le permitió volver a la universidad para no sentirse tan mantenido sin hacer nada sin ningún impedimento, aunque eso cuesta el orgullo de su lobo, también, en cada ocasión que se le viniera en gana, el omega podía tomarlo como quisiera, y oponerse sería estúpido, pero aún está confundido
¿Debería mandarlo a la mierda por su obvio abuso de poder?
¿O debería de estar agradecido por qué literalmente lo mantiene y le da regalos?
Como si fuera su... una mascota.
Sin pagar alquiler o trabajar, tiene todo a su alcance, lo único que le disgusta es que ya la mayoría de esa compañía sabía cuál era su papel en la misma, por qué lo acompañaba y lo seguía como una sombra, sin hablar u objetar. El omega en una ocasión lo mando a llamar por medio de su asistente, le pareció raro, pues pensó que estaba en una importante junta, y seguía en ella, solo que lo hizo ir para sentarlo en su silla y él arriba suyo, no había una razón, solo quiso que eso pasara, y paso, no podía oponerse, y tampoco lo hacía, pero lo puso muy nervioso que en cualquier momento alguien de la junta pudiera notar como el omega se movía sobre su regazo, moviendo su trasero sobre su pene, nadie se dio cuenta, pero casi le da un infarto.
Una mañana, desayunando ambos en la mesa de ese costoso y elegante departamento:
"Empaca ropa para una semana, tengo unos asuntos que atender en Santa fé y de paso visitaremos a mi familia."
Si algo se notaba mucho en el ahora, era que todo podía ponerlo nervioso, se volvió un alfa tímido, y ese viaje inevitable lo puso más nervioso.
¿Podía conocer a un alfa tan importante siendo la mascota de su hijo?
Dios quiera que no se ría en su cara…
Y dos días después estaban en el auto del omega, aparcando en las tierras de ese gran alfa, caminando por un sendero a través de una hermosa vegetación con rosas y dalias, hasta que el omega apenas vio al alfa mayor, corrió emocionado hacía él, cual niño pequeño.
"¡Papi!"
Y fue recibido por los brazos del alfa, quien lo levantó sin ningún tipo de esfuerzo, demostrando que aún podía partirle el cuello si llegaba a sus oídos, el que no complació a su hijo.
"¡Pequeño príncipe! ¡Mírate! ¡Mira cuanto has crecido! ¿Cómo has estado campeón? ¿Cómo te va con la empresa? ¿No te genera dolores de cabeza o sí? Tendría que golpear a tu asistente de ser así"
Tragó duro...
"¡No, papi! ¡Estoy bien! ¿Ella hace bien su trabajo, y además, para que estudie y prepare si no podía aguantar unos simples dolores de cabeza?"
"Ese es mi hijo. Pero debo insistir, ¿Tienes problemas con el estrés?"
"No, tranquilo, para eso lo tengo a él."
Lo vio, dios, Jesús y la virgen maría, lo estaba viendo
"¿Y este?"
"Nadie interesante en realidad, pero es mi pequeña mascota"
Algo que tenía que recalcar, era el hecho de que el omega media más que él, por lo tanto, y la obvia diferencia de altura, él lo llamaba "pequeño alfa", jamás con un tono burlesco o hiriente, solo le decía así.
"¿Cuál es tu nombre, hijo?"
"Ah... yo... soy Rodrigo Carrera, señor…"
"Bien, Carrera, vamos adentro todos. Tu madre se pondrá loca cuando te vea"
"¿Uy, está Vic?"
"Sí, probablemente ella te golpeé"
Aun con el omega en brazos comenzó a caminar lejos de donde estaban, directo a la casa
Eso fue cortante y grosero, pero por su bien decidió no decir nada, quien sabe en que zanja acabaría...
La familia fue agradable, la omega mayor lo trato como si fuera su hijo, acaricio su cabello y hablaron bastante, incluso preguntando si quería algo de comer en específico o que se sintiera en su casa, incluso la hermana mayor del omega (que también era alfa y amenazó con romperle el cuello si su hermano tenía algo) fue bastante confiada con él, hablando como si se conocieran de toda la vida.
...
—Entonces, Rodrigo, dime, ¿Tuvieron sexo, ya?—
—¡Victoria!—
El alfa mayor, con una expresión neutra volteo a verlo, y el castaño intentando evitar cruzar miradas, vio a la pelinegra que era regañada por su madre
—Eso no se dice—
—¡Somos adultos! ¡Podemos hablar de sexo!—
—Hablo sobre respetar la privacidad, mocosa grosera—
—Ja, ja, ja, bien, no pregunto, preguntará otra cosa, JMH… ¿Le has metido los dedos? Debe estar mojado—
—¡Victoria, te voy a pegar!—
—¡Ya, ya! ¡Perdón!—
Madre e hija comenzaron su show mientras el mayor de todos acomodaba sus codos sobre la mesa, dejando a todos en silencio
—Carrera.—
El escuchar su nombre prefirió solo poner atención al mayor, pasando saliva con un nudo en la garganta mientras sentía un escalofrío subir por su columna.
—¿Sí, señor Buhajeruk?...—
—¿Has tenido relaciones con mi hijo?—
—¿A-ah?—
El mayor frunció el ceño y el castaño volvió a pasar saliva, temiendo por su cuello sin haber dado siquiera una respuesta.
—Ya, pa, nadie se metió entre las piernas de tu hijo, todo bien—
—Iván.—
—Pa, no me han metido nada, estoy bien, totalmente sano y limpio, ni siquiera llevo una mínima de su olor, no hemos hecho nada, todo bien, tranquilo.—
Como si no hubiera dicho eso, el azabache bajo la cabeza y comenzó a comer con tranquilidad, siendo seguido por el alfa mayor que acaricio el cabello de su hijo a su lado y comenzó a comer, comenzando una conversación entre ellos, muy tranquila y llevadera a la que se fue uniendo poco a poco toda la mesa.
Mientras estaban volviendo, en el camino a media carretera, el omega soltaba algunas risitas, remarcando conversaciones o momentos raros que pasaron mientras estaba firmando el contrato, o momentos específicos que compartieron estando con su familia.
"A papá le agradas."
¿En serio? No pareció.
Levanto una ceja y puso ligeramente de costado la cabeza mientras lo miraba para que se entendiera su punto, aunque no lo hubiera dicho en voz alta, haciendo que el omega soltara una risa por lo mismo.