La Bestia que Reencarnó en un Mundo Apocalíptico.

Parte 1.1. Carnicero.

*Pueblo Parras.

Un pueblo al este del continente, sus calles apestaban a orina y heces fecales, si no fuera por el humo generado por la madera quemada probablemente ningún Novicio desearía entrar al lugar.

*Novicio de la Iglesia de la Santa Consagración, todo integrante de la Santa Iglesia comienza por esta iglesia, en este lugar es donde comienzan los estudios y entrenamientos para todo "Hijo de la Luz", son muy numerosos y peligrosos, pues aproximadamente la mitad de ellos no son creyentes verdaderos, se encuentra en ese lugar solo para obtener los beneficios de esta, aliándose con los altos mandos corruptos.

Ramon (Novicio): - Que asqueroso lugar -.

Gruño enojado, pues él planeaba desestresarse un poco con las damas del pueblo, pues caminar hasta este lugar les había tomado días.

Erick (Novicio): - Guárdate tus opiniones en el culo, ¿sabes que significa esto?, llegamos tarde los jodidos bandidos ya se fueron -.

Pateó el suelo furioso, él mismo había pasado por una situación similar en su niñez, donde perdió a su familia.

Al acercarse más pudieron notar las paredes manchadas de sangre, algunos roedores llevaban con ellos trozo de carne.

Lucy: - No son simples bandidos, estos son caníbales -.

Les mostró una olla con restos humanos, se podían distinguir algunos dientes y partes de los dedos.

*Lucy Muller "Bruja Blanca" (Líder Novicia), años después del prólogo.

Con rostros de disgustos sus soldados retrocedieron mirando a su alrededor, notando las marcas de cuerpos siendo arrastrados y manos pintadas de sangre intentando escapar, dentro de las casas se podía observar ropa rasgada llena de sangre y extraños líquidos.

Nerviosos tomaron sus armas, pensando que esto pudiera ser una trampa, pues solo eran 10 novicios, habían llegado al pueblo para cobrar el "Diezmó".

El "Diezmo" era una donación voluntaria del pueblo, con esta tenían la oportunidad de recibir la protección de la "Iglesia" y no ser reconocidos como "Paganos".

Ramon (Novicio): - Esto es malo, debía haber al menos 30 novicios en este pueblucho, si ellos no pudieron detenerlos, significa que deben ser más de 50 caníbales, hay que retirarnos y pedir ayuda -.

Con miedo llamó a sus compañeros para retirarse del lugar.

Lucy: - ¡Cálmense todos, recuerden que "Dios" nos ve!, ¡retirarse sería lo mismo que traicionarlo! -.

Les gritó molesta al ver sus patéticas actuaciones, ya eran hombres adultos, deberían comportarse como tal.

Ramon (Novicio): - ¡Cállate perra!, eres una estúpida, solo porque te acuestas con el sargento te dieron ese puesto de puta, ¡yo ya me voy quien quiera seguirme puede hacerlo! -.

Dio un paso hacia la salida del pueblo antes de recibir un disparo en la cabeza

Lucy: - ¿Hay algún otro hereje entre nosotros? -.

Volteo a verlos directamente a los ojos a cada uno de ellos, volteo el cuerpo de Ramon y lo inspecciono, tomando para ella lo que consideraba útil.

Lucy: - Hay que recolectar información, víveres y objetos de valor, nos separaremos en grupos de tres, ante cualquier sospecha avisar al resto ¡Entendieron! -.

Chasqueó los dedos para dar avance, el soldado Ramon no estaba completamente errado, debían retirarse al no contar con la capacidad de hacerles frente a los enemigos, sin embargó, regresar con las manos vacías era lo mismo que suicidarse, pues recibirán un doloroso castigo por incompetencia.

Desde lejos algunas personas miraban entretenidos a los Novicios, como caminaban por las calles lentamente, en estado de alerta por el temor ejercidos por ellos.

*Gael Campbell "El Carnicero", líder de los caníbales, caracterizado por llevar entre su vestimenta los premios ganados en sus carnicerías. Precio por su cabeza 40 unidades de bienes.

*Nota: En este mundo apocalíptico no existen monedas, solo intercambios de bienes, ejemplo 1 unidad de bienes representa comida y agua suficiente por una semana para una familia de 3 integrantes, 3 armas, 200 municiones, 15 prendas de vestir.

Al sonreír se podía notar la falta de dientes en sus encías, torcidos y amarillentos entre estos masticaba una oreja pequeña.

Gael: - Carne fresca -.

Comento a sus compañeros, quienes tenían algún parentesco sanguíneo con él, pues era una gran familia de caníbales, algunos nacidos del incesto y otros de las victimas capturadas.

Entre sonrisas sanguinolentas asistieron ante su líder, deseosos de probar la delicada carne de sus presas, algunos acariciaban sus glandes lujuriosos de postras sus cuerpos sobre la chica de pelo blanco.

*Nota: Parte final. Como siempre sus dudas, comentarios, aportaciones son bien recibidas ya que me ayudan a mejorar las narraciones y poder entregarles unas historias más entretenidas, interesantes o intuitivas.