Ese viernes fue uno que Dan considero trágico, su alfa lo termino llevando a su oficina pensaba que pasaría lo mismo de la última vez, pero no podía estar más equivocado. El Alfa no se resistió y termino desnudandolo y haciéndole toda clase de cosas, aunque nunca llegaron a una penetración como tal, Dan en más de una ocasión sintió dolor, mordidas en su cuerpo, pequeños golpes y pellizcos no lo hacían sentir bien, intento comunicárselo al mayor pero este simplemente lo ignoro.
Así pasaron varios meses, si meses, el tiempo se pasó volando para Dan, entre la escuela, proyectos y encuentros con su alfa, los días se iban muy rápido. Llegaba tarde a casa, despertaba más cansado de lo normal y todo eso tenía preocupada a su abuelita, ella varias veces le pregunto que pasa, Dan no sabía que responder y siempre terminaba evitando el tema, no le diría a su abuelita que se estaba acostando con su profesor, lamentablemente para el su abuela tenía experiencia, era tonto pensar que la señora no pasaria por algo el aroma del alfa, las pequeñas marcas que a veces tenía su nieto en su cuerpo e incluso veía que su marca estaba diferente, se notaba sana, ya no estaba hinchada ni parecía infectada, ahora estaba bien, había cicatrizado casi por completo, lo que significaba que su nieto tenía encuentros con el alfa, ella lo sabía, claro que no lo diría por qué sabía que le causaría incomodidad a su pequeño niño.
A pesar de todo esto, Dan estaba feliz, tenía amigos, su alfa pasaba tiempo con el y su abuela parecía cada vez más sonriente, se sentía pleno simplemente contento, como todas las mañanas despertó, se dio una ducha fría, se cambió y salió de su casa para ir a la escuela, su abuela había salido muy temprano, nisiquiera se despidió de ella por qué seguía dormido, afortunadamente en la noche se aseguró de abrazarla antes de dormir.
Jamás imagino que ese sería el último abrazo que le daría, quién hubiera imaginado eso. Su día iba normal, estaba contento por qué ese día tendría clases con su alfa a la última hora, ese día lo vería más de lo normal y eso lo emocionaba demasiado, pero quién diría que en su pequeño receso un profesor lo buscaría con urgencia, quién diría que lo llevaron a la oficina de la directora, en donde le contaron lo peor que había escuchado en su vida, su abuela...su abuela estaba muerta, eso fue lo único que pudo procesar, su abuelita, su único familiar, la persona que más quería en el mundo, ya no estaba, había muerto. Eso lo dejo en shock no reacciono, no se movió, apenas respiraba se perdió en un punto de la habitación, dejo de escuchar, todo se apagó.
Despertó en un lugar extraño en donde nunca había estado, apenas y abrió los ojos cuando recordó todo lo que le contaron, eso lo hizo encogerse en la pequeña camilla, su olor se volvió amargo e inundó toda la habitación, el Omega estaba destrozado, pronto comenzó a temblar a causa del llanto, un llanto doloroso que le impedía respirar correctamente, una opresión en el pecho que lo hacía retorcerse, como si algo lo quemará desde dentro.
No presto atención a la doctora y la oficial de policía que entraron en la habitación, poco le importo que le estuvieran hablando, no quería escucharlos, no quería ver a nadie, no quería estar con nadie, el solo quería una cosa su abuela, que su abuela fuera con el y le dijera que todo era mentira, que estaría con el resto de su vida como se lo había prometido, que lo apoyaría en su camino, que lo vería crecer y estaría orgullosa de el, solo quería un abrazo de ella, decirle cuánto la amaba, lo feliz que estaba de que ella fuera su abuela, su familia, lo único que tenía.
Su llanto incremento tanto que la doctora terminó sedandolo, tenían que hacerlo si no podría empeorar, el Omega estaba muy mal, el aroma, su tono de piel simplemente no eran normales. Estuvieron revisándolo y se dieron cuenta de la marca en su cuello, el pequeño tenia alfa, pensaban en entregarlo a las autoridades correspondientes para que lo dejaran en una casa hogar, pero todo eso cambiaba si el Omega tenía marca, por ley el Alfa tenía que hacerse responsable de el o romper el lazo, no importaba la edad, si el Alfa lo quería estaba en su derecho de reclamarlo. Así que se pusieron en marca y mientras Dan estaba inconciente la policía busco sus registros médicos, encontraron el nombre de Joo Jaekyung, un maestro en una prestigiosa escuela, todos conocían al señor Joo por ser un gran ejemplo a seguir, todos sabían el poder que tenía, pero nadie se traba el cuento de ser un simple muestro, todos pensaban que había algo más, un muestro no tendía tanto dinero y poder, por supuesto que no. Les tomo un gran tiempo contactarse con el y cuando por fin lo lograron solo recibieron gruñidos y gritos.
-señor, por favor necesitamos que alguien venga por el y se haga cargo del cuerpo de la mujer y los gastos funerarios — hablaba uno de los policías—
-Ya les dije qué estoy ocupado, no tengo tiempo para sus tonterías— el Alfa estaba más que enojado por qué alguien había interrumpido su preciado descanso—
-El Omega no se encuentra bien, solo despierta para llorar— intento persuadir el oficial—
-Que Omega es?— jaekyung sabía que muchas personas intentaban meterse en su casa, no era la primera vez que algo así le pasaba—
-Dan, Kim Dan señor, es un Omega de dieciocho años, es bajo de pelo marrón, delgado y tes blanca—describia mientras veía el expediente del Omega—
-mierda— murmuro el Alfa antes de levantarse— voy para alla— colgó, tomo su saco, sus llaves y salió de su casa rumbo a la estación de policía.
Dan no sabía que su vida iba a cambiar Después de todo eso.
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Mi destino es usted, profesor Joo
Fanfic-Es suficiente Dan, sal de mi oficina- el Alfa se levanta de su silla, mirando con recelo a su pequeño alumno y señala la puerta- -Bien me voy pero aunque no lo acepte sabe que mi destino es usted, profesor joo-rápidamente salió de la oficina dejand...