7. Rosas Parlantes

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Era la hora del té y Navia se encontraba en la sala de reunión de chicas la cual últimamente se había vuelto famosa entre la boca de la gente de Fontaine.

En ese instante compartían pasteles, diferentes tipos de té, una más atrevida que la otra agregaba champaña a su líquido, por último y no menos importante, compartían las historias del momento.

- ¿Quiéres decir que Wriothesley se encontraba angustiado en su oficina sin razón aparente?

- Así es -contestó Clorinde a su "aún no oficial novia" sirviéndose de su propio té con champaña mientras tomaba de la mano a la rubia - Aunque no creo que haya un "sin razón aparente".

- A qué te refieres.

- Tu comentaste de que viste muchas veces a su Señoría ir al Fuerte Meriope. - Intervino Chiori con sus típica forma de hablar mientras comía del pastel.

- ¿Tiene algo que ver?

- Pues su Señoría Neuvillette ya no va al lugar desde de la Obra.

- Puede tener algo de sentido... ¿Tu qué opinas Furina? - Navia se dirigió a la actriz que se encontraba al otro extremo de la sala ensimismada mirando la ventana - ¿Furina?

Sin embargo la cabeza de Furina se encontra en todo menos en ese lugar.

Hace no mucho tiempo fue invitada y casi obligada a pertenecer al club Roses Qui Parlent la que tiene a Navia como fundadora y creadora de las reuniones.

Se supone que era un sitio para salir un momento de sus inquietudes pero aquello no estaba funcionando en ese preciso momento, su mente divaga en la última noche que compartió con Arlecchino, el cómo fue descubierta por el Alcaide en plena acción de desestres. Pensar aquello simplemente hacía que sintiera las mejillas rojas y mordiese de su propios belfos para contener un chillido- ... ¿Furina?

- ¿Eh? ¿Me decías algo?

Las cinco mujeres que se encontraban observándola soltaron suspiros y risas al ver aquel rostro sonrojado de la peliblanca.

- No, nada. - Navia empezó a negar con una sonrisa - entiendo que pensar en la persona que te gusta hace que te sientas más... fuera de sintonía.

- ¡¿D–de que hablas?!

- Pero no tienes que tener esa reacción, cielo, también me pasaba lo mismo con Clorinde.

- Es cierto, incluso hubo veces en las que se olvidaba cerrar el cierre de su vestid—

- ADEMÁS. - la rubia interrumpió apresurada aquel dato revelador. - Fuimos las primeras personas en ver a ambas besarse.

- Arlecchino no me gusta.

- Si te gusta. - comentó Chiori.

- Solo son besos.

- ¿A eso no le llamabas tu actividad anti estrés? - Cuestionó Chevruse y a su lado Charlotte quien asentía con insistencia.

- Me confundí, no quise decir...

- Está mal negar sus sentimientos Señorita. - acató la pelimorada terminando su té de un sorbo. - La negación es la primera etapa.

- SUFICIENTE.

Furina se había puesto de pie ante el creciente interrogatorio totalmente injusto, según ella, que se estaba dando. Su reacción era una completa poesía escrita por un adolescente curiosamente enamorado, mejillas rojas, labios ligeramente hinchandos, puños cerrados y cuerpo enderezado.

Definitivamente la viva imagen de la negación amorosa.

- Si me permiten, debo ir a recoger algunos alimetos para cenar. - la actriz tomaba de su saco y su sombrero mientras se dirigía hacia la salida del lugar - Pueden seguir con su reunión de Rosas Parlantes.

Salón Solitaire (Arlefuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora