Niall despertó sobre un piso sucio y mojado por las constantes gotas que caían sobre él. Miró hacia los lados buscando a Lana hasta que la vio tratando de abrir una ventana con barrotes de acero.
—¿Donde estamos? —preguntó Niall levantándose.
Lana se volvió hacia él y corrió a abrazarlo.
—Gracias a Dios estás bien —se separó—. Pensé que te había matado.
—Descuida, estoy bien. ¿Donde estamos? —volvió a preguntar.
—En una celda, Niall. Estamos atrapados.
—¿Richie hizo esto? —preguntó incrédulo sin creer que su hermano gemelo haya echo aquello.
—Si, Niall. Tu hermano nos encerró aquí.
—¿Cómo es posible que le hayan revuelto el cerebro a mi hermano? —sintió la colera subir nuevamente por todo su cuerpo—. ¿Cómo es posible que hayan echo eso con mi hermano?
—Descuida, Niall, ya hallaremos la forma de ayudar a tu hermano. Ahora debemos salir de aquí.
v¿Qué pasa si no salimos de aquí? —preguntó apoyándose en los barrotes mugrientos de la celda-. Tengo miedo, Lana. No sé de qué son capaces los Kayiungs. Puede que no puedan asesinarnos por la profecía pero si pueden hacernos daño.
—Niall, yo sé que tú puedes sacarnos de aquí —Lana lo tocó por los hombros e hizo que la viera para abrazarlo—. Yo sé. Sé que puedes sacarnos de aquí.
Lana miró los ojos de Niall, ahora vueltos rojos por la colera que tenía encima y por la impotencia de no poder hacer nada por su hermano. Lo tomó de las mejillas y rozó sus narices.
—¿Qué haces? —preguntó Niall mirándola.
—Tienes que tranquilizarte.
—Estoy tranquilo —dijo tomándola de la cintura levemente.
—Tus ojos dicen lo contrario —Niall alzó las cejas y Lana se acercó más aun, rozando sus labios.
—Lana...
—No digas nada. Está bien, ya cambiaron de color —dijo alejándose de él para sentarse en la cama donde se suponía pasarían la noche si no se escapaban de allí.
—¿Qué se supone que haremos? —preguntó Niall acercándose a la cama.
—Hay que intentar escapar como sea, Niall.
[...]
-¿Donde se fue Lana? -preguntó Jen una vez que aparecieron en la casa de David.
-No sabemos nada de ella ni de Niall, Jen. No los vimos después de que los Kayiungs se marcharan -dijo Donnie.
-No, no puede ser yo la dejé un momento, no puede desaparecer así de la nada -se sentía culpable de que hubieran secuestrado a Lana-. ¿Qué vamos a hacer?
-Por los momentos debemos esperar a que Donnie vea algo -dijo David-. Estaremos al pendiente.
-No podemos quedarnos de los brazos cruzados -Dean se alteró-. Mi novia está allá afuera con Niall. ¿Qué esperas que haga? No voy a quedarme aquí mirando como le hacen daño.
-Les hacen daño -corrigió Amalia-. Recuerda que no es solo Lana, sino también Niall.
Dean la miró con odio y salió de la sala directo hacia la cocina para que su cólera bajara. Jen suspiró y se sentó en el sofá mientras se pasaba las manos por sus brazos bronceados.
-Si ustedes se van a quedar cruzados de brazos no cuenten conmigo para eso. Mi novia y Niall están allá afuera mientras los malditos Kayiungs están con ellos haciéndoles quien sabe qué cosas.
Dean salió de la casa hecho una furia mientras pensaba qué haría para salvar a su novia. Mientras en la casa todos quedaron sin palabras Jen decidió subir a la habitación de Niall. Donnie al ver aquello la siguió sin que nadie se diera cuenta.
-¿Qué haces aquí, Donnie? -le preguntó Jen al notar la presencia en la habitación.
-Vine a hablar contigo.
-¿De qué quieres hablar? Ya todo está dicho. No podemos hacer nada para que David cambie de opinión.
-Ya sé que no podemos hacerlo cambiar de opinión.
-Entonces ¿qué haces aquí? Donnie no es momento para bromas.
-No he dicho que sea una broma -Donnie apoyó su mano en el hombro de Jen e hizo que lo mirara.
-¿Qué tienes pensado hacer? -Jen entrecerró sus ojos.
-Vamos a ir con Dean e iremos por Niall y Lana -Jen sonrió.
[...]
—¿Qué haremos con mi hermano, padre? —preguntó Richie cuando vio al Kayiung aparecer en la habitación.
—Tranquilo. Por ahora no haremos nada. Sólo le daremos un poco de diversión a nuestros amigos —una sonrisa salió de sus labios mostrando sus colmillos.
—¿Le harán daño? —quizo preguntar.
—¿Estás preocupado por él? —Richie bajó la mirada y el Kayiung suspiró enojado—. ¿Por qué estás preocupado por él? Sabes muy bien que él es un traidor.
—Pues no parece uno, padre.
—¡Basta! ¡Cállate de una buena vez! No sabes lo mucho que me decepcionas ahora mismo, Richie. Vete de aquí.
—Padre, por favor —una bofetada por parte del Kayiung hizo callarlo.
—No quiero verte, he dicho. Ahora fuera de aquí antes que me obligues a encerrarte junto con él.
Richie tragó saliva y salió de la habitación rápidamente.
—No puede ser que se resista —golpeó el escritorio fuertemente—. No puede ser que el maldito amor de hermano sea más fuerte.
—Jefe.
—Dime —el Kayiung lo miró—. ¿Qué es tan importante?
—Es hora de hacerlo.
—Muy bien. Es hora de darle un poco de dolor a nuestra querida Banshee.
[...]
—¿Qué se supone que haremos Niall? Hemos estado aquí por un largo rato y no sucede nada ¿Qué demonios es lo que quieren los Kayiungs?
—Tal vez pueda usar mis habilidades —Niall se paró de la cama y se colocó frente a las barras de la celda y atrapó entre sus manos dos barras.
—No funcionará Número 6 —dijo un Kayiung apareció de la nada—. Esto está hecho para que ningún número pueda utilizar sus habilidades.
—Detrás de mí, Lana —advirtió Niall mientras Lana tomaba a Niall de la parte trasera de su camisa.
—Ven aquí, Número 6. No quiero que la Banshee vea lo que te tienen preparado —dijo mientras abría la celda y con una fuerza sobrehumana tomó a Niall del cuello y lo lanzó fuera de la celda haciendo que éste chocara contra el cemento de la pared.
Lana retrocedió y cayó en la cama asustada por lo que le harían a Niall.
—¡Niall!
—Es hora de que alguien te enseñe que no todas las personas son buenas en este mundo, empezando por tu querido hermano —susurró en su oído cuando lo levantó del suelo—. Y mi querida Banshee, espero que disfrutes tu estadía aquí, porque será muy larga.
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The Abilities | Niall Horan.
FanficLa vida de 12 jóvenes están en peligro. 12 nacieron el mismo día y a la misma hora ¿Casualidad? No lo creo. Todo estaba predicho, ese día era el momento para que esos niños nacieran. Todos nacieron y crecieron, pero, sin saber lo que pasará una vez...