Capitulo 6. Resultados

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La realidad se va filtrando lentamente en mi consciencia recién despierta. Mis párpados se sienten pesados, como si cargaran con el peso del agotamiento de todo mi cuerpo. El silencio en la habitación es quebrado por el zumbido suave y constante de los monitores cercanos y el murmullo de voces electrónicas, apenas perceptibles cerca de mi.

—¡De verdad, los humanos de hoy en día son demasiado frágiles! —comenta uno de los robots a pocos centímetros de mí, su tono lleno de lo que parece ser una indignación programada.

—Ya no los hacen como antes. Si fueran de metal, aguantarían más y no tendrían estos problemas —añade otro, su voz vibrando con una lógica fría e inhumana.

Intento orientarme, llevando una mano a mi cabeza mientras me esfuerzo por incorporarme. Mi mente está nublada, los recuerdos se mezclan como piezas sueltas de un rompecabezas incompleto. Bajo mis dedos, la textura áspera de las sábanas es un ancla que me conecta con el presente; su olor a limpio, mezclado con el aroma penetrante de los desinfectantes, me trae un déjà vu inquietante. Estoy en una camilla, en lo que parece ser una habitación blanca y estéril, iluminada por luces suaves que no agreden mis ojos, pero que me recuerdan la frialdad de los hospitales.

Los robots siguen conversando entre sí, ajenos a mi despertar, hasta que uno de ellos, con un tono electrónico pero inesperadamente cálido, se da cuenta de mi movimiento.

—¡Oh, qué bien, el humano ha despertado! —exclama, su voz resonando con una simpatía mecánica que parece genuina.

—Ya era hora, ¿no te parece? —cuchichea el otro robot, su tono contrastando de manera drástica, lleno de una indiferencia casi hostil.

—¿Dónde... dónde estoy? —pregunto, frotándome los ojos mientras un bostezo escapa de mis labios.

Mi garganta está seca y mi voz sale rasposa, como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que hablé.

—Te sugeriría que no te muevas mucho. Recovery Girl vendrá pronto para explicarte sobre tu estado.

El nombre trae un destello de recuerdo a mi memoria, y pienso en la anciana que me dio ese beso milagroso que calmó mis dolores antes de perderme en un sueño profundo, pero la calma se disipa cuando los recuerdos del examen vuelven con fuerza, junto con una punzada de preocupación por Deku. Mis ojos recorren la habitación en busca de su presencia, pero la camilla a mi lado está vacía, mientras uno de los robots recoge los últimos rastros de su paso.

—¡¿Qué pasó con el chico pecoso y de cabello alborotado que estaba aquí?! —Mi voz se quiebra con la urgencia, la preocupación por Deku se desborda en cada palabra.

—El muchacho ya fue enviado a su hogar hace aproximadamente media hora. Al menos él no se tardó tanto en despertar como tú —responde el robot con su tono áspero, casi reprochante, como si nuestro sufrimiento fuera una molestia para él.

La culpa me golpea de lleno, pesada y sofocante. Recordar cómo sin querer le arrebaté ese punto crucial me llena de un remordimiento tan profundo que siento un nudo apretarse en mi estómago. Me invade la necesidad de arreglar lo que hice, de corregir mi error, porque no puedo soportar la idea de que alguien más sufra por mi culpa. Deku no merecía esto, y tengo que hacer algo al respecto. ¡Ya sé!

Una idea se forma en mi mente, clara y urgente. Tal vez aún haya algo que pueda hacer para compensar mi error.

—¿Saben dónde puedo encontrar a Present Mic? —pregunto con desesperación, una chispa de esperanza prendiendo en mi pecho.

El robot más amable señala con una de sus extremidades metálicas hacia la salida.

—¡De seguro se encuentra en el salón de profesores! Es al final del pasillo, luego a la izquierda.

—¡Muchas gracias! —digo, ya poniéndome de pie.

My hero academia: ¡Corazón valiente!. (OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora