XVI. Almost is Never Enough

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Almost is Never Enough
By Ariana Grande

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○~pero casi nunca es suficiente~○

——¿Cómo que por mí? —preguntó extrañada, Ariadna negó con la cabeza—Milo me tienes confundida y eso me pone aún más

—¿Confundida? —levantó la mirada al instante, sus ojos se posaron sobre los de ella inquisidores y atónitos—¿Y tú crees que yo estoy de lo mejor?

La griega no supo que decir, su mirada decía más que mil palabras

—Ariadna no te había visto en casi 3 meses

Oh no, pensó la rubia. Aquel tema del qué no quería hablar empezó aparecer

—Yo tampoco es que esté de lo mejor viéndote, Milo—apretó sus ojos con pesadez—no he sabido nada de ti tampoco—dijo suave

—No fue mi culpa porqué yo no fui quien salió huyendo de París—negó con la cabeza—dejemos ese tema atrás—dio la espalda a la actriz para tomar curso—vamos, nos deben estar esperando

Ariadna frunció el ceño con molestia ¿Cómo podía dejar de lado esto así?

—¡Hey! —caminó para quedar en frente de Milo nuevamente—No me des la espalda así. Milo torció un poco su boca. —tú no eres así de grosero


—Entonces nunca me conociste bien

—No no—optó por una postura a la defensiva; él no iba a confundirla. —te conocí lo suficiente, sé que puedes ser muchas cosas, pero jamás grosero, mucho menos un mal educado en dar la espalda

—Bien—contestó en seco, se cruzó de brazos—estoy aquí ¿Qué pasa ahora?

Bien, lo tenías dándote toda su atención, escupe lo que tengas que decir: eso se repetía en la mente de la ateniense; su corazón: este le decía otra cosa, pero debía mantenerse firme y poner encima la razón en vez de las emociones y sentimientos

—No puedes tratarme, así como si fuera una roca, como si no sintiera, Milo

—Jamás lo haría, no es mi estilo.

—Lo sé—corroboró, sintiendo un alivio en sí misma cuando él lo dice—no entiendo que te ocurre

Es por eso que me encantas

—Lo mínimo humanamente es que los demás te traten de la misma forma, Ariadna

—¿A qué te refieres? —preguntó ingenua, dudosa de hacia dónde iba—nunca te he tratado mal

—¿El ignorar todos los mensajes que te enviamos todos al no saber de ti en París? —Milo se cruzó de brazos—no sin olvidar la doble moral que manejabas, eso no dice mucho de una persona

Ariadna entrecerró sus ojos—¿De qué hablas ahora, Milo?

¿La está culpando de lo que pasó?

Milo pasó su mano por su cabello en consecuencia de su frustración entrante—Dios, Ariadna, sé que eres lo bastante inteligente para entender, nos dejaste a todos en Europa sin decir nada, nos ignorabas las llamadas, los mensajes, sobre todo a mi

Mi mundo se vino encima, Milo

—No te entiendo, Milo, no tiene sentido—ese día me dejaste—espeto confundido—unas horas antes, como vienes a decir ahora que sobre todo a ti

𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora