Capítulo 3

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Al día siguiente:

Kasidet estaba sentado mirando el lago, y algo le pegó en su conciencia, había estado ahí un día entero, y seguro que sus padres estarían como locos buscándolo, debía mandarles un mensaje, y mentirles de donde estaba, entonces una idea le llegó, Force conocía muy bien ese bosque, así que seguro que le ayudaría a encontrar alguna forma de mandarle un mensaje a sus padres, así que el chico se volteó y se sorprendió al verlo ya despierto, aún acostado con sus manos en su cabeza.

- ¿Siempre te despiertas tan temprano? - preguntó Force burlonamente, pero Kasidet no respondió, ni rió, sólo gateó hasta él.

- Ayúdame - pidió Kasidet y Force asintió mirándolo atento - ¿cómo puedo mandarle un mensaje a mis padres? - preguntó mirándolo atento,  Force lo pensó por un momento.

- Las hadas pueden ayudarte - respondió Force, Kasidet se emocionó, pero luego Force recordó algo importante - pero ellos ahora están reunidos - Kasidet entristeció.

- ¿C-cuando dejarán de estar reunidos? - preguntó Kasidet.

- No lo sé - respondió Force sentándose - ¿porqué mientras los esperamos, nos divertimos? - preguntó pícaramente colocando su mano en el hombro del chico, y Kasidet ladeó su cabeza confundido.

- ¿Ah?.

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- ¡Force, Force, para! - gritó Kasidet riendo, mientras era rodado colina abajo por un lobo negro, pero Force no se detuvo y siguió rodando al chico por la colina.

Al llegar abajo, Force se tiró en las hojas secas comenzando a restregarse feliz en ellas, en cambio Kasidet, se levantó del suelo mareado.

Ambos jugaron así durante muchas horas más, hasta el atardecer, cuando ambos volvieron de jugar, se encontraron en el camino con un hada, cosa que hizo que Force se acordara de que Kasidet quería mandar un mensaje.

- ¡Hey! - le gritó Force al hada quien se detuvo al escucharlo - ¿podrías mandar un mensaje? - preguntó, el hada asintió y se acercó a ellos.

- ¿Para quién es el mensaje? - preguntó el hada mirándolos.

- Quiero enviarle un mensaje a mis padres - respondió Kasidet.

- De acuerdo - aceptó el hada - dime el mensaje - y Kasidet le dijo que le dijera a sus padres que se encontraba en Italia con un amigo, y que si salió en la noche, es porque le llegó la carta invitándolo tarde, el hada asintió  - deme dirección y el nombre de sus padres.

- Ágata, Anselmo y Yrigone Plookphol- respondió Kasidet.

Cuando Force escuchó el nombre de los reyes, se asustó, ¿acaso Kasidet es el hijo del rey más grande de su manada?, y luego se acordó de que ayer lo había besado, y se lamentó mucho de haberlo echo. Con toda la información, el hada salió del bosque convirtiendose en un lobo de color gris con blanco.

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Ya de noche.

Ambos se encontraban cenando en silencio a la orilla del mar, cosa que le pareció extraño a Kasidet, Force siempre hablaba, incluso en las horas de las comidas, así que se acercó a él.

- ¿Te sientes mal? - preguntó Kasidet.

- ¿Porqué no me dijistes que eres hijo del rey? - preguntó Force mirando a la arena, ignorando la pregunta del chico.

- No creí que era necesario contarlo - respondió Kasidet alzando los hombros - ¿porqué? - preguntó mirándolo mientras mordía la manzana.

- ¿Qué hubiera pasado si te hubieras hecho daño?, la culpa sería mía - dijo asustado, Kasidet sonrió, él sentía que había más detrás de eso.

- ¿Esa es la verdadera razón? - preguntó Kasidet ignorando ahora él la pregunta, Force no respondió, sabía muy bien que esa no era la verdadera razón, obviamente le preocupaba que el chico se hiciera daño, pero su preocupación era por el beso que le dió, ¿qué pasaba si le contaba a sus padres que un desconocido le había besado sin su consentimiento?, la pregunta no le dejaba en paz, así que decidió por fin responder.

- ¿Le contarás a tus padres que te besé? - preguntó con voz triste. Bingo, dijo la mente de Kasidet.

- No - respondió Kasidet tranquilizando el corazón de Force - ¿porqué debería? - sonrió, pero quería profundizar en las palabras del chico.

- Un desconocido te besó sin tu consentimiento - respondió Force.

Kasidet subió el rostro de Force, y lo besó en sus labios sorprendiéndolo, pero aún así, cerró sus ojos y le siguió el beso.

- No me importa que seas un desconocido, no debes porque temer, mis padres no se enteraran - aseguró Kasidet colocando su frente en la frente de Force, el chico asintió con una sonrisa confiando en el príncipe.

Force ahora estaba tranquilo, pero su cariño por aquel chico aumentaba cada vez más, confundiendolo por completo.

¡Eres mi Alfa! y tú mi Omega (ForceBook,)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora