𝟖.

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─°.𓏲⋆ 𝐄𝐅𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀𝐒 ‧₊˚⋆ᡣ𐭩
008. 🔮 el baño
de prefectos.



"tengo esta culpa que no se silencia

es un dictador dentro mío

un ruido que solo sentencia."










˛゚・ε el baño de prefectos ! *:・゚

˛ღ゚・ε el baño de prefectos ! ✧ *:・゚

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𝑀attheo bajó la escalonada de piedra cubierta de nieve a zancadas, hundiéndose un poco más con cada paso pero sin perder la motivación.—¡Vamos! —exclamó con una sonrisa radiante de alegría. El sol no acababa de salir aún, pero el de rulos tenía la energía de diez cafés encima como cada mañana de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Los efluvios que emanaban del bebedero de whisky de malta puro que Hagrid les servía a los caballos de Madame Maxime invadió mis fosas nasales. Era tan abundante e intenso que bastaba para que toda la clase de Criaturas Mágicas se mareara. Esto resultaba inconveniente, dado que todavía teníamos que trabajar con los escregutos de cola explosiva, y necesitabas estar sobrio, o mínimamente consciente para no terminar incinerado, o, en el mejor de los casos, con quemaduras de tercer grado.

—No estoy seguro de si hibernan o no —nos dijo Hagrid, mientras nosotros temblábamos de frío como si fuéramos uno solo.

Hermione yacía a unas personas de distancia, y de vez en cuando la sorprendía mirándome, pero rápidamente su atención se volvía hacia cualquier otra cosa. No podía fingir que no me moría de ganas de hablarle, pero cada vez que veía sus rulos castaños recordaba aquella tarde en la biblioteca, y mi pecho se llenaba de algún sentimiento extraño que no había sentido antes de verla reírse con Krum. Solo sabía que no me gustaba nada.

—Lo que vamos a hacer es probar si tienen ganas de dormirse... Los pondremos en estas cajas.

Para entonces, los diez escregutos que quedaban ya casi alcanzaban los dos metros de largo. El grueso caparazón gris, las patas poderosas y rápidas, las colas explosivas, los aguijones y aparatos succionadores se combinaban para hacer de los escregutos las criaturas más repulsivas que hubiera visto nunca.
Hagrid se acercó a nosotros con enormes cajas llenas de mantas y almohadones mientras Mattheo saltaba de emoción y Lorenzo intentaba contenerlo. Sus ojeras estaban más pronunciadas de lo habitual, aunque el resto de él se mantenía igual que siempre: Su cabello cuidadosamente peinado como un principe y su uniforme completo y perfectamente planchado.

𝐄𝐅𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀𝐒; hermione grangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora