3. Ojos de Angel

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La noche había caído pronto y la gente esperaba alrededor de la Ópera Epíclesis a que las puertas se abrieran.

De por sí la plaza estaba increíblemente llena, ya que, no solo se encontraba gente de Fontaine, había expectantes de las diferentes regiones del país. Algunos se encontraban admirando la fuente, lanzando monedas con un anhelante deseo en ellas, mientras otros estaban sentados alrededor gozando del manto estrellado que les acompañaban, era una noche encantadora, especialmente para muchas de las parejas presentes, como aquel par que parecía provenir de las tierras Inazuma.

Un joven risueño, calmado, peliblanco y con un traje oscuro con discretos detalles rojos, estaba tomado de la mano a su pareja, otro joven, un poco más bajo que el primero, llevaba un traje con short formal de color violeta oscuro, más que el de sus hebras, tenía el semblante naturalmente serio aunque un ligero color carmín adornaban sus mejillas.

- Es en este momento en el que deberías jurarme estrellas, Kazuha.

- Cariño, eso lo haré después de ver la actuación. - el peliblanco se inclinó a la altura de su novio dejando un pequeño beso en la mejilla de este ganándose un ligero empujón - Cuando estemos solos, en nuestra habitación, no solo te las juraré, también te las haré ve—

- ¡QUE BEBISTE! - Wanderer agradecía internamente de estar alejados del lugar central en la plaza; Técnicamente se encontraban casi en la entrada.

Era obvio que no iba a pasar desapercibido por algunas personas que transcurrían por el lugar, es lógico y su grito fue todo menos algo discreto.

Estaba claro que esa iba a ser su reacción, no se esperaba ese ataque tan repentino, no cuando él estaba a punto de empezar el juego con su novio el cual se caracterizaba por ser "tranquilo" en público, pero esta fue una bala sin avisar, directo y puro dentro sus pensamientos deseosos.

¿Y cuál fue la respuesta de kazuha? Una risa burlesca al lograr su cometido.

- No me gusta verte tan tenso. - tomó la mano del más bajo con delicadeza besando el torso de esta sin desviar la mirada de aquellos ojos que tanto me encantaban, tan hipnotizantes y hermosos.

- Perdóname Kazuha, es solo que no sé que reacción tener cuando la vea a ella, pasó bastante tiempo desde la última vez.

Soltaba un suspiro mientras se apoyaba en el cuerpo de su pareja, si no estuviera en un lugar con tanta gente a su alrededor posiblemente estaría acurrucándose cual gato en busca de cariño.

- ¿Qué te hace pensar que va a venir, amor?

- Créeme, lo hará.

- ¿Podemos apostar?

- Escucha Kazuha, yo sé que te conté muchas cosas sobre ella y que básicamente no fueron anécdotas agradables, posiblemente tenga más un perfil de dar pesadillas a los niños.

El alto suelta otra risa dejando suaves besos sobre la cabellera de Wanderer, actos de un enamorado, realmente enamorado, incluso si su chico ahora se encontraba "preocupado" no había momento en el que se enamorase más.

- Lo cual es un chiste ya que ella dirige un horfanato. - continúa el de cabello violeta - Pero una vez alcancé a escuchar una conversación que tuvo con Columbina, y no, antes que nada no soy chismoso, solo que... era un tanto raro porque ellas estaban–

- ¿Rompiendo?

La pareja tuvo que separarse de golpe por la inesperada presencia detrás de ellos.

Sí, era Arlecchino espantando de nuevo a la gente, no sé explica muy bien si es bastante sigilosa, si llega en momentos inesperados o simplemente nadie nota su presencia pero no va a mentir que le encanta ver las caras de terror que tienen los demás cuando eso sucede.

Salón Solitaire (Arlefuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora