𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔

III. The Fame Ain't For the Faint of Heart

Wicked ones

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~°Tomaré el control de una vez por todas~°

EL DESAYUNO CON SU MADRE RESULTO AGRADABLE y lleno de noticias sorpresivas para la actriz de 23 años, de alguna manera, aquella novedad provocó mayor interés en su madre sobre todo al saber que a cierta edad tendría otro bebé, para sí misma, un hermano.

Su reacción fue tranquila, pero no se quitaba el hecho de que también estaba anonadada, pues fue lo más natural y lógico, pero, se preguntó a sí misma ¿Cómo sería la reacción de su hermano?

—¿Cuánto tiempo tienes? —Preguntó mientras terminaba su desayuno

—2 meses aproximadamente

—¿Y los síntomas como los llevas?

—Después del vómito de hace una hora ¿Cómo crees? —ríe —después de cuánto ¿21 años? Seré mamá otra vez—señaló a la actriz

Ariadna entrecierra los ojos con una mirada juzgadora: —Tengo 23, Antonella

—¿En serio? —dice en sorpresa levantando las cejas—pronto cumplirás 24 años?

—Esto tiene que ser una broma—ríe perpleja con toque de incrédula—Vamos a fingir que mi madre sabe mi edad, pero si, serás mamá después de más de 2 décadas ¿Estas en las condiciones para tenerlo?

—El dinero no es problema

—Tu estilo de vida, Anto, es lo que me causa curiosidad, tu edad también

—No estoy tan vieja—Frunce los labios para cruzarse los brazos después. Ariadna rio

—A tu edad los embarazos suelen ser riesgosos...creo que debes tener cuidado

—Me hace muy bien que mi hija se preocupe por mí—hace carita de puchero. Ariadna pone sus ojos en blanco en respuesta

—Independientemente del asunto eres mi madre y tienes a quien es mi hermano en tu vientre, claramente es de mi interés

En medio de una conversación seria entre dos adultas

Siendo una más adulta que la otra

Ariadna desvió su mirada hacia la ventana percatándose que un par de Paparazis estaban a las afueras del lugar tomando fotos, esto provocó un poco de molestia, bufeo incluso, respiro profundo para intentar sobrellevar internamente la situación en ella pues en su rostro se veía un leve disgusto

—¿Qué? —preguntó curiosa la italiana—¿Ocurre algo? —frunce su ceño curiosa y voltea para dentro del lugar para comprender. Ariadna niega procediendo a explicar:

—Nada—rueda sus ojos y exhala profundo—solo que nos toman fotos, bueno a mí, no suelo estar mucho ante el público últimamente

—¿Te persiguen los paparazzi aún?

—Me acosan que es peor—pone su mano sobre su mentón que termina siendo puesta en la mesa sobre su codo—es tedioso

—¿Por qué? —preguntó—ya tu asunto con el californiano terminó, ¿no?

Internamente no lo sé

—Sí—afirmó—pero nunca he dado una declaración o hablar del asunto en mis redes

—¿Por qué? Creo que debes hacerlo

—Porqué es mi vida—dicen tono de lógica pues su cabeza también se movió con obviedad