𝟏𝟐.

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─°.𓏲⋆ 𝐄𝐅𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀𝐒 ‧₊˚⋆ᡣ𐭩
012.  🔮  el baile de navidad.
















˛゚・ε el baile de navidad ! *:・゚

˛ღ゚・ε el baile de navidad ! ✧ *:・゚

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no la mires demasiado.
esos mundos cerrados, y a la vez prohibidos, suelen tener un raro poder de atracción.

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—¡𝒬uédate quieta!

—¡Ay, mi ojo!

—Si dejaras de moverte...—Pansy se aplicó esa cosa negra en las pestañas, rindiéndose conmigo. En el lavamanos, yo había dejado caer un montón de botellas de --cosas aparentemente muy útiles para embellecerte, así que ahora debíamos usar los extraños artilugios muggles— Déjame limpiar este desastre, luego puedo ayudarte con eso.

—Prefiero que no, gracias—respondí—. Podrías apuñalar a alguien con esa cosa.

Me permití analizarme en mi propio reflejo, sabiendo que lo que vería, por más de gustarme, encontraría una forma de deprimirme. Mi vestido era celeste, rozando el color hielo, y estaba cubierto por una leve y casi imperceptible capa de brillos plateados. Era el invierno plasmado en un pedazo de tela. Era precioso.

Sí, el ayuno al que Pansy nos había sometido había funcionado, y nuestra barriga no era visible en el vestido, y sí, mi vestido se trazaba perfecta y curvilíneamente desde mi cadera hacia mi cintura, y sí, eso iba a llamar la atención. Sí, mis pechos estaban ajustados, y por tanto, obligados a marcarse, y sí, muchos iban a mirarlos. Lamentablemente, sí.

Me sentía vulgar y grosera. Igual que siempre, igual que con cualquier vestimenta. Porque todo, y de verdad, todo, conseguía atrapar las miradas indisimuladas de los hombres de Hogwarts. De por sí, era imposible sentirte cómoda caminando por un pasillo lleno de hombres, aunque estuvieras llevando el uniforme, con una falda hasta la rodilla, o un millón de abrigos. Ellos siempre iban a mirarte.

Y eso me hacía sentir mal, pero al fin y al cabo, no era mi culpa. Ahora, casi me sentía como si estuviera invitándolos a mirarme indebidamente.

Mi amiga me atrapó observándome, vio la expresión en mi rostro, la leyó, y entendió.

—¿Qué? Es poder. Nosotras somos poderosas. No te avergüences de ello.

—Claro, me encanta que traten de tocarme el trasero cada vez que paso cerca de ellos con un pantalón corto —escupí—. Disfrutaré mucho de esto.

—No pueden contenerse. Los cautivamos con nuestro sensual cuerpo. —ronroneó, aplicándose labial.

¿Por qué no hay una guía de cómo ser una adolescente de catorce años normal?

𝐄𝐅𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀𝐒; hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora